Expertos advierten sobre el posible colapso de la industria del aluminio en Rusia, cuyos problemas se ven agravados por la caída de los precios internacionales del metal a los niveles más bajos de los últimos cuatro años.
La producción de la tonelada de aluminio en Rusia cuesta unos 1.400 dólares, pero hace poco se vendió en el Mercado de Metales de Londres a menos de 1.300 dólares, y el precio apenas mejoró este lunes.
"Están vendiendo por debajo del costo. De seguir así en los próximos seis meses, la industria se vendrá abajo", dijo Svetlana Smirnova, analista del Grupo Financiero Unido, de Moscú.
La industria necesita reducir los costos, pero a cambio de una radical y onerosa reestructura que solo se puede financiar mediante préstamos. Eso resulta imposible para la mayoría de las compañías porque las tasas de interés en este país ascienden a 80 por ciento anual.
Los principales productores de la industria exigieron apoyo estatal ante la caída de precios en una reunión con diputados de la Duma (Congreso).
Los empresarios solicitaron la modificación de la legislación del impuesto al valor agregado (IVA), informó German Tkachenko, vicepresidente de la compañía Sibirsky Alyuminiy.
En la actualidad, la industria rusa importa la materia prima, la alúmina, la procesa, paga IVA y luego recupera lo pagado una vez que el metal cruza la frontera. Pero esta devolución, que demora entre 30 y 40 días en pagarse, cesará a fines de año.
Cuando el primer ministro Sergei Kiriyenko canceló este mes un decreto propuesto para eximir a la industria de IVA, señaló que las compañías rusas no necesitarían la exención en el futuro porque el gobierno planeaba reducir las tasas de interés a fines de año, explicó Smirnova.
Pero en lugar de descender, las tasas siguen en ascenso, y llegaron a 150 por ciento antes de estabilizarse en 80 por ciento.
Los productores piden que las compañías se organicen a la manera occidental de integración vertical, en que la firma sería responsable del proceso en su totalidad, desde la producción a la venta.
"Podríamos aumentar nuestros ingresos al vender el producto terminado dentro del país, en lugar del metal laminado", dijo Tkachenko.
No hay duda de que el sector también necesita mayor inversión real y que sería mejor si bajan las tarifas del transporte por tren, agregó.
Las compañías deben reestructurar sus operaciones con urgencia. Los precios subirán, "pero la cuestión es si pueden reducir sus costos antes de generar enormes pérdidas a fin de año", señaló Tatyana Nikolskaya, analista de la compañía Obligaciones Pioneer, de Moscú.
Las firmas pueden reducir sus costos de producción si reestructuran sus sistemas de distribución y comercialización, pero ello exige fondos y su supervivencia quizá dependa de ellos, explicó Smirnova.
Algunas compañías podrán realizar ventas directas a compradores extranjeros, lo que les permitirá obtener préstamos de bancos extranjeros, garantidos por los contratos. Pero otros tendrán dificultades para hallar financiación.
Además de los precios bajos y los altos costos, la industria debe pagar multas por la contaminación que provoca. "Como la tecnología es vieja, provoca mucha polución y las fábricas deben pagar fuertes multas", sostuvo Nikolskaya.
A pesar de los problemas, muchos analistas consideran que la industria de aluminio se mantendrá a flote.
"Desde la disolución de la Unión Soviética se dice que la industria se está por derrumbar, pero a pesar de ello, la producción aumentó en los últimos cinco o seis años", dijo el analista Adam Rowley, de Acciones Macqarie .
Algunas de las compañías más grandes siguen haciendo ganancias, aunque otros tienen problemas. Pero incluso éstas seguirán produciendo.
Rusia exportó 2,7 millones de toneladas de aluminio fuera de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) en 1997, frente a los 2,62 millones de toneladas de 1996.
Los analistas esperan que las exportaciones sigan estables este año, aunque los ingresos descenderán debido a los bajos precios. La mayoría de las fábricas tienen una provisión de materias primas suficiente para subsistir al menos en el corto plazo.
Los productores pretenden que el gobierno defienda los intereses rusos durante la esperada privatización de las fábricas procesadoras de materia prima en la CEI, indicó Tkachenko.
Pavlodar, en Kazajstán, y Mikolayiv, en Ucrania, producen alúmina utilizada por la fábrica de aluminio Sayansk, el tercer productor de Rusia y parte del grupo Sibirsky Alyuminiy.
En junio, las compañías rusas Krasnoyarsk, Bratsk, Novokuznetsk y Volgograd anunciaron la formación de un consorcio para participar en la licitación por la venta de la ucraniana Mikolayiv. Sibirsky Alyuminiy ya anunció su intención de participar en la venta en abril.
El consorcio pretende adquirir 31 por ciento de la compañía, con una capacidad de producción de un millón de toneladas de alúmina por año y que representa 20 por ciento del mercado ruso.
Las compañías rusas deben asegurarse la materia prima en el exterior porque Rusia no produce la cantidad suficiente en el país. (FIN/IPS/tra-en/ai/jmp/rj/aq-mj/if/98