/REPETICION/CAMBOYA: Oposición sin credibilidad tras negar derrota electoral

Los líderes de la oposición de Camboya perdieron credibilidad al negar su derrota en las elecciones parlamentarias del domingo, las que, según cientos de observadores internacionales, se realizaron sin irregularidades.

Los opositores, el príncipe Norodom Ranariddh y el ex ministro de finanzas Sam Rainsy, hablaron de fraude horas antes de que las tendencias de votación comenzaran a mostrar la significativa ventaja del gobernante Partido del Pueblo Camboyano (PPC).

Ranariddh es jefe del partido Funcinpec (Frente Nacional Unido), y Rainsy del Partido de Sam Rainsy (PSR).

Según las proyecciones iniciales, el PPC conquistaría entre 60 y 65 escaños en la Asamblea Nacional de 122 miembros, el Funcipenc lograría unas 40 bancas, y las restantes irían para el PSR.

Un total 39 partidos se presentaron a las elecciones. Bajo el sistema de representación proporcional, se espera que sólo los tres más importantes logren tener delegados en el cuerpo legislativo.

"Hemos decidido boicotear la próxima sesión de la Asamblea Nacional", dijo Ranariddh. El y Rainsy demandaron la repetición de la votación en varias provincias.

"La oposición nos estuvo diciendo que el primer ministro, Hun Sen, y el PPC no aceptarían los resultados si perdían las elecciones. Pero ahora resulta que es la oposición la que se niega a aceptar democráticamente el veredicto del pueblo", dijo en Phnom Penh un observador de la Unión Europea.

Bajo la constitución camboyana, un gobierno debe tener el apoyo de dos tercios de la Asamblea Nacional. Si la oposición boicotea la asamblea, el PPC no podrá formar un gobierno por sí mismo, a pesar de ser el partido con mayor cantidad de votos.

En las elecciones de 1993, auspiciadas por la ONU, el Funcipec fue el grupo más votado, pero debió invitar al PPC a unirse al gobierno, porque sólo tenía 58 asambleístas propios.

Las denuncias de fraude de la oposición no tuvieron mucho eco, pues la mayoría de los observadores, incluyendo un equipo de los Estados Unidos, dijeron que la elección fue justa y que quienes lo duden deben presentar evidencias claras de irregularidades.

El Grupo Conjunto de Observación Internacional (CGOI), coordinado por la ONU y con casi 500 integrantes, difundió una declaración diciendo que la votación y el escrutinio fueron lo suficientemente libres y limpios como para reflejar la voluntad del pueblo camboyano.

"Por lo que he visto, se hicieron todos los esfuerzos posibles para asegurar que los votos fueran contados de manera limpia y muy cuidadosamente", indicó Glenys Kinnock, representante especial de la Unión Europea.

Entre quienes consideraron la elección y el escrutinio libres y limpios se encuentran el Instituto Republicano Internacional, y el Instituto Demócrata Internacional, ambos de Estados Unidos, que un mes antes de los comicios habían calificado a las elecciones camboyanas como "fundamentalmente defectuosas".

"En cuanto al conteo de los votos el 27 de julio, nos impresionó la eficiencia y transparencia con que se realizó a nivel comunal, donde lo observamos", dijeron ambos grupos en una declaración conjunta el martes.

"Observadores nacionales e integrantes de los partidos corroboraron nuestra evaluación tentativa de que el conteo se ha realizado hasta ahora sin grandes problemas", se agregó en la declaración.

Ambos institutos, vinculados a los partidos Republicano y Demócrata que dominan la política interna de Estados Unidos, enviaron 60 observadores para supervisar las elecciones camboyanas.

El respaldo internacional a las elecciones es importante para Camboya, que ha sufrido la reducción de la ayuda internacional y la caída de la inversión y el turismo desde que se desató la violencia entre tropas leales al PPC y el Funcinpec, en julio del año pasado.

El PPC, que ganó la batalla, acusó al entonces primer ministro príncipe Ranariddh, de colaborar con el extremista Jemer Rojo. Mientras el incidente de julio es visto como un golpe, el propio PPC considera la salida de Ranariddh necesaria para evitar la infiltración del Jemer Rojo en el gobierno.

Tras la violencia de julio, muchos organismos internacionales y gobiernos occidentales congelaron toda la ayuda a Camboya. Además, se le negó la entrada a la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, y su puesto en la Organización de las Naciones Unidas quedó vacante.

En los días siguientes a los comiciones, el PPC hizo una llamado a los partidos de oposición a aceptar los resultados e invitó a sus rivales a sumarse al nuevo gobierno.

"Proponemos una coalición entre el PPC, Funcinpec y Sam Rainsy", dijo el jueves Hun Sen a los periodistas en la provincia norte de Siam Reap, tras reunirse con el monarca constitucional, Norodom Sihanouk.

Hun Sen dijo que, aunque el PPC y Funcinpec tienen suficientes escaños en el parlamento para formar un gobierno, quiere que el grupo Sam Rainsy se sume a la coalición por el bien de la nación.

El PPC planifica tomar el control de cinco ministerios, Defensa, Finanzas, Interior, Justicia y Relaciones Exteriores, y compartir el resto con sus socios de coalición.

A la vez, Hun Sen y otros líderes del PPC advirtieron que si la oposición no acepta la oferta de formar un gobierno de coalición se verán obligados a continuar en el poder.

El PPC pretende además enmendar la constitución, si es necesario con la aprobación del rey Sihanouk, para hacer posible que el mayor partido forme un nuevo gobierno y se deshaga del requisito del respaldo de dos tercios de la asamblea nacional.

Un diplomático asiático en Phnom Penh dijo que "si Ranariddh y Rainsy no aceptan los resultados de las elecciones y boicotean la asamblea, serán los únicos responsables si todo el poder recae en Hun Sen", y agregó que los líderes de oposición están perdiendo credibilidad rápidamente.

Las figuras de la oposición, agregó el diplomático, no son capaces de advertir que Hun Sen y el PPC aún tienen un fuerte respaldo popular.

Por lo tanto, los analistas alegan que la genuina popularidad del PPC es un hecho que los gobiernos occidentales, en especial Estados Unidos, tendrán que aceptar.

Cualquier intento por socavar a los ganadores emergentes de las elecciones camboyanas será una gran falta de respeto a la voluntad popular, agregan. (FIN/IPS/tra-en/ss/js/di-lp/ip/98

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