Rusia aumentará su inversión en la explotación de diamantes africanos, a pesar de la caída repentina del precio del mineral, atribuida en parte al comportamiento de este país en el mercado mundial de piedras preciosas.
En el primer semestre de este año, la Organización Central de Ventas (CSO) de la transnacional De Beers, en Londres, registró ventas por 1.700 millones de dólares, 41 por ciento menores que las del mismo período en 1997.
Pero Rusia considera la inestabilidad del mercado como una oportunidad para competir con el dominio que la compañía sudafricana ejerce sobre la industria del diamante desde hace 64 años.
A largo plazo, compañías rusas se preparan para invertir entre 15 y 20 millones de dólares en la prospección de diamantes en Namibia, cerca del desierto de Kalahari, en la frontera con Botswana.
Así mismo, la principal compañía rusa de explotación de diamantes, Alrosa, destinará 150 millones a una búsqueda submarina en la plataforma continental del país africano.
El objetivo es consolidar la propuesta de cooperación en la explotación del diamante que realizó el presidente de Namibia, Sam Nujoma, cuando visitó Moscú en abril, y que fuera desarrollada por empresarios rusos en junio.
Namibia produjo 1,42 millones de quilates en 1997, de los cuales 44 por ciento fueron extraídos del lecho marino, frente a cuatro por ciento en 1990. Alrosa espera recuperar su inversión en tres o cuatro años.
El Banco Central de Namibia indica que los próximos dos años serán esenciales para determinar el futuro de la explotación submarina, que es fundamental para el crecimiento económico del país.
Los yacimientos terrestres de diamantes en Namibia podrían agotarse en los próximos 20 años, señaló en junio el informe anual del Banco Central, pero está previsto que la creciente producción submarina supere la producción en tierra.
Namibia es el único país que explota los diamantes del lecho marino en forma industrial. Namdeb, una empresa conjunta entre De Beers y el gobierno namibio, domina la industria del quinto mayor productor del mundo.
El gobierno africano no consultó a Namdeb ni De Beers sobre el plan de cooperación con Rusia. De Beers registró 4.600 millones de dólares por las ventas de diamantes del país en 1997, cuatro por ciento menos que en 1996.
Namdeb "respeta el derecho del presidente de negociar con otros productores", declaró el gerente de relaciones empresariales, Hilifa Mbako.
Pero el acuerdo entre Moscú y Windhoek es considerado parte de una lucha más amplia entre Rusia y De Beers. La transnacional, que explota la mitad de los diamantes del mundo en Namibia, Botswana y Sudáfrica, llegó a controlar hasta 80 por ciento del mercado mundial, valorado en 50.000 millones de dólares en 1997.
Pero el dominio de De Beer se vio perjudicado por la caída de los pedidos de Oriente y la competencia que presentaron productores rusos en el mercado de diamantes industriales de baja calidad.
Cada vez más diamantes, en su mayoría rusos, se venden sin la participación de la CSO de De Beers, en control del mercado desde hace 64 años.
La venta de diamantes representó 30,9 por ciento de las exportaciones de Namibia en 1994, cinco por ciento menos que en 1993 luego de que la CSO redujera las cuotas con el fin de mantener los precios.
La medida se tomó como reacción a las crecientes ventas de Rusia por fuera de los canales controlados y con precios fijos de la CSO.
El año pasado, la venta de diamantes aumentó a 535 millones de dólares, o 40,2 por ciento de las exportaciones de Namibia, informó el Banco Central.
Si la cooperación con Rusia rinde sus frutos, la producción podría aumentar de los 1.415 millones de quilates de 1997 a 2.250 millones por año para el 2000, indicó el Banco Central.
La interrogante es qué porcentaje de esas exportaciones será administrado por De Beers.
"Namibia tendrá un elemento adicional para negociar con De Beers en el futuro, y Rusia tendrá acceso a los yacimientos de diamantes en Africa austral", comentó el diario moscovita Kommersant.
Aunque la crisis financiera del sudeste de Asia redujo drásticamente las ventas de De Beers, no se modificó la cuota de ventas de 550 millones que tiene Rusia con la transnacional, y se mantendrá igual al menos hasta fin de año, dijo Lev Safonov, gerente de ventas de Alrosa.
Rusia también está profundizando sus lazos con Angola, que le debe 6.000 millones de dólares a Moscú, en gran medida por armas adquiridas durante la catastrófica guerra civil del país contra fuerzas insurgentes financiadas por Sudáfrica.
Rusia considera a Angola como un socio promisorio y le gustaría hallar maneras mutuamente aceptables de resolver la cuestión de la deuda.
Moscú considera la posibilidad de transformar la deuda en activos para formar empresas conjuntas con el fin de extraer y pulir diamantes. Alrosa ya participa en la explotación de diamantes en Angola con la compañía minera Katoka, que comenzó a producir a fines de 1997.
En Katoka participan Alrosa, Endiama, de Angola, Oderbrecht, de Brasil, y Daumonty Financing Company, de Holanda.
El costo estimado del proyecto será de 96 millones de dólares. Alrosa ya invirtió 45 millones en capital y equipos. Cuando la empresa comience a funcionar, la iniciativa podría generar hasta 2.500 millones de dólares por año. (FIN/IPS/tra-en/ai/jmp/mom/rj/aq-lp/if/98