El presidente de Perú, Alberto Fujimori, presentará este martes los logros de sus ocho años de gobierno en su discurso anual ante el Congreso, que tendrá lugar en un marco caracterizado por la persistencia de la pobreza y el desempleo, los dos principales problemas sociales de este país sudamericano.
Fujimori no ha logrado reducir estos problemas, tras ocho años de ortodoxa política económica neoliberal, iniciada con un programa de ajuste para revertir los efectos inflacionarios dejados por su antecesor, el aprista Alan García.
Aunque el Fondo Monetario Internacional avala las cifras oficiales sobre el crecimiento de Perú en los últimos años, la mayoría de los peruanos sólo parece tomar en cuenta que carece de empleo o que, si lo tiene, su salario le resulta insuficiente.
En Perú, el desempleo abierto alcanza sólo al 7,5 por ciento de la población económicamente activa, de poco más de 10 millones de personas, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática. Pero sólo el 52 por ciento percibe un sueldo que le permite cubrir sus necesidades básicas.
La cifra es engañosa, "pues como no existe seguro de desempleo, quienes no trabajan para alguna empresa se crean una ocupación por su cuenta", indicó la economista Isabel Velarde.
"Este sector se dedica preferentemente a la venta ambulante de bienes o servicios, u organiza negocios familiares o microempresariales, que se engloban en el llamado subempleo, que asciende al 40,5 por ciento y se caracteriza porque genera ingresos por debajo del nivel adecuado de subsistencia", añadió.
Según la Encuesta Nacional de Medición de Niveles de Vida, efectuada por el instituto independiente Cuanto, el 50,7 por ciento de los 24 millones de peruanos vive en la pobreza.
Por otro lado, la Compañía Peruana de Investigación de Mercados (CPI) reveló que el desempleo y la pobreza fueron las explicaciones más frecuentes aportadas por el 57,6 por ciento de los entrevistados, que en una encuesta efectuada la semana pasada desaprobaron la gestión de Fujimori.
La misma encuesta reveló un respaldo de 37,6 por ciento a la gestión del mandatario y los que contestaron de esa manera destacaban sobre todo aspectos políticos: orden, autoridad y éxito en la lucha contra el terrorismo.
El director de CPI, Manuel Saavedra, subrayó que la población tiende a reducir la importancia de los aspectos políticos, como la lucha contra la guerrilla, para dar prioridad a los temas económicos y sociales, como el desempleo y el escaso poder adquisitivo de los salarios.
El sociólogo Flavio Solórzano, añadió que en los sectores empresarial y profesional predomina la sensación de encontrarse frente a una situación recesiva, pese a las cifras oficiales de crecimiento.
"Frente a este evidente crecimiento sin empleo, los economistas oficiales emitieron en 1995 el esperanzador mensaje: el crecimiento comenzará a chorrear y pronto alcanzará a los niveles de menores ingresos. Pero hasta ahora no sólo no chorrea, ni siquiera gotea", comentó Solórzano.
Funcionarios gubernamentales, como el economista Santiago Alcazar, del Ministerio de Trabajo, sostienen que existe una reacción impaciente de la población, "porque en realidad sí se está produciendo un incremento en el empleo".
Alcazar señaló que según la Encuesta de Variación del Empleo que efectúa mensualmente el Ministerio de Trabajo, la ocupación aumentó en 1,5 por ciento en el sector comercio, 0,6 por ciento en servicios y 0,3 por ciento en la industria manufacturera.
Las respuestas negativas en las encuestas se deben "a la previsible fatiga de las expectativas de rápido bienestar económico que generó el programa del presidente Fujimori, a la que se suman los mensajes adversos de los partidos políticos opositores", añadió. (FIN/IPS/al/ag/ip-if/98