PAKISTAN: Sólo tres por ciento de legisladores son mujeres

Sólo tres por ciento de los cargos legislativos de Pakistán son ocupados por mujeres, aunque la ex primera ministra Benazir Bhutto fue la primera mujer del mundo islámico que llegó a la jefatura de gobierno.

Ahora Bhutto es una de las seis legisladoras en la Asamblea Nacional (Parlamento), luego de que su Partido del Pueblo de Pakistán (PPP) sólo consiguió 17 bancas en las elecciones del año pasado, convirtiéndose en una minoría opositora.

La Liga Musulmana de Pakistán, encabezada por el actual primer ministro Nawaz Sharif, ganó más de dos tercios de las bancas, derribando así a la mayoría de los ministros de Bhutto.

Bhutto y su madre, Nusrat Bhutto, sobrevivieron a la batalla electoral dominada por los hombres porque son herederas del PPP, partido fundado por el padre de la ex jefa de gobierno, el ex primer ministro Zulfikar Ali Bhutto, surgido de una familia terrateniente de la provincia de Sindh.

Las mujeres de Asia meridional tienen una participación marginal en la política, situación que se acentúa en Pakistán. Pocas participan y menos son electas al parlamento o las asambleas provinciales. Toda dirigente poderosa de la región fue viuda o hija de un ex primer ministro o presidente.

Las mujeres representan sólo tres por ciento de los legisladores de la Asamblea Nacional y las cuatro asambleas provinciales. En Bangladesh la cifra asciende a 11 por ciento, en India es siete por ciento, y en Sri Lanka y Nepal cinco por ciento cada uno.

El primer ministro Sharif incluyó en su gabinete a dos de las tres mujeres que resultaron electas en su partido. Syed Abida Hussain fue ministra federal de Ciencia y Tecnología, mientras Begum Tehmina Doltana está a cargo de la cartera de Desarrollo de la Mujer y Educación Especial.

La tercera legisladora de la Liga Musulmana es Begum Majeeda Wyne, viuda del ex ministro principal de Punjab, Ghulam Haider Wyne. Las tres legisladoras del partido proceden de Punjab, la provincia natal de Sharif, y tienen influyentes antecedentes políticos.

Ninguna mujer que no pertenezca a la elite gobernante de Pakistán ha accedido a un cargo político. De las 217 que participaron en la última elección general, sólo seis resultaron electas, tres de la Liga Musulmana y tres del Partido del Pueblo.

De las 460 mujeres que fueron candidatas a las elecciones provinciales, sólo nueve resultaron electas, todas de la Liga Musulmana y en Punjab.

Así mismo, los hombres son la abrumadora mayoría entre los 83 integrantes del senado, la cámara alta del parlamento federal. Sólo hay dos mujeres, Fiza Kaneez Junejo, hija de un ex primer ministro, y Begum Nasreen Jalil, del Movimiento Mohajir Qaumi.

Una de las razones de esta desigualdad en la representación política radica en que menos mujeres ejercen el derecho al voto que los hombres. Aunque las mujeres constituyen 54 por ciento de los 140 millones de habitantes, sólo 25 millones están registradas como votantes, frente a 30 millones de hombres.

"La mínima representación de las mujeres en todos los niveles no hace más que reflejar la falta de compromiso de los partidos políticos para hacer participar a las mujeres en el ámbito político nacional", comentó un analista de Lahore.

Las asambleas de las provincias de la Frontera del Noroeste y Balochistán no tienen representantes femeninas porque los partidos políticos de la zona no permiten que las mujeres salgan de sus hogares para votar.

Desde hace dos años, organizaciones no gubernamentales (ONG) como la Fundación Arat intentan convencer a mujeres y hombres de zonas tribales administradas por el gobierno federal, en la frontera con Afganistán, de participar en los comicios.

Rakshanda Naz, de la Fundación, dijo a IPS que la ONG no logró registrar a todas las mujeres habilitadas para votar. "La mayoría no sabe su fecha de nacimiento, así que es difícil que tengan documentos de identidad", explicó.

Además, las ONG se debieron enfrentar a la oposición de la derecha religiosa, entre ellos el clero islámico que acusa a las organizaciones de "impurificar" a las mujeres al publicar sus nombres en listas que podrían leer "hombres desconocidos".

Incluso en zonas urbanas de las provincias de Punjab y Sindh, menos regidas por la tradición, donde niñas y niños asisten a colegios mixtos y las mujeres no siempre usan el velo, los partidos políticos aseguran que las mujeres no tienen "interés" en participar en la política, aunque cientos de ellas fueron candidatas en los comicios del año pasado.

Según la Constitución de 1973, cierta cantidad de bancas de la Asamblea General se reservarían para las mujeres durante un período de 10 años, con el fin de permitirles adquirir la capacidad para ingresar masivamente a la política. Luego, la ley especial se extendió cinco años más.

Pero el sistema de cuotas terminó en 1988, un año conflictivo con la repentina muerte del dictador militar Ziaul Haq, en agosto, y la celebración de elecciones generales, en noviembre.

Tanto el Partido del Pueblo como la Liga Musulmana prometieron reinstalar el sistema de cuotas para las mujeres. Pero varios gobiernos sucesivos evitaron la cuestión, a pesar de la presión de las ONG que pretenden el 33 por ciento de las bancas para las mujeres en los órganos legislativos del país.

"La participación por igual de hombres y mujeres en el proceso de toma de decisiones es el requisito previo de una democracia efectiva y genuina", sostuvo la presidenta del independiente Comité de Derechos Humanos de Pakistán, Asma Jahangir.(FIN/IPS/tra- en/am/an/aq/hd-ip/98

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