PAKISTAN: A punto de caer en mora por pago de deuda externa

Pakistán sufre la peor crisis económica de su historia y podría caer en mora por el pago de los intereses de su deuda externa debido a las sanciones internacionales adoptadas tras los ensayos nucleares realizados en mayo por este país de Asia meridional.

El primer ministro Nawaz Sharif asumió el poder en febrero de 1997 y su ministro de Finanzas Sartaj Aziz presentó el primer presupuesto sin impuestos en 50 años. El gobierno adoptó férreas medidas para obligar a los morosos a pagar 130 millones de dólares debidos a los bancos paquistaníes.

Pero la economía no se había recuperado a fines del año pasado. Como los indicadores económicos no reflejaron las previsiones del gobierno, el Fondo Monetario Internacional (FMI) se negó a otorgar a Sharif un préstamo de largo plazo por el cual el mandatario había negociado arduamente.

Sharif se encontró de nuevo donde había empezado, a excepción de las reservas de divisas, que en septiembre ascendían a 1.500 millones de dólares, suficientes para cumplir con las obligaciones de la deuda externa. Islamabad había heredado del gobierno anterior unos 500 millones de dólares en divisas.

Pero ahora el gobierno se encuentra al borde de caer en mora por el pago de los intereses de la deuda.

Las reservas de divisas prácticamente se agotaron, y el flujo de dinero se detuvo mientras la ayuda y los préstamos extranjeros cesaron como resultado de las sanciones impuestas por Estados Unidos y el resto del Grupo de los Siete (G-7) países más industrializados del Mundo.

El Grupo de los Siete está integrado por Alemania, Canadá, Francia, Gran Bretaña, Italia y Japón, además de Estados Unidos.

El ministro de Finanzas Aziz declaró la semana pasada al diario estadounidense Washington Times que Pakistán se está quedando sin dinero y está al borde de caer en mora por el pago de sus intereses.

El economista Shahid Kardar manifestó su alivio porque el gobierno asumió la crisis financiera y reconoció que el tiempo se está acabando a medida que los problemas se agravan. Hasta el momento, Islamabad actuó como si todo fuera normal. "Eso no sirve", comentó.

Pero Sharif, para mantener la moral elevada, sigue expresando su optimismo sobre la recuperación económica y la esperanza de un resultado favorable para Pakistán de una reunión que celebrarán los directores ejecutivos del FMI el día 27.

Pero los funcionarios de Islamabad reconocen que la tarea más importante es impedir el descenso aun mayor de la confianza de los inversores, en el caso de que el país no pueda pagar su deuda.

Las operaciones financieras de Pakistán serán objeto de nuevas sanciones si cae en mora porque el gobierno reconocería así su incapacidad para limitar la crisis económica que prometió atenuar cuando recibió los préstamos de los donantes multilaterales e internacionales, advirtió Kardar.

"La moneda tendría que devaluarse, entre otras cosas. Inicialmente, habría problemas con la importación de productos esenciales debido a la diferencia cambiaria", sostuvo.

Incluso si el país logra pasar este mes, podría caer en mora en el pago de los intereses en el próximo trimestre, advierten expertos independientes.

El día 13, la compañía estadounidense de calificación de créditos Standard and Poor's hizo descender la posición de Pakistán y advirtió que el país podría caer en mora por el pago de la deuda en este trimestre fiscal.

El gobierno intentó recuperar la confianza de los inversores tras los ensayos nucleares, pero terminó perjudicando a más personas con su decisión de emplear poderes especiales bajo el régimen de emergencia adoptado tras las pruebas, al congelar unos 10.000 millones de dólares en depósitos de moneda extranjera.

Sharif dijo que la medida tenía el fin de impedir la huida de capitales, pero según el ex ministro de Finanzas y destacado defensor de la paz en el subcontinente Mubashar Hassan, el gobierno puso en peligro las políticas financieras del país.

El valor de la rupia paquistaní descendió frente al dólar, también debido al menor peso del yen japonés.

Las sanciones le costaron a Pakistán un préstamo del FMI por 1.500 millones de dólares, que se encuentra "suspendido", y otros créditos del Banco Mundial y asistencia bilateral de los países del G-7.

Para recabar fondos, Sharif y otros funcionarios viajaron a países amistosos como los estados del Golfo para pedir asistencia financiera. China también se encuentra en la lista de futuros destinos del primer ministro.

Arabia Saudita prometió brindar su apoyo financiero, pero ninguno de los estados del Golfo, fieles aliados de Estados Unidos, se comprometieron a brindar su ayuda. (FIN/IPS/tra-en/am/an/aq/dv if/98

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