Altos funcionarios diplomáticos y militares de Estados Unidos se sumarán a una serie de personajes que desfilaron por Abuja, la capital de Nigeria, con el fin de presionar al nuevo gobierno militar para que aplique un programa creíble de transición al régimen civil.
El subsecretario de Estado para Asuntos Políticos, Thomas Pickering, encabezará la delegación que partirá de Washington este fin de semana y se reunirá el martes con el presidente Abdulsalam Abubakar, anunció este jueves el Departamento de Estado.
El anuncio se produjo luego de la aprobación de Abuja, que hace un mes había rechazado una visita similar, pocos días antes del inesperado fallecimiento del general Sani Abacha, presidente desde 1993.
La repentina muerte de Abacha alentó esperanzas en el gobierno de Estados Unidos, que creía imposible mejorar los vínculos con el gobierno del país africano mientras Abacha permaneciera en el poder.
Pickering, ex embajador de Estados Unidos ante Nigeria, irá acompañado por el general James Jamerson, encargado militar de asuntos africanos, y la secretaria adjunta de Estado Susan Rice, quien fue la más dura crítica al régimen de Abacha dentro de la administración de Bill Clinton.
La delegación también incluirá funcionarios del Consejo Nacional de Seguridad y la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID), lo cual sugiere una posible reanudación de la ayuda bilateral, suspendida en 1993.
La visita de la delegación sucederá a las realizadas la semana pasada por el vicecanciller británico Tony Lloyd, quien se reunió con Abubakar en nombre de los 15 países de la Unión Europea, y por el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Kofi Annan.
Annan se reunió el martes con Abubakar y luego con Moshood Abiola, el prisionero político que habría ganado las elecciones presidenciales de 1993, luego anuladas por los militares.
Antes de partir de Abuja este jueves, Annan anunció que el gobierno militar aceptó liberar a todos los prisioneros políticos, incluso a Abiola, quien aceptó renunciar a la presidencia.
Funcionarios de Washington señalaron que los contactos de Annan son el último ejemplo de una serie de medidas positivas adoptadas por Abubakar desde que reemplazara a Abacha a principios de junio.
El líder militar liberó a más de 60 prisioneros políticos, entre ellos al ex jefe de Estado, general Olusegun Obasanjo, el activista por los derechos humanos Beko Ransom-Kuti y otros destacados opositores a Abacha.
Abubakar también buscó dialogar con el movimiento democrático y otros sectores sobre la transición al gobierno civil. El diálogo "es uno de los acontecimientos más alentadores de las últimas semanas en Nigeria, y esperamos que continúe", manifestó Rice ante el Congreso de Estados Unidos.
El Departamento de Estado recibió este jueves los anuncios de Annan con beneplácito y pidió que la liberación de los prisioneros se realice "pronto".
"Si esas medidas se cumplen, aumentará nuestro optimismo sobre el compromiso del nuevo líder nigeriano hacia el respeto de los derechos humanos y para asegurar la rápida transición al gobierno democrático", dijo el portavoz James Rubin.
No obstante, fuentes de Washington creen que el nuevo gobierno está actuando con mucha cautela y que la junta militar de gobierno no se ha decidido sobre el papel de Abiola, el calendario ni los mecanismos de la transición democrática.
La junta militar "parece hacer hincapié en preservar el consenso", sostuvo un funcionario.
Varias organizaciones democráticas de Nigeria exigen que Abiola sea designado jefe de Estado o, al menos, como la principal figura de una administración interina que será establecida el 1 de octubre.
En un principio, Abubakar había anunciado que el poder sería transferido a un gobierno civil en esa fecha.
Aparte de exigir la liberación de Abiola y su participación en la esfera pública, Washington no adoptó aún una postura definida sobre el papel del líder o las fechas del proceso de transición.
Pero la mayoría de los analistas creen que el objetivo del 1 de octubre no es realista dados los múltiples intereses en juego y la gran cantidad de participantes en el proceso.
"No creemos que sea prudente ni productivo dictarle al pueblo de Nigeria el marco temporal o las condiciones de su propio programa de transición", señaló Rice la semana pasada.
Abacha también había prometido entregar el poder el 1 de octubre. Pero el dictador muerto planeaba celebrar elecciones presidenciales, en las que sería el único candiato, renunciar a las fuerzas armadas y convertirse en presidente civil.
Antes de la muerte de Abacha, Washington denunció "fallas fatales" del programa de transición. La misión abortada de Pickering a principios de junio tenía por fin disuadir al dictador de continuar con el plan. (FIN/IPS/tra-en/jl/aa/ml-aq/ip/98