El gobierno de Estados Unidos respaldó el anuncio del jefe de Estado de Nigeria, Abdulsalam Abubakar, quien aseguró que entregará el poder a un presidente civil electo durante el primer trimestre de 1999.
El portavoz de la Casa Blanca Mike McCurry calificó el martes el discurso del general Abubakar televisado el lunes como "significativo", y dijo que Washington está "comprometido para trabajar con el pueblo de Nigeria para asegurar una transición a la democracia rápida, transparente e inclusiva".
En el Departamento de Estado, el portavoz James Rubin presentó una declaración celebrando el discurso de Abubakar, en particular su intención de liberar a todos los prisioneros políticos y realizar elecciones el año próximo con la meta de inaugurar una presidencia democrática el 29 de mayo de 1999.
Rubin alabó la promesa del presidente militar nigeriano de tomar medidas para reformar sectores de la economía y reducir la pobreza, que creció mucho durante la última década.
Sin embargo, Washington no dijo si aliviará las sanciones diplomáticas y económicas impuestas contra el régimen militar del antecesor de Abubakar, el general Sani Abacha, quien murió en la presidencia el 7 de junio.
La decisión para mantener las sanciones de Estados Unidos fue tomada con alivio por algunos analistas independientes. "Es prematuro aliviar las sanciones. No debemos hacerlo hasta que estemos seguros de que habrá un proceso democrático que la mayoría de la gente acepte", dijo el ex embajador de este país a Nigeria Walter Carrington.
Carrington, quien fue embajador hasta su retiro el año pasado, expresó su preocupación ante el fracaso de Abubakar para respaldar llamados de la oposición a una conferencia nacional o un gobierno de unidad nacional que supervise la transición.
En especial, Abubakar enfrentará "grandes problemas para hacer participar en la transición a quienes sienten que la dominación del norte del proceso electoral no es confiable", en especial la región yoruba del sudoeste del país, agregó.
El ejército, que gobernó Nigeria desde la independencia en 1960, a excepción de 10 años, ha sido tradicionalmente controlado por integrantes de los grupos étnicos hausa y fulani, del norte del país.
En su discurso, Abubakar llamó a la creación de una democracia "sin trabas" que incluya la libre formación de partidos políticos, independencia para el sistema judicial, la supervisión internacional de elecciones, y la liberación de prisioneros políticos y detenidos sin juicio.
Abubakar repudió el plan de transición de Abacha, que debía culminar con la elección de un presidente civil en agosto y su asunción el 1 de octubre.
Bajo este esquema, se crearon cinco partidos políticos, y todos nominaron a Abacha a la presidencia. Antes de su muerte, se asumía que se retiraría del ejército, aceptaría las nominaciones de los partidos y se auto-sucedería como jefe de Estado en octubre.
Además, Abubakar suprimió elementos claves del proceso iniciado por Abacha. Ordenó la disolución de los cinco partidos políticos, canceló los resultados de las elecciones regionales ampliamente boicoteadas, y prometió descartar la comisión electoral designada por Abacha.
No obstante, rechazó demandas de la oposición para transferir el poder a un gobierno civil de unidad nacional de base amplia que representara a los seis regiones geográficas del país y organizara la transición al gobierno democrático.
Además, sugirió que la constitución bajo la que se organizará la constitución será la carta, aún secreta, elaborada durante el gobierno de Abacha.
"Nadie ha visto esta constitución; es imaginaria", dijo Learned Dees, jefe de programas del Fondo Nacional para la Democracia (NED), una agencia de ayuda estadounidense. "Si la base de la democracia sólo será esta constitución, y es imaginaria, ¿cómo puede ser un proceso creíble?".
Los nigerianos han escuchado buenos discursos de los militares muchas veces, pero "el hecho es que el ejército aún intenta dictar los términos para la transición", dijo Adotei Akwei, del departamento de Africa de la organización defensora de los derechos humanos Amnistía International.
El director de la Asociación Yoruba de América del Norte, Shegun Gbadegesin, deploró el rechazo de Abubakar a las demandas de la oposición para una transferencia de poder a un gobierno de unidad nacional el 1 de octubre, y predijo que el resultado será la "desobediencia civil masiva" en partes del país. (FIN/IPS/tra-en/jl/mk/lp/ip hd/98