El secretario general de la ONU, Kofi Annan, exhortó hoy a los países a pagar a la organización sus deudas pendientes antes del 2000 para permitir la concreción de cambios.
El llamado de Annan fue formulado en Uruguay, donde concluyó este miércoles una visita de dos días en el marco de su primera gira por América Latina desde que asumió el cargo el 1 de enero de 1997.
Annan se mostró preocupado por las finanzas de la organización, que concluyó el ejercicio de 1997 con un saldo negativo en caja de 122 millones de dólares en el presupuesto regular.
A este balance anual debe agregarse una saldo negativo acumulado que lleva a que la ONU (Organización de las Naciones Unidas) deba un total de 1.175 millones de dólares por varios conceptos, en particular a los países que aportan militares a las misiones de paz.
"Cuando nuestros deudores se pongan al día podremos pagar nuestras deudas", dijo Annan.
La crisis tiene su raíz en la deuda deuda de varios contribuyentes encabezados por Estados Unidos (con 1.300 millones de dólares), Alemania, Ucrania, Japón, Rusia, Yugoslavia, Iraq, Georgia, Bosnia-Herzegovina, Moldavia, Burundi, Somalia, República Centroafricana y Congo.
"Es hora de que los estados miembtos se den cuenta de que en este mundo interdependiente, en el que muchos asuntos pasan las fronteras, necesitamos más que nunca a las Naciones Unidas y que sus integrantes cumplan con su parte", dijo en conferencia de prensa.
El funcionario señaló que desde que asumió el cargo impulsó reformas estructurales y administrativas de largo alcance pero advirtió que para poder cumplir con esas metas "es esencial que los estados mimbros se ubiquen en los ideales de la ONU y cumplan sus compromisos".
"No tiene sentido hacer reformas con un presupuesto que queda corto en algunos casos y sin nada en otros. Quisiera que estos estados (deudores) se comprometan a trabajar para comenzar el año 2000 sin saldo en rojo", dijo.
"Comenzar el nuevo milenio con la hoja en limpio sería un buen regalo para el mundo y para los niños. Espero que se decidan ahora hacer ese regalo", agregó.
Annan dijo consideró que los principales problemas que debe afrontar la ONU son la pobreza que afecta al mundo y el respeto por los derechos y la seguridad humana.
En este último aspecto, dijo que la seguridad humana no sólo significa ausencia de guerra, sino también el derecho del individuo a satisfacer sus aspiraciones.
"Cuando se considera que miles de millones de personas viven hoy con menos de dos dólares por día, uno se da cuenta de la magnitud del problema. Es necesario eliminar algunas de las desigualdades que llevan a que haya trastornos sociales y políticos", dijo.
El respeto de los derechos humanos y "una buena gobernabilidad" constituyen "una reafirmación de nuestra creencia en los derechos de los individuos, y en la ONU tenemos la obligación de proteger los derechos de los pueblos", afirmó.
Annan dijo que no puede predecir si América Latina tendrá un lugar en el Consejo de Seguridad de la ONU porque el asunto se encuentra aún en una etapa de discusión.
El canciller de Uruguay, Didier Opertti, es el candidato con mayores posibilidades para presidir a partir de septiembre la Asamblea General de la ONU.
Annan dijo que ese cargo "tiene un papel relevante porque la mayor parte de las decisiones de la organización pasan por sus manos". "Estoy seguro de que cuando la postulación del candidato uruguayo sea aprobada tendrá un papel muy importante que jugar", sostuvo.
El gobierno uruguayo planteó a Annan su aspiración a que un militar uruguayo ocupe un cargo de comandante en las fuerzas de paz de la ONU, teniendo en cuenta los antecedentes del país latinoamericano en ese terreno.
Fuentes del gobierno uruguayo dijeron a IPS que esa posibilidad existe, lo que supondría una distinción para este país de 3,1 millones de habitantes cuyos contingentes ocuparon hace siete años el tercer lugar por su magnitud entre los que aportaron 6.332 efectivos en Camboya, Mozambique y Angola.
En ese período el gobierno uruguayo mantuvo estrechos lazos con Annan, que entre 1988 y 1993 se desempeñó en la secretaría general adjunta de las operaciones para el mantenimiento de la paz de la ONU.
Uruguay ocupa hoy el lugar 41 entre 84 países participantes, con un total de 68 observadores de los cuales 28 son policías destacados en Angola.
Los restantes están distribuídos en Kwait, Cachemira, Chipre, Georgia, Tajikistan y el Sahara Occidental.
Uruguay está al día en sus aportes a la ONU y la organización le debe a este país nueve millones de dólares por concepto de equipos militares utilizados durante las misiones de paz. (FIN/IPS/rr/mj/ip/98