El presidente de Argentina, Carlos Menem, insistirá en la Cumbre del Mercado Común del Sur (Mercosur) este jueves y viernes en la creación de una moneda única para el bloque, dijo hoy un alto funcionario.
Jorge Castro, secretario de Planeamiento Estratégico de la Presidencia argentina, señaló que el impacto de la crisis asiática fundamenta la propuesta de Menem, ya que es indispensable hacer avanzar la integración hacia una convergencia fiscal y monetaria.
Menem será el anfitrión de la Cumbre de Presidentes del Mercosur, que se realizará en la ciudad de Ushuaia, 3.580 kilómetros al sur de Buenos Aires, en la ribera norte del Canal de Beagle.
En la reunión, que tendrá como invitado de honor al presidente de Sudáfrica Nelson Mandela, participarán los mandatarios de los otros tres países del bloque, Fernando Henrique Cardoso, de Brasil, Juan Carlos Wasmosy, de Paraguay, y Julio Sanguinetti, de Uruguay.
También asistirán los presidentes Hugo Banzer, de Bolivia, y Eduardo Frei, de Chile, países que suscribieron tratados de asociación y de libre comercio con el Mercosur, creado en 1991.
Castro inauguró este martes un seminario para periodistas sobre "El Mercosur y la Unión Europea en la era de la globalización", convocado por la revista Mercosur de España y organizado por la agencia Comunica, de ese mismo país.
"Todos los países y bloques deben adecuarse a la globalización. Los retrasos estructurales no solo son un riesgo de retardo, sino que pueden alcanzar un carácter explosivo si no hay una convergencia fiscal y monetaria", dijo.
De esta forma, Castro reforzó la idea de Menem de una moneda única para el Mercosur, que es vista con escepticismo y como apresurada por los otros miembros del acuerdo, y que en Ushuaia tendría un lanzamiento más bien simbólico.
El funcionario argentino señaló que en el actual proceso de globalización los aspectos arancelarios han dejado de ser lo fundamental para las negociaciones económicas internacionales, para ceder paso a las condiciones internas de los países.
Desde el lanzamiento de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en Marrakesh, Marruecos, en 1994 se ha producido una rebajan arancelaria mundial promedio de 40 por ciento, indicó Castro.
Así, hoy cobran mayor importancia para la proyección estratégica internacional aspectos internos de los países que negocian acuerdos comerciales, como sus regulaciones económicas, las estructuras productivas y el marco institucional que las rige.
Los factores primordiales que hoy determinan el diagnóstico internacional de un país o bloque son, en el mismo orden, su atractivo para la inversión extranjera directa (IED), el aumento de su comercio y el crecimiento de su producto interno bruto (PIB), dijo Castro.
Desde 1993 hasta julio de 1997, fecha en que comenzó la crisis asiática, la IED creció 25 por ciento, el comercio internacional lo hizo en ocho por ciento y el PIB mundial registró promedios anuales inferiores, entre 3,7 y cuatro por ciento.
Castro destacó que, a pesar del impacto de la crisis asiática, las perspectivas de inversión en el Mercosur son favorables, como lo demuestra el caso de Brasil, que recibe últimamente recursos por montos mensuales en torno a los 5.500 millones de dólares.
Esta suma crecerá significativamente con el inicio de la privatización de las telecomunicaciones brasileñas, que, según los cálculos más conservadores, debe aportar al país unos 70.000 millones de dólares, recordó el secretario de Planeamiento.
"Los mayores imanes de IED en la región están en Brasil, Argentina y Chile", indicó Castro, quien destacó también el atractivo que está ejerciendo Venezuela para capitales de los Estados Unidos en el sector petrolero.
Castro resaltó que Chile es el país emergente más competitivo como exportador estructural de capitales, con grandes inversiones en Argentina que se duplicarán en el curso de los próximos cuatro a seis años.
El funcionario argentino insistió en que los países deben adecuar sus estructuras internas para recibir más IED, en un escenario donde la globalización se acelera con la recuperación productiva de Estados Unidos como principal vector.
Agregó que el proyecto de asociación del Mercosur con la Unión Europea (UE) se inserta en la globalización mundial, en una hora en que ese continente recupera un ritmo alto de crecimiento y es el mayor receptor de IED junto con Estados Unidos.
A juicio de Castro, el ejemplo de la UE con la adopción de una moneda única es digno de considerar ahora, cuando la crisis asiática puso en evidencia la necesidad de adecuar las estructuras fiscales y monetarias.
El funcionario se mostró, no obstante, escéptico de que los bancos centrales, gobiernos u organismos multilaterales puedan controlar los flujos de capital que mueven en el mundo 40.000 transnacionales y sus 200.000 filiales.
El 17 de julio, recordó Castro, la acción combinada de la Reserva Federal de Estados Unidos y el Banco de Tokio permitió mover hacia Japón 16.000 millones de dólares, en la intervención para auxiliar a la economía del país asiático.
Ese mismo día, en el mundo se movieron capitales por 1,5 trillones de dólares, agregó el secretario, quien explicó que "un trillón es un millón de millones de millones (sic) de dólares". (FIN/IPS/ggr/mj/if/98