La Unión Europea aumentó drásticamente sus fondos de ayuda para futuros desastres, elevando la proporción asignada a víctimas de calamidades naturales a casi un cuarto de su decreciente presupuesto.
El Centro para la Investigación de Epidemiología y Desastres (CRED), con sede en esta capital, afirma que durante este siglo el número de desastres anuales aumentó constantemente, a partir de un promedio de nueve en la primera década a 477 por año en los años 90.
Las cifras de CRED revelan que, entre 1971 y 1995, más de 130.000 personas murieron cada año a causa de desastres, la mayoría naturales. Otros 140 millones de personas quedaron sin hogar o medios de supervivencia.
El número y escala de las emergencias ambientales en todo el mundo crece a un ritmo alarmante, y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) hizo un llamado especial para la asistencia internacional con el fin de hacer frente a crisis por venir.
Al presentar el informe del mes de julio de la ONU sobre asistencia humanitaria, el secretario general del organismo mundial, Kofi Annan, dijo que el número de emergencias continúa aumentando, pero las contribuciones de los donantes disminuyeron.
De los 2.800 millones de dólares que se necesitaron en el mundo en 1994, casi 80 por ciento fueron entregados por donantes. Pero en 1997, cuando el requerimiento de fondos cayó a 1.700 millones de dólares, las contribuciones de donantes sólo cubrieron 62 por ciento de las necesidades.
La Oficina Humanitaria de la Comunidad Europea (ECHO) brinda casi la mitad de la asistencia para crisis de la UE, el mayor donante mundial de ayuda humanitaria.
Pero los fondos se redujeron anualmente en los últimos cuatro años, de 840 millones de dólares en 1994 a 485 millones en 1997. La ayuda se destina sólo a países no integrantes de la UE.
Los fondos de ECHO relacionados a los desastres naturales representaron 12 por ciento del presupuesto total de ECHO en 1994, y gradualmente se redujeron a cuatro por ciento en 1996, para luego alcanzar 24 por ciento del presupuesto el año pasado.
El dinero de la UE destinado a desastres naturales aumentó 400 por ciento entre 1996 y 1997, aunque el presupuesto de ayuda de emergencia ha sido reducido.
El presupuesto de ECHO para actividades relacionadas a desastres naturales ascendió a 95 millones de dólares el año pasado, y se estima una cantidad similar para este año.
La ejecutiva Comisión Europea anunció esta semana que aportará 6,3 millones de dólares para prevención de desastres naturales y acciones preparativas en América Central y el Caribe, el sudeste de Asia y Bangladesh.
Organizaciones no gubernamentales (ONG) europeas urgieron a las autoridades que elaboraron el presupuesto de la UE para 1999 que incluyeran la preparación para desastres como un componente clave de los programas de desarrollo del bloque europeo.
Giovanni Rufini, coordinador de VOICE, una red de 65 ONG europeas activas en el terreno humanitario, afirma que las actividades de prevención de la UE no sólo deben basarse en donaciones de ayuda humantiaria.
"En términos de administración, con un presupuesto limitado, tiene sentido invertir en la preparación para los desastres. Pero la preparación no debería ser sólo parte de una oficina humanitaria, sino parte integral de las actividades de desarrollo", dijo Rufini.
Aunque varios departamentos de la Comisión Europea que tratan con países en desarrollo participaron en programas de prevención de desastres, de su financiación y gestión se ocupa ahora ECHO.
La ayuda especial a los refugiados y poblaciones desplazadas también cayó a partir de 1994, de 307 millones de dólares en ese año a 186 millones de dólares en 1995, 25 millones en 1996 y 38 millones de dólares en 1997.
El fenómeno se atribuye a reducciones en la ayuda entregada por países industrializados en los últimos años, y al decreciente número de refugiados.
Según el estudio del Comité de Refugiados de Estados Unidos de 1998, hubo unos 13,6 millones de refugiados y solicitantes de asilo en 1997.
Esta fue la cifra más baja en 10 años, representando una caída significativa a partir de 1992, cuando 17,6 millones de personas fueron forzadas a dejar sus hogares en todo el mundo.
La "Encuesta Mundial de Refugiados de 1998" afirma que la reducción del número de refugiados durante 1997 se debió en parte a la decisión de unos 200.000 refugiados ruandeses hutu de dejar la República Democrática de Congo (ex Zaire) y retornar a Ruanda.
Además, se sumó el retorno de unos 53.000 refugiados de Angola, 110.000 bosnios a los Balcanes desde Europa oriental y 83.000 refugiados afganos desde Pakistán e Irán. (FIN/IPS/tra-en/ns/rj/lp/dv/98