La presión de los agricultores de Estados Unidos logró que el Senado de este país aceptara excluir las exportaciones de alimentos de las sanciones impuestas a India y Pakistán tras las pruebas nucleares realizadas en mayo.
La decisión fue interpretada como una nueva señal de debilitamiento de las sanciones contra los dos países. Pero la investigadora Kimberly Elliot, del Instituto para la Economía Internacional, advirtió que lo sucedido "está relacionado principalmente con la agricultura".
La Ley de Apoyo a Exportaciones Agrícolas, que fue aprobada en forma expedita por el Senado esta semana, permite el uso de financiamiento garantizado por el gobierno de Estados Unidos para pagar por exportaciones hacia el Sur de Asia.
Cuando sea promulgada, probablemente la próxima semana, los agricultores estadounidenses estarán en condiciones de competir por la venta de trigo a Pakistán.
Pakistán tiene programada una compra de 350.000 toneladas métricas de trigo para el próximo miércoles, por unos 37 millones de dólares. Se espera que la ley, respaldada por el presidente Bill Clinton, ya esté vigente para esa operación.
"En las mesas de Islamabad les da lo mismo si el trigo es comprado en Estados Unidos o en Canadá, pero la situación es muy diferente en las mesas de Topeka", dijo el senador republicano de Kentucky, Mitch McConnell, al referirse a uno de los principales pueblos productores de grano de este país.
La sobreoferta de trigo provocó una baja en los precios por séptimo año consecutivo, lo que obligó a muchos agricultores a abandonar sus tierras.
Adicionalmente, se producen situaciones como la del estado de Washington, que exporta a Pakistán 37 por ciento de su producción y vende al mundo en desarrollo 500 millones de dólares anuales.
El proyecto de ley estuvo a punto de naufragar a primera hora del jueves cuando se debatió la posibilidad de darle al gobierno de Clinton la autoridad para levantar sanciones en otros sectores, con el fin de otorgarle mayor capacidad negociadora frente a India y Pakistán.
Pero la propuesta fue rechazada bajo el argumento de que se le estaría dando una carta blanca para actuar sin aprobación del Congreso.
En cualquier caso, los grupos que opositores a las sanciones internacionales quedaron satisfechos con la nueva ley, que utilizarán para presionar por reformas más profundas al sistema.
La coalición antisanciones USA-ENGAGE, que agrupa a 675 empresas, recibió la decisión del Senado como "un primer paso" en la dirección correcta.
Pero otros analistas se mostraron preocupados porque la disminución de sanciones fortalezca la posición de quienes se oponen a su uso como herramienta de política internacional, mientras reduce la presión necesaria para que India y Pakistán retrocedan en sus programas nucleares.
El ministro de Finanzas de India, Yashwant Sinha, pareció confirmar esos temores después que se reanudaron los préstamos del Banco Mundial al calificar este hecho como "un desaire para quienes proclaman que seremos gravemente afectados por las sanciones".
Pero Elliot insistió en que los cambios de rumbo adoptados en Washington están estrechamente relacionados con presiones de sectores nacionales, en este caso los cultivadores de trigo.
"Sólo detectamos cambios en este tipo de casos", dijo, y destacó que los legisladores son muy sensibles en un año electoral.
En las últimas semanas Washington también permitió que el Banco Mundial reanudara los créditos para respaldar programas humanitarios.
Y si bien los bancos de Estados Unidos no pueden aprobar nuevos financiamientos a los gobiernos de India y Pakistán, sí están autorizados a concluir las operaciones ya iniciadas.
Sin embargo, los dos países sí serán afectados por la paralización de préstamos de organizaciones financieras multilaterales, destinados a áreas de sus economías que no están relacionadas con necesidades humanas básicas. La cantidad involucrada ronda los 4.000 millones de dólares.
"Esta es la sanción clave, en especial para Pakistán, y sigue en pie", destacó Elliot a IPS.
Ese país se encontraba a la mitad de un programa de 1.600 millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional (FMI), y ahora enfrenta una paralización en esos aportes financieros.
Las reservas internacionales de Pakistán son de unos 900 millones de dólares, con lo cual sólo podría afrontar cuatro semanas de importaciones. Entretanto, en los próximos 12 meses debería afrontar pagos por 5.200 millones de dólares relacionados con obligaciones de su deuda externa.
El ministro de finanzas de Pakistán, Sartaj Aziz, advirtió hace pocos días que su país se verá obligado a declarar una moratoria en los pagos, si es que las sanciones se mantienen un plazo mayor a los tres meses.
El sistema de sanciones internacionales de Estados Unidos fue concebido para castigar 27 tipos de conducta rechazados por Washington, y en estos momentos hay 75 países que son objeto de estas medidas o están amenazados con su aplicación.
El Congreso está considerando nuevas leyes para decretar una prohibición de comerciar con países que persiguen a las minorías religiosas o explotan a los niños.
Pero al mismo tiempo considera proposiciones para evitar la imposición de sanciones unilaterales hasta que se hayan agotado las vías de negociación unilateral y multilateral, y hasta que el gobierno y el Congreso se hayan puesto de acuerdo sobre los costos y beneficios de las medidas.
Hay diversas estimaciones sobre los costos que implican las sanciones. El subdirector de la oficina de presupuesto del Congreso, John Paul Acton, dijo que Estados Unidos pierde 1.000 millones de dólares anuales.
Elliot considera que el costo real oscila entre 15.000 y 19.000 millones, más la perdida de unos 200.000 puestos de trabajo relacionados con el sector exportador. Pero reconoció que es una cantidad poco importante "para una economía de siete billones de dólares". (FIN/IPS/tra-en/aa/mk/lc/ip if/98