La XIV Cumbre de Presidentes del Mercado Común del Sur (Mercosur) concluyó hoy en esta ciudad de Argentina con trascendentales avances políticos y virtualmente sin acuerdos en las cuestiones económicas pendientes en el proceso de integración.
Los comunicados conjuntos suscritos por los presidentes de Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, Bolivia y Chile destacaron la ratificación del Compromiso Democrático a través del Protocolo de Ushuaia y la firma de la Declaración Política de Zona de Paz para los seis países.
Pero el comunicado de los mandatarios de los cuatro estados partes del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) contiene más intenciones que directrices de acción en los asuntos económicos pendientes en el proceso de integración.
Así ocurrió con la definición de la política automotriz que el bloque debe poner en vigencia el 1 de enero del 2000, la liberalización del intercambio de servicios y la creación de una moneda única del Mercosur, propuesta por el presidente de Argentina, Carlos Menem.
La cumbre realizada en la ciudad de Ushuaia, 3.040 kilómetros al sur de Buenos Aires en la ribera norte del Canal de Beagle, derivó desde estos fríos parajes esos asuntos fundamentales al caluroso escenario amazónico del Pantanal, en Brasil, sede de la próxima reunión, dentro de seis meses.
Menem y sus pares de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, de Paraguay, Juan Carlos Wasmosy, y de Uruguay, Julio María Sanguinetti, suscribieron además un comunicado conjunto con los mandatarios Hugo Bánzer, de Bolivia, y Eduardo Frei, de Chile, miembros asociados del Mercosur.
Los seis presidentes firmaron también el Protocolo de Ushuaia, sobre el Compromiso Democrático, y la declaración política que declara Zona de Paz al Mercosur, Bolivia y Chile.
El comunicado de los cuatro gobernantes del Mercosur, de 25 párrafos y tres cuartillas y media, parte precisamente resaltando los acuerdos en pro de la consolidación de la democracia y de la paz, mediante compromisos vinculantes para los respectivos países.
Del mismo modo, se resalta "la forma en que el Mercosur enfrentó la coyuntura impuesta por la grave crisis financiera internacional" originada en el sudeste asiático, con una acción conjunta "basada en la flexibilidad y realismo de las políticas adoptadas".
"Los presidentes ratificaron la confianza en las acciones y medidas adoptadas por el Paraguay en el plano de su política macroeconómicas y manifestaron su voluntad de cooperar solidariamente ante cualquier contingencia que surja en el ámbito financiero", reza el comunicado.
Tras congrtularse por los avances en la unión aduanera y la integración comercial, el documento pasa revista a los asuntos económicos pendientes, tratados en esta cumbre por los presidentes.
El comunicado destaca la importancia del comercio de servicios y la adhesión del Mercosur al Protocolo de Montevideo en la materia, pero no plantea cursos de acción más allá del propósito de aplicar los compromisos generales asumidos en ese contexto.
Los presidentes "tomaron conocimiento del avance en las conversaciones para la definición de la política automotriz común del Mercosur", se señala en otro pasaje del comunicado, con una redacción solamente descriptiva de los puntos que comprenderá tal política.
El arancel externo común, el libre comercio intrazona y "la ausencia de incentivos nacionales que distorsionen la competitividad", serán los criterios clave para resolver el conflicto automotor en el bloque, que enfrenta a Argentina y Brasil, los dos "gigantes" del Mercosur.
En una suerte de llamado a la calma, los presidentes recordaron que la política automotriz deberá entrar en vigencia el 1 de enero del 2000, lo cual indicaría que predominó la posición brasileña de no apresurar un acuerdo y darse tiempo en la difícil búsqueda de un consenso.
El papel de la industria automotriz es una de las pruebas fundamentales para el Mercosur, ya que este sector representa alrededor de 30 por ciento del comercio dentro del bloque.
Como parte de la profundización de la Unión Aduanera y de promoción de las disciplinas en materia fiscal y de inversión, los mandatarios acordaron "trabajar en la armonización de las políticas macroeconómicas y dar consideración a los demás aspectos que podrían facilitar en el futuro el establecimiento de una moneda única en el Mercosur".
Este texto pareció una limitada concesión al entusiasmo con que Menem propuso hasta el último momento la unión monetaria del Mercosur como tarea inmediata.
En el marco de la cumbre, los anfitriones hicieron circular dos monedas especialmente acuñadas por el Banco Central de Reserva de Argentina, con denominaciones de 50 centavos y un peso con el nombre del país y del Mercosur.
Los acápites finales del comunicado resumen los logros de estos últimos meses en la negociación de acuerdos económicos y comerciales con la Comunidad Andina, el Mercado Común Centroamericano y Canadá.
Destaca así mismo la "participación constructiva" del Mercosur en la II Cumbre de las Américas, celebrada en abril en Santiago de Chile, donde se dio inició formal a la negociación para crear el Area de Libre Comercio de América (ALCA) desde el 2005.
Los presidentes, "manifestaron su interés de que avancen los entendimientos con la Unión Europea, y reiteraron la necesidad del Mercosur de que las negociaciones para el establecimiento de una zona de libre comercio interregional sean comprensivas y no excluyan ningún sector de interés esencial para las economías de los Estados Partes".
El bloque ratificó así su posición de rechazar una eventual exclusión o discriminación del sector agrícola en la negociación que debe iniciar en los próximos meses con los 15 países de la Unión Europea. (FIN/IPS/ggr/mj/ip if/98