Una fuerte sequía atribuida al fenómeno climático de El Niño asola extensos territorios de Cuba, afectando a miles de personas y causando serias pérdidas a la agricultura y la ganadería.
El puesto de dirección contra catástrofes de la Defensa Civil en la provincia de Granma, 840 kilómetros al este de La Habana, tuvo que declarar fase de alerta en esa región y alarma en cinco de sus 13 municipios, informó este martes la prensa oficial.
La sequía presenta una intensidad escalonada a lo largo de esta isla del Caribe. Las condiciones más severas se reportan en el oriente y disminuyen hasta el occidente, pero esa última zona también sufre pérdidas económicas.
A pesar de una política informativa oficial que evita crear alarma innecesaria en la población, la televisión del Estado empezó a transmitir este fin de semana las imágenes de campos desolados, suelos cuarteados y reses muertas.
"El déficit de precipitaciones en el trimestre abril-junio se considera el más severo desde 1941, cuando comenzaron a llevarse estos registros", advirtió Braulio Lapinel, especialista del Centro Nacional del Clima del Instituto de Meteorología.
El semanario Juventud Rebelde informó el domingo que en los tres últimos meses cayeron sólo 221 milímetros de agua. Esa cantidad equivale a 56 por ciento de las lluvias normales de estos meses, los de mayores precipitaciones en el país.
Los expertos atribuyen la sequía a una influencia anticiclónica asociada a la evolución del fenómeno ENOS (El Niño, oscilación del Sur) 1997-1998, hasta ahora el más intenso de este siglo.
Además de la fuerte sequía, la población soporta altas temperaturas. Hay muy poca diferencia entre las máximas del día y las mínimas de la noche.
Seis provincias, de las 14 del país, comunicaron severos efectos de la ausencia de lluvias sobre sus 3,9 millones de habitantes.
La situación más crítica corresponde a la provincia Guantánamo, 970 kilómetros al este de La Habana, donde las precipitaciones no superaron 27 por ciento de la cantidad normal.
Mas de 130.000 personas reciben en Guantánamo agua en carros cisterna, 15.000 reses fueron reubicadas, 2.000 animales de granja están desnutridos y 900 en serio peligro de muerte. El resecamiento de los campos favoreció 11 incendios forestales.
Una emisora estatal de radio afirmó que también en Granma se vive una difícil situación. En efecto, 63 por ciento de los habitantes de esa provincia no reciben agua en cantidad suficiente y las fuentes de abastecimiento se secaron en 44 comunidades rurales.
Las autoridades intentan mantener el suministro por carros cisterna a 84.000 personas.
El peso promedio del ganado vacuno de Granma se redujo cuatro cuatro kilogramos, 60 por ciento de la producción de huevos de la provincia está amenazada, y podrían perderse 10.000 toneladas de arroz y 3.000 toneladas de pescado en áreas acuícolas, según boletines oficiales.
"Se han dejado de producir más de un millón de litros de leche, habrá una reducción notable de la cosecha de café recién iniciada, hay afectaciones en la agricultura, la silvicultura y el arroz y son ínfimas las disponibilidades de viandas (tubérculos)", afirmó el diario oficial Granma.
La sequía podría profundizar la caída de la producción agrícola, deprimida desde principios de esta década como consecuencia la crisis económica. El producto interno bruto cayó 34,8 por ciento entre 1990 y 1993.
El Instituto de Meteorología pronosticó que la sequía persistirá en las regiones ya afectadas.
El semanario Juventud Rebelde aseguró que en julio y agosto, las precipitaciones se mantendrán "ligeramente por debajo de la norma", y "el retorno a las condiciones normales será a partir de septiembre".
Ramón Pérez Suárez, especialista del Centro Nacional del Clima, indicó que la influencia de El Niño persistirá probablemente hasta agosto.
Pérez advirtió que "el impacto del ENOS sobre el clima no se debilita con la misma rapidez" que sus efectos, y "perdura durante uno o dos meses". (FIN/IPS/da/ff/dv/98
