CUBA: Fábrica de anticonceptivos aliviará angustia femenina

Una de las mayores angustias de las mujeres cubanas podría aliviarse de manera considerable si por fin entra en funcionamiento una fábrica de anticonceptivos capaz de producir 500 millones de tabletas anuales.

La producción, cuyo comienzo fue varias veces anunciado y aplazado por la crisis económica que vive Cuba desde 1990, podría alcanzar 50 millones de pastillas en el último trimestre de este año como parte de la fase de puesta en marcha.

Con una población femenina en edad reproductiva de alrededor de 3,5 millones de mujeres, la isla del Caribe tiene una demanda de 250 millones de tabletas anuales cuya satisfacción en los últimos años fue precaria.

"Llegué a perseguir las pastillas de farmacia en farmacia, pero llegó un momento en que desaparecieron para siempre y tuve que decidirme por el DIU (dispositivo intrauterino)", comentó a IPS Martha Gómez, estudiante universitaria de 22 años.

Gómez hubiera preferido que su pareja usara condón y librarse de las molestias que le trajo el DIU, dolores todos los meses, inflamación y hasta hemorragias, pero no logró convencerlo.

Como la mayoría de los hombres en Cuba, su esposo evita el condón porque considera que disminuye el placer sexual. Mientras espera la reaparición de las pastillas, ella acude al calendario, un método que considera "poco confiable".

"Las tabletas anticonceptivas que se distribuyen en Cuba proceden de donaciones y se utilizan esencialmente en mujeres de alto riesgo, como hipertensas y diabéticas", dijo Alfonso Farnós, funcionario del Fondo de las Naciones Unidas para la Población (FNUAP).

Desde la paralización de la producción nacional de anticonceptivos orales, en 1991, la población femenina cubana ha tenido que aumentar el uso de dispositivos intrauterinos, incluso en aquellos casos en que por edad temprana no es recomendable.

El experto cubano aseguró que la "cadena de beneficios" que traerá la reanudación de la producción nacional incluye un cambio en la estructura de uso de anticonceptivos, la disminución de la incidencia de los abortos inducidos y el desplazamiento de la ayuda del FNUAP hacia otros rubros.

Sólo este año el FNUAP aporta 330.000 dólares al suministro de anticonceptivos orales de un total de 650.000 dólares entregados hasta el momento. El resto de financiamiento se destina a proyectos de educación sexual, prevención del sida y estadísticas.

Los proyectos de la agencia de las Naciones Unidas en Cuba tienen entre sus objetivos esenciales disminuir la alta recurrencia al aborto inducido que en la isla se realiza legalmente, de forma gratuita, a solicitud de la mujer.

El presidente de la no gubernamental Sociedad Científica Cubana para el Desarrollo de la Familia, Miguel Sosa, reveló que en 1997 se registraron 80.097 abortos, muy por debajo de los 147.530 realizados en 1990.

Sosa atribuye la drástica caída a un uso más racional de la interrupción del embarazo por parte de las mujeres y consecuentemente a un mayor uso de la anticoncepción.

Sin embargo, otros sectores de expertos aseguran que la diferencia no responde tanto a una mayor prevención de embarazos y planificación familiar como a la introducción del método de regulaciones menstruales, que no se contabilizan como abortos.

La Encuesta Nacional de Fecundidad, realizada a finales de los años 80, reveló que 99,5 por ciento de las mujeres cubanas eran capaces de mencionar al menos un método de control de la natalidad, pero sólo 68 por ciento usaban algún anticonceptivo.

La pastilla era el método preferido por la la mayoría de las cubanas, a pesar de que podían adquirirlas libremente en cualquier farmacia. De todos modos, interrumpían varios embarazos antes de decidirse a tener su primer hijo.

La nueva planta comenzará elaborando seis formulaciones de alta competitividad en el mercado, lo que permitirá cubrir las necesidades específicas de varios grupos de mujeres, como las menores de 20 años y las mayores de 35.

El proyecto contó con el apoyo de varias agencias de las Naciones Unidas, si bien fue decisivo el aporte definitorio de de 2,8 millones de dólares de parte del FNUAP.

La Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI) cooperó en todo el proceso para que la fábrica cumpliera con las exigencias internacionales de calidad del producto, cuidado del entorno y protección del trabajador.

También hubo colaboración de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

"No es común que el FNUAP entregue este tipo de ayuda", aseguró el coordinador residente en Cuba del sistema de Naciones Unidas, Ariel Francais, durante un recorrido por la planta ya en funcionamiento.

El FNUAP ha cooperado en la instalación de fábricas de anticonceptivos orales en Vietnam, India y Cuba. En el caso de la isla era importante "responder a un problema crucial de forma duradera", dijo Francais.

El funcionario internacional agregó que "Cuba es un país donde se llegó a utilizar el aborto como un método anticonceptivo más, con riesgos de salud enormes para la mujer, por lo que esta planta era una prioridad en los proyectos de población". (FIN/IPS/da/mj/pr he/98

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