La Ciénaga de Zapata, una de las regiones preferidas por el turismo en Cuba, podría convertirse en Reserva de la Biósfera, dentro de la ofensiva mundial de las autoridades ambientalistas cubanas tras una década de silencio.
Ubicada en el sur de la occidental provincia de Matanzas, a 200 kilómetros de La Habana, esta península que recibe unos 60.000 turistas extranjeros al año se une al parque de Caguanes-Santa María-Guillermo, en el centronorte del país, entre las últimas solicitudes hechas por Cuba para esta denominación.
Las Reservas de la Biósfera son áreas de ecosistemas terrestres y costeros reconocidas internacionalmente por el programa Hombre y Biósfera de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Hasta la fecha, este programa ha otorgado esta distinción internacional a una red global de más de 350 territorios que se encuentran bajo la jurisdicción de unos 75 países.
Los propósitos de esta denominación son los de promover la conservación, protección y desarrollo económico, cultural y social de estos territorios, así como la investigación científica de sus riquezas naturales.
La Ciénaga de Zapata, con una extensión de más de 640.000 hectáreas, poco poblada y con una importante franja de mar, posee también la categoría de Parque Nacional y Area Protegida, de acuerdo con la legislación ambiental cubana.
En su extremo oeste predomina el entorno cenagoso, con áreas boscosas más extensas que muchas islas caribeñas, mientras que el este es una zona alta y rocosa, con hermosas playas que hoy son explotadas turísticamente.
Los manglares y las terrazas marinas sumergidas, con cierto valor arquitectónico y paleontológico, ocupan la mayoría de las costas de esta península, en la desovan quelonios, caguamas, careyes y tortugas verdes.
Las autoridades ambientalistas cubanas aseguran que aquí existen más de 30 tipos de reptiles y 200 de aves que se escurren en la diversidad de 900 especies de plantas tratando de sobrevivir a la caza furtiva que las agobia.
De ese ecosistema forman parte, por ejemplo, la iguana cubana y el majá de Santa María, el mayor ofidio de la isla, y también es frecuente ver al zunzún, el ave más pequeña del mundo.
Pero cuando se habla de este reservorio, los cubanos piensan sobre todo en el endémico cocodrilo cubano, reptil de cuatro metros de largo que vive en una llanura de la zona con existencia de agua dulce.
De aprobarse la solicitud, la Ciénaga de Zapata sería la mayor Reserva de la Biósfera de las cuatro que desde hace una década posee la isla: la Sierra del Rosario y la península de Guanahacabibes, en el oeste del país, y Baconao y Cuchillas del Toa, en el este. (FIN/IPS/da/ag/en/98