La aplicación en Estados Unidos de una sobretasa arancelaria a las exportaciones de salmón de Chile fue recibida en Santiago como un "mal precedente" contradictorio con el discurso del presidente Bill Clinton favorable al libre comercio.
El gobierno de Eduardo Frei y la Asociación de Productores de Salmón y Trucha resolverán la próxima semana si apelan la medida ante los tribunales estadounidenses o recurren a la Organización Mundial de Comercio (OMC).
El fallo que la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos emitió el martes en Washington por dos votos contra uno obligará a pagar una sobretasa arancelaria de 4,54 por ciento a los envíos de salmón chileno para su ingreso al mercado del país norteamericano.
La comisión ratificó así el dictamen del 2 de junio del Departamento de Comercio, que acogió en parte una demanda de ocho compañías salmoneras del estado de Maine que acusaron a sus competidores chilenos de dumping, modalidad de comercio desleal que consiste en vender a precios inferiores de los de mercado.
El resultado del juicio, iniciado el 12 de junio de 1997, no fue tan desfavorable para Chile, ya que los demandantes pedían el establecimiento de una sobretasa de 42 por ciento para las seis compañías chilenas investigadas.
En este sentido, funcionarios de gobierno y los empresarios del sector indicaron que el producto chileno podrá seguir ganando mercado en los Estados Unidos, pero condenaron la medida por sus implicaciones políticas y económicas.
La reacción más dura correspondió al embajador de Chile en Estados Unidos, John Biehl, quien dijo que el Departamento de Comercio recurrió a "triquiñuelas, artimañas y artificios" para probar las acusaciones de supuesto dumping.
Biehl destacó que este fallo, en un escenario como el de la crisis asiática, redundará en "un traslado de millones de dólares en recursos desde un país en desarrollo que está haciendo las cosas bien, a un país desarrollado que también es el más rico del mundo".
El embajador fustigó a los salmoneros de Maine, quienes recurrieron a la demanda por no ser competitivos con el salmón chileno, pero además entablaron la causa en torno a un producto, el filete, que ellos no ofrecen, ya que comercializan el salmón entero.
"Esta resolución viene a confirmar un proceso unilateral, en el cual son los Estados Unidos los que fijan las reglas del juego", concluyó Biehl, tras señalar que las argumentaciones chilenas fueron desoídas.
La demanda apuntó a estímulos tributarios que se conceden en Chile para el desarrollo de la industria del salmón, los cuales están siendo desmontados gradualmente, de acuerdo con los compromisos adquiridos en el marco de la OMC.
Chile se convirtió en los últimos años en uno de los mayores productores de salmón del mundo, detrás de Noruega, con exportaciones que en 56,6 por ciento van a Japón, en 30,9 por ciento a los Estados Unidos, en 3,4 a Brasil y en 1,7 por ciento a Francia.
Los envíos de salmón chileno al mercado estadounidense ascienden a unas 800 toneladas semanales, con un crecimiento entre enero y mayo de este año de 33 por ciento en relación a igual período de 1997.
El canciller José Miguel Insulza dijo que la sobretasa "en términos económicos, no es muy perjudicial", pero que en términos jurídicos es "complicada" y "sienta un precedente que no es bueno".
Insulza y el presidente de la Asociación de Productores de Salmón y Trucha coincidieron en que se debe analizar detenidamente los pasos a seguir, antes de optar por la OMC o por los tribunales estadounidenses.
Esta segunda opción al parecer no es muy atractiva, luego de que la Suprema Corte de Estados Unidos rechazara una solicitud de pago de indemnización a los productores chilenos de uvas, en un conflicto que se prolongó desde 1989 hasta 1996.
Chile, según recordó Insulza, podría enfrentar también problemas en el Departamento de Comercio por el próximo fallo sobre una empresa productora de champiñones, también acusada de competencia desleal.
Insulza, Biehl y el ministro de Economía, Alvaro García, coincidieron en que la decisión de aplicar una sobretasa al salmón es una señal negativa para la promoción del libre comercio entre América Latina y Estados Unidos.
El fallo se produjo sólo tres meses después de que en Santiago se lanzara formalmente el proceso negociador para crear el Area de Libre Comercio de América (ALCA), propuesta desde 1994 por el presidente Clinton.
El escenario para el lanzamiento del ALCA fue la II Cumbre de las Américas, que reunió en Santiago a los gobernantes de 34 países de todo el continente, con la única excepción de Cuba.
Los dictámenes de la Comisión de Comercio Internacional, que en 50 por ciento son favorables a empresas estadounidenses, son criticados como una fórmula indirecta de proteccionismo por la vía de discriminar a competidores extranjeros. (FIN/IPS/ggr/mj/if/98