Delegados de la Comunidad del Caribe (Caricom) intentan explicar a las autoridades de inmigración de Estados Unidos los problemas generados por la deportación indiscriminada de delincuentes, pero hasta ahora no han tenido oportunidad.
Una audiencia convocada por el Subcomité de Inmigración de la ciudad de Nueva York debía ser el escenario ideal para ese diálogo, pero los representantes del Servicio de Inmigración y Naturalización simplemente no acudieron a la cita.
El cónsul general de Barbados y portavoz de Caricom para este tema, Rick Craig, lamentó que se hubiera perdido esta oportunidad, en la cual los representantes caribeños esperaban plantear los problemas que enfrenta la región.
La molestia de Caricom con Estados Unidos se basa en una drástica "política de deportación de delincuentes extranjeros", que según los dirigentes del Caribe no tiene en cuenta las particularidades de cada caso ni la necesidad de aviso previo al país de origen.
Entre octubre de 1997 y abril de 1998, unas 1.000 personas nacidas en los países miembros de Caricom fueron deportadas desde Estados Unidos, después de haber quebrantado la ley en esa nación.
"Los delitos que estos repatriados traen a la región sobrepasan la capacidad de las agencias de ejecución de la ley. Representan un nuevo peligro para nuestras sociedades", dijo Craig.
Caricom arguye que Estados Unidos no ha cumplido las promesas realizadas durante la cumbre entre el presidente Bill Clinton y mandatarios regionales en mayo de 1997, y reiteradas en reuniones de seguimiento.
Según uno de los acuerdos, Estados Unidos advertiría a las autoridades caribeñas sobre las personas deportadas y los delitos por los cuales habían sido procesados.
También se había previsto que Estados Unidos realizara consultas relacionadas con las deportaciones, permitiera a esas personas seguir teniendo acceso a sus bienes y brindara asistencia técnica para vigilar a quienes estén sometidos a libertad bajo palabra.
Craig dijo que ninguno de estos acuerdos se cumple, y por lo tanto las deportaciones se realizan en forma totalmente unilateral, tal como sucedía antes de la cumbre.
"Si Estados Unidos no puede con estos delincuentes, ¿qué pasará con nuestros pequeños países?", se preguntó el diplomático.
Destacó que uno de los problemas más graves se produce por la deportación de personas emigradas a Estados Unidos cuando eran apenas unos niños. Vuelven a países donde no tienen familia, amigos ni opciones de trabajo, y entonces optan por volver a cometer delitos.
Craig considera necesario modificar la política de Estados Unidos para considerar la situación familiar antes de proceder a la repatriación, evaluar los casos de menores de edad y revisar la política de cerrar las fronteras del país para quienes cometieron delitos sin violencia.
Hace varios años que el problema de las deportaciones afecta a los países del Caricom, pero la situación empeoró en 1996 cuando Clinton firmó un Acta de Prevención del Terrorismo que anuló la posibilidad de conceder una segunda oportunidad de permanencia a extranjeros involucrados en delitos de drogas.
Los culpables de este tipo de delitos, que son los más comunes entre los caribeños, son deportados apenas cumplen sus condenas de cárcel. (FIN/IPS/tra-en/bw/cb/lc-ml/pr/98