El gobierno de Canadá, criticado por entregar a India y Pakistán parte de la tecnología usada por ambos en las pruebas nucleares en mayo, es ahora atacado por sus acuerdos atómicos con China y Turquía.
La agencia nuclear de Canadá, Atomic Energy Canada Limited (AECL), vende su tecnología a países en desarrollo desde hace 50 años.
A pesar de la vergüenza oficial por su complicidad con los programas de armas nucleares de India y Pakistán, la agencia anunció que seguirá adelante con un programa de 1.000 millones de dólares para entregar dos reactores Candu a Turquía, y otro a China.
Ambos acuerdos fueron financiados con incentivos monetarios secretos y garantías de préstamos, según fuentes políticas.
Canadá perdió dinero con las exportaciones de reactores nucleares a Argentina, Rumania y Corea del Sur. Entre 1947 y 1994, los contribuyentes canadienses perdieron más de 11.000 millones de dólares por la exportación de reactores nucleares, plantas de procesamiento de agua y gastos de financiamento.
"Después de casi 50 años de constantes fracasos económicos, es tiempo de admitir que el experimento nuclear de Canadá es un desastre", dijo David Martin, presidente del Proyecto Conciencia Nuclear.
"Si los miles de millones de dólares en subsidios se hubieran invertido en programas sociales o (nacionales) de reducción de la deuda, el beneficio para la economía canadiense hubiera sido mucho mayor", agregó.
Martin afirma que la AECL está "fuera de control" y dispuesta a entregar tecnología a países extranjeros para mantener a sus científicos y técnicos.
La agencia recibe 69 millones de dólares estadounidenses por año del gobierno para desarrollar y vender reactores. El primer ministro Jean Chretien defiende los pactos.
«Canadá será uno de los países con más sangre en sus manos. No hay dudas de que Canadá contribuyó con tecnología y equipos a la escalada armamentista nuclear en India y Pakistán", dijo Alexa McDunough, líder del Nuevo Partido Democrático.
El grupo ambientalista Sierra Club de Canadá inició un juicio contra el gobierno canadiense, alegando que sus leyes de defensa del ambiente fueron violadas por los acuerdos con China y Turquía.
Los acuerdos fueron negociados por la AECL y la federal Corporación de Desarrollo de las Exportaciones (EDC), cuyo mandato es aumentar el comercio exterior entregando financiación para acuerdos comerciales canadienses.
Los críticos de estos acuerdos con China y Turquía presionan para que el gobierno revele si entregó comisiones ilegales a esos países.
La industria de exportación nuclear canadiense no tiene buenos antecedentes. Hace cinco años, el auditor general del parlamento canadiense acusó a la AECL de pagar 20 millones de dólares en comisiones ilegales a autoridades de Corea del Sur.
Los acuerdos negociados después de las comisiones ilegales terminaron perdiendo al menos 100 millones de dólares porque la AECL subestimó los costos del proyecto y los efectos de las monedas asiáticas.
Kenneth Dye, quien era auditor general en ese momento, dijo que la agencia de energía nuclear contrató a "agentes empresariales" sin escrúpulos para que atrajeran a autoridades extranjeras para que compraran reactores canadienses.
Canada no tiene una ley que prohiba a sus ciudadanos o empresas el soborno de gobiernos extranjeros.
A la vez, los reactores Candu comenzaron a plantear problemas para la industria nuclear en Canadá, señalan los críticos.
En Ontario, donde hay 19 reactores Candu, cinco fueron clausurados permanentemente debido a pérdidas de su sistema de refrigeración y problemas con los sistemas de combustible.
Los problemas con los viejos reactores de Ontario le costarán a los contribuyentes al menos 5.000 millones de dólares en los próximos dos años, y varios otros dan señales de próximas averías, dijeron los críticos. (FIN/IPS/tra-en/mb/mk/lp/ip/98)