CANADA: Gobierno reivindicará a rebelde ejecutado

El rebelde Louis Riel fue acusado de traidor y ejecutado hace 100 años, pero su papel en la historia de Canadá cambiará radicalmente cuando el gobierno le otorgue el perdón y lo considere como uno de los próceres de esta nación.

La ley presentada ante el parlamento canadiense debería estar aprobada para fin de año y elevaría a Riel a la categoría de "Padre de la Confederación", igual a los líderes políticos que el siglo pasado consiguieron la independencia de Gran Bretaña.

Riel, descripto como un católico con avanzadas ideas políticas, lideró dos rebeliones de indígenas y mestizos (metis) en contra del gobierno canadiense del siglo XIX.

En 1870 logró controlar el territorio de Manitoba en el centro de Canadá y declaró una república independiente. Después de meses de negociaciones, se le permitió a Riel refugiarse en Estados Unidos, mientras Manitoba era admitida por la federación con todas las atribuciones de una provincia.

Cuando el ferrocarril transcontinental facilitó la colonización del oeste de Canadá en 1884, agrupaciones de indígenas y metis le pidieron a Riel que regresara para liderar su lucha contra el gobierno por la posesión de tierras.

Pero las tropas del gobierno controlaron esta insurrección en apenas unos meses. Riel y un grupo de caciques fueron detenidos y ejecutados, mientras la cultura indígena fue destruida.

La ejecución de Riel provocó una fisura entre los canadienses católicos de habla francesa, que cuestionaron la acusación de traición, y los de habla inglesa, que lo veían como una amenaza para la corona británica.

La animosidad entre francófonos y anglófonos que nació con la ejecución de Riel gravitó sobre la política canadiense durante 75 años.

Los dirigentes metis e indígenas consideran a Riel como un mártir de su causa y llevan una década presionando al gobierno para corregir la sentencia de 1885 y reconocerlo como uno de los fundadores del Canadá moderno.

Pero los activistas metis van más allá de una simple reivindicación o exoneración y demandan que la corrección reconozca también sus derechos sobre tierras que fueron ocupadas por colonos canadienses.

Los metis no son calificados como indígenas, y por lo tanto no tienen derecho a vivir en reservas especiales, ni financiamiento para la educación, ni organizaciones reconocidas por el gobierno que puedan defender sus derechos.

El Consejo Nacional Metis se opuso a un simple acto de perdón para Riel alegando que "no es suficiente".

"No tenemos tierras de nuestra propiedad y estamos marginados del proceso de reclamación que sí tienen los inuit y las primeras naciones. Riel murió por esta causa, peleó por nuestra tierra y nuestros derechos", recordó el presidente de la Nación Metis de Ontario, Tony Belcourt.

El presidente de la Nación Metis de Manitoba, David Chartrand, estuvo de acuerdo: "Es imposible separar el veredicto contra Riel de los derechos de los metis, son sinónimos".

La Asamblea de las Primeras Naciones indígenas también se opone a la ley de reivindicación, pues los tratan de minorías.

"Nunca fuimos una minoría", advirtió el jefe de la Asamblea, Phil Fontaine, quien recordó que en los tiempos de la rebelión de Riel las planicies estaban pobladas por indígenas, mientras que los otros eran sólo un puñado de obreros del ferrocarril y especuladores de tierras.

Pero la verdad es que la oposición de los metis y los aborígenes es más bien simbólica. Se espera que los parlamentarios indígenas voten a favor de la ley, para asegurar su aprobación por unanimidad.

La escritora Maggie Siggins, de la provincia de Saskatchewan, consideró que la propuesta "es un gesto importante a favor de un líder brillante".

En el libro "Riel: una vida revolucionaria", Siggins argumenta que la rebelión estaba justificada por una errónea administración de tierras, y califica la ejecución de Riel como un acto político por parte del primer ministro canadiense de ese entonces, sir John Macdonald.

Por su parte, los separatistas de Quebec argumentan que Riel merece un reconocimiento por haber defendido los derechos de los franceses en la zona de las praderas. "Fue juzgado por un jurado de seis anglófonos y procesado por un juez inglés", recordó el parlamentario Jean Paul Marchand, del Bloc Quebecois.

"Ese mismo año, el francés fue prohibido en Manitoba. Riel fue víctima de una injusticia que reflejó la actitud antifrancófona de aquellos tiempos", añadió.

"La condena de Louis Riel fue injusta, inaceptable e imperdonable. Si hay interés por reconciliar a Canadá con su población francófona, es necesario adoptar una fórmula expedita para absolver o perdonar a Riel", precisó Marchand.

El acuerdo que parece existir entre la dirigencia política no implica un consenso sobre el papel desempeñado por este rebelde hace un siglo. "Hay una distorsión de la verdad histórica", aseguró el profesor de la Universidad de Calgary Thomas Flanagan, autor del libro "Louis Riel: profeta del nuevo mundo".

"Riel cometió los actos de los cuales se le acusó y fue procesado en forma correcta. Así que el gobierno estaría sugiriendo que no hizo nada malo cuando la verdad fue que alzó a la gente en armas y emitió una declaración de independencia unilateral".

El diario derechista Ottawa Citizen se opone a la ley de reivindicación, argumentando que copia la práctica stalinista de reescribir la historia borrando de las fotografías a los políticos que habían caído en desgracia.

"¿Acaso el parlamento está preparado para las consecuencias legales y políticas de adoptar el tono soviético de una historia 'oficial'? ¿Y cómo fue que se produjo el consenso político para respaldar esta versión de la historia teniendo en cuenta que el pasado es tan complejo y polémico?", se preguntó el diario.

"Los verdaderos Padres de la Confederación estarían avergonzados", aseguró. (FIN/IPS/tra-en/mb/mk/lc-ml/ip/98

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