Los medios de comunicación de Camboya refuerzan el estereotipo de la mujer como sostén del hombre y la presentan habitualmente en su papel de esposa, madre, hija y amante.
Las mujeres deben aprender a cocinar, limpiar, hablar con recato y obedecer a sus cónyuges para evitar que éstos las golpeen, estipula la Constitución de este país del sudeste de Asia.
Es improbable que desaparezca la noción de la mujer como fuente de placer del hombre, incluida en la norma constitucional denominada "Regla de la Dama", sobre todo porque los diarios, revistas y canales de televisión la fomentan con esmero.
Una investigación de los medios de comunicación de este país analizó, en 1996, 31.000 artículos de 46 periódicos y revistas, y concluyó que un cuarto de los artículos sobre las mujeres se pueden considerar pornográficos y más de 80 por ciento de las ilustraciones son "obscenas".
La investigación reveló que diarios de alta circulación publican historias en serie con fotos de mujeres en posiciones sexualmente explícitas. Incluso la cobertura de la violencia contra las prostitutas se concentra en los actos realizados por ellas en lugar de los delitos perpetrados en su contra.
"Aunque la pornografía se sanciona legalmente, ningún periodista fue castigado por violar la ley", aseguró Tive Sarayeth, fundadora del Centro de Medios de Comunicación de la Mujer, que llevó a cabo la investigación.
El Centro, creado en 1995 para fomentar la participación de los medios en el proceso de democratización del país, presentó sus conclusiones al Ministerio de Información con el fin de que el gobierno respaldara la "limpieza" de la prensa.
El Ministerio respondió mediante una declaración de apoyo y advertencias a varios directores de periódicos. Desde entonces, un diario eliminó todo el material que se puede considerar obsceno y la revista de chismes más popular del país limitó el material sexual.
A pesar del avance, Sarayeth mantiene la cautela. La relación del Centro con el gobierno se tiene que realizar con cuidado para evitar que Phnom Penh ejerza demasiado control sobre los medios.
"Cuando al ministro de Información no le agrada una organización de medios de comunicación, la amenaza con la suspensión o el cierre, y suele cumplirla", sostuvo.
No sólo las mujeres se oponen al sexismo en los medios de comunicación. La creciente atención que los medios brindan a la estabilidad y el crecimiento económicos ocurre a costa de la información sobre grupos sin poder, como las mujeres, aseguran organizaciones internacionales.
Mientras, las mujeres expresan la necesidad de ser reconocidas como contribuyentes a las economías nacionales. En Camboya, las mujeres representan 53 por ciento de la mano de obra adulta, según datos del Banco Mundial.
Instituciones internacionales también exigen un cambio.
La Conferencia Mundial sobre la Mujer celebrada en China, en 1995, recomendó que los medios y las agencias de publicidad "desarrollen, de acuerdo con la libertad de expresión, pautas y códigos de conducta y otros tipos de autorregulación para promover imágenes no estereotipadas de la mujer".
Pero la mayoría de los países aún no produjeron esas pautas. En el mejor de los casos, sólo hay normas en el papel sobre la cobertura del abuso doméstico y la violación.
Rara vez se establecen políticas sobre la proporción de empleados hombres y mujeres en el lugar de trabajo, o sobre la inclusión de temas femeninos en las noticias. Con frecuencia, la labor de los activistas, sin el apoyo del gobierno, queda en la nada.
Por ejemplo, la organización de investigación Servicio de Información Rural Interlink, de Nairobi, redactó una serie de pautas sobre la manera de presentar a las mujeres y promover su participación en los medios de comunicación de Kenia. Pero la respuesta fue mínima.
Un artículo de un diario de Ghana ilustra la necesidad de estas pautas. El mismo calificó de "desmedidas" las nalgas de una víctima de violación de 11 años de edad, sugiriendo que ella había provocado el delito.
Educar al público consumidor de los medios de comunicación, sobre todo a los jóvenes, podría ser una medida más efectiva que las políticas del gobierno, dijo Sarayeth.
Un público educado, capacitado para detectar los estereotipos y protestar contra ellos, es la única herramienta para un cambio positivo en los medios de comunicación, dijo.
"Si sabemos a lo que se refiere la 'objetización', seremos más concientes de lo extendida que está en los medios de comunicación", indicó Margaret Gallagher, directora del Comité de Orientación para la Igualdad de Oportunidades, creado en 1986 por la Comisión Europea.
La "objetización" es la presentación de las mujeres en términos de sus funciones sexuales, su apariencia física y como sostén para los hombres.
Un ejemplo del mundo en desarrollo es un aviso comercial de la televisión de Ghana sobre el VIH/sida. Dos hombres jóvenes observan a una mujer. Uno de ellos se le acerca, pero el otro le advierte que podría ser portadora de VIH (virus de inmunodeficiencia humana).
"¿Cuál es la moraleja? Las mujeres hermosas te pueden provocar el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida). El contenido del comercial está basado en avisos sexistas, nada infrecuentes en la televisión de los países industrializados", sostuvo Audrey Gadzekpo, de la Universidad de Ghana.
No sólo es importante la capacidad del público para detectar la "objetización", sino también el acceso de las mujeres a los medios de comunicación, destacan activistas.
Los medios suelen ser las herramientas más poderosas para aliviar la pobreza de la mujer, sostuvo la activista de Uganda Goretti Nassanga. "Con frecuencia, es la radio la que enseña a las mujeres a hacer dinero, a denunciar el abuso doméstico y a cuidar la salud de su familia", dijo.
"Necesitamos una política de comunicaciones que corrija los estereotipos de género y emplee a las mujeres en los medios de comunicación. Pero también debemos garantizar que los medios sean accesibles a la mayoría de las mujeres de los países en desarrollo: las de las zonas rurales", exhortó Nassanga. ————— (*) IPS pone a disposición de sus suscriptores este material por un acuerdo de distribución con la institución internacional de comunicación Panos Features, de Londres. (FIN/PANOS/tra-en/hp/dds/aq-ml/hd-cr/98