El presidente de Argentina, Carlos Menem, afirmó que "lo mejor para el Mercosur" sería la reelección de Fernando Henrique Cardoso, en las elecciones presidenciales que tendrán lugar en octubre en Brasil.
Menem aludió al tema en la rueda de prensa con que cerró la XIV Cumbre de Presidentes del Mercado Común del Sur (Mercosur), realizada el jueves y viernes en Ushuaia, 3.040 kilómetros al sur de Buenos Aires, con la participación de los gobernantes de Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, Bolivia y Chile.
En el encuentro final con los periodistas predominaron los temas políticos, en una suerte de ratificación del diagnóstico más o menos generalizado de que esta cumbre no aportó progresos en materias económicas para el bloque.
El Mercosur fue creado en 1991 mediante el Tratado de Asunción por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay como miembros plenos, y desde 1996 cuenta con Chile y Bolivia como asociados a través de acuerdos de comercio y complementación económica.
Menem recordó que hace algunos meses replicó públicamente a críticas del líder opositor y candidato presidencial brasileño Luiz Ignacio Lula da Silva, pero sostuvo que lo hizo en defensa del Mercosur y sin que ello implicara una injerencia en la política de ese país.
"Pero ahora, si me apuran, les digo que lo más favorable para el Mercosur sería el triunfo del presidente Cardoso (en los comicios de octubre). Así de simple y sin ningún tipo de tapujos", añadió el mandatario argentino.
Menem renunció esta semana a forzar un cambio constitucional para aspirar a una segunda reelección y, por tanto, entregará el poder el 10 de diciembre de 1999 al triunfador en las próximas elecciones presidenciales.
Con nueve años en el ejercicio del cargo, al que accedió en 1989, el político argentino fue no sólo el anfitrión, sino también el decano de los mandatarios que se reunieron en esta cumbre y asistirá al menos a otros dos encuentros semestrales.
El presidente de Uruguay, Julio María Sanguinetti, destacó la rotativa de presidentes que ha tenido lugar en el Mercosur desde que él mismo, en su primera gestión, iniciara conversaciones para crear el bloque con los presidentes Raúl Alfonsín, de Argentina, y José Sarney, de Brasil.
"Muchos presidentes han pasado y ha habido continuidad en el Mercosur, porque el proceso de integración es de los estados, no de los partidos o de los gobiernos. Este proceso es inamovible", subrayó Sanguinetti al comentar los temores por cambios de liderazgo en los países miembros.
En la construcción del Mercosur se articularon condiciones jurídicas, políticas, económicas y hasta de integración física, como ocurre con la interconexión eléctrica entre los países del bloque, añadió.
Sanguinetti subrayó que las condiciones de estabilidad, con equilibrios macroeconómicos, eliminación del déficit y combate a la inflación, que sustentan el proceso integrador no son objetivos de izquierda ni de derecha, sino de todos, y hacen que el proceso sea irreversible.
La consolidación de la democracia en Paraguay, mencionada en un párrafo específico del comunicado final de la cumbre, fue también abordada por el mandatario de ese país, Juan Carlos Wasmosy, quien en breve entregará el poder al presidente electo, Raúl Cubas.
Wasmosy denunció que existe un intento de desestabilizar a su gobierno en sus últimos días por parte de "cierta prensa", con "falsas versiones" que generaron retiros masivos de depósitos de los bancos, creando una situación de iliquidez monetaria.
Paraguay es centro de permanente preocupación política en el Mercosur, que en junio de 1996 adoptó el Compromiso Democrático, incorporado en esta cumbre al tratado fundacional del Mercosur, precisamente para combatir el intento de golpe del general Lino Oviedo contra Wasmosy.
El litigio limítrofe pendiente entre Argentina y Chile por la partición de Campos de Hielo Sur o Hielos Continentales, un vasto glaciar austral, fue también abordado por Menem y su colega chileno Eduardo Frei a partir de preguntas de los periodistas.
El canciller argentino Guido Di Tella dijo el viernes que el tratado de 1991, que definió una línea divisoria poligonal para ese territorio, "está enterrado", luego de infructuosos esfuerzos por lograr su ratificación en los parlamentos de los dos países.
Frei replicó a esas declaraciones indicando que es necesario resguardar la formalidad del proceso de solución de diferendos entre Chile y Argentina, recordando que el tratado de 1991 fue parte de un conjunto de acuerdos para la solución de 24 conflictos pendientes, de los cuales ya se resolvieron 23.
El presidente chileno añadió que las conversaciones entre parlamentarios de los dos países, a partir de una propuesta argentina para un trazado limítrofe alternativo, son importantes, pero también informales hasta la fecha y Chile está dispuesto a considerarlas cuando adquieran formalidad.
Menem, quien dijo que era necesario abrir "un nuevo diálogo" sobre el tema, dio al parecer instrucciones a Di Tella para que precisara sus declaraciones con los enviados especiales de la prensa chilena que acompañaron a Frei en esta cumbre. (FIN/IPS/ggr/ag/ip/98