Sectores sociales de Colombia creyeron ver un avance cierto hacia la paz en la reunión del presidente electo Andrés Pastrana con los jefes del principal grupo guerrillero del país, pero el gobierno aconsejó cautela.
Representantes de asociaciones empresarias señalaron que el encuentro del jueves de Pastrana con Manuel Marulanda y Manuel Briceño, líderes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), abre la posibilidad de poner fin a 50 años de conflicto armado.
Así mismo, algunos analistas indicaron que esa reunión otorga mayor dimensión al diálogo que otra organización guerrillera, el E]ercito de Liberación Nacional (ELN), sostendrá entre este domingo al miércoles con 42 representantes de sectores sociales colombianos.
Cuatro delegados de las FARC participarán como observadores de ese diálogo, que es patrocinado por la Iglesia Católica de Alemania y Colombia y tendrá lugar en Mainz, ciudad alemana de 300.000 habitantes situada en la orilla occidental del río Rin.
El proceso puesto en marcha hacia la negociación de la paz presenta "características excepcionales" si se compara con tentativas del pasado, dijo a IPS Horacio Duque, director de la no gubernamental Fundación Participación Civil.
La reunión de Mainz y el encuentro de Pastrana con los jefes de las FARC pueden ser el punto de partida de "una amplia concertación con todos los sectores del país en torno de la solución del problema de la violencia en Colombia", destacó Duque.
Pastrana es el primer presidente, electo o en funciones, que se reúne con un jefe guerrillero en territorio controlado por los insurgentes.
En 1983, el entonces presidente Belisario Betancur se entrevistó en Madrid con los jefes del Movimiento 19 de abril, que siete años después dejó las armas para incorporarse a la actividad política legal.
La iniciativa concretada por Pastrana "es una excelente noticia y no significa otra cosa que la transparencia con que comenzó a manejar su propuesta de paz el presidente"electo, declaró Luis Villegas, presidente del Consejo Nacional Gremial, que agrupa a las 15 asociaciones mayores del sector productivo.
Por su parte, Sabas Pretelt, presidente de la Federación Nacional de Comerciantes, manifestó confianza en que la entrevista de Pastrana con Marulanda y Briceño sea el punto de partida del camino hacia la "pacificación duradera".
Villegas asistirá a la reunión de Mainz en representación del Consejo Nacional Gremial, y Pretelt lo hará como miembro de la Comisión Nacional de Conciliación (CNC).
El representante del Vaticano en Colombia, Paolo Romeo, creyó ver en el encuentro de Pastrana con Marulanda "un nuevo signo de esperanza para la paz". Agregó que la Iglesia Católica hará "todo lo que esté a su alcance" para lograr la paz.
Alberto Giraldo, presidente de la Conferencia Episcopal católica, dijo haber recibido "con mucha alegría" la "gran noticia" de la reunión.
Horacio Serpo, líder del gobernante Partido Liberal y derrotado por Pastrana en las elecciones del 21 de junio, manifestó que su colectividad apoya la gestión el mandatario electo para la solución negociada del conflicto armado.
"Alcanzar la paz es un propósito nacional que se debe asumir sin egoísmos y pensando en los más altos intereses nacionales", afirmó Serpa.
Pastrana expuso a Marulanda y Briceño la "propuesta intergal de paz" que anunció en su campaña electoral y su intención de "encontrar caminos ciertos para construir la paz estable y duradera".
Anunció también que en los primeros 90 días de su mandato, que comenzará el 7 de agosto, instalará la mesa de diálogo con el grupo insurgente e insitió en la "seriedad, discreción y prudencia" con que debe manejarse el asunto.
En el video exhibido por Pastrana para comunicar su entrevista con los jefes de las FARC, un guerrillero califica esa reunión de "vital e histórica" y "de gran trascendencia en la búsqueda de una salida política al conflicto social y armado".
Pero el ministro del Interior, Alfonso López, advirtió que la noticia de la entrevista de Pastrana y Marulanda debe recibirse "con un optimismo moderado" y "una gran dosis de cautela".
El gobierno saliente de Ernesto Samper intentó sin resultados negociar la paz con la guerrilla. Los grupos insurgentes condenaron al mandatario por haber recibido dinero del narcotráfico para financiar su campaña electoral de 1994 y se negaron a dialogar con su administración. (FIN/IPS/yf/ff/ip/98
