Un grupo de desplazados por la violencia del norte de Colombia protestó esta semana frente a la embajada de Estados Unidos en esta capital por las amenazas de paramilitares de derecha contra sus vidas.
"Nos hemos visto en la necesidad de hacer esta protesta porque están asesinando a nuestros compañeros, nuestros amigos y a nuestras familias", dijo al canal privado de televisión RCN uno de los integrantes del grupo de desplazados.
En la protesta realizada el viernes participaron cerca de 200 campesinos del sur del departamento de Bolívar, amenazados por paramilitares que los señalan como colaboradores de la guerrilla.
La protesta ante la sede diplomática coincidió con una denuncia de congresistas estadounidenses sobre la colaboración de militares colombianos egresados de la Escuela de las Américas con grupos paramilitares violadores de los derechos humanos.
Las denuncias, publicadas el viernes por el diario El Espectador, de Bogotá, indica que algunos de los arquitectos de "la creciente violencia colombiana" son militares egresados de la Escuela de las Américas que colaboran con los paramilitares.
Esteban Torres, congresista demócrata del estado de California, atribuyó a los grupos paramilitares colombianos 69 por ciento de los 3.500 asesinatos políticos que ocurrieron en Colombia en 1997.
Pero el presidente colombiano Ernesto Samper replicó el viernes que ese tipo de denuncias "ocasionan ruido" y no contribuyen a mejorar las relaciones entre Colombia y Estados Unidos.
Otro grupo de campesinos, también del sur de Bolívar y del departamento de Santander, se desplazó a la ciudad de Barrancabermeja, la más cercana a sus localidades, en busca de refugio ante las amenazas de que han sido objeto también por parte de paramilitares.
Las amenazas de los paramilitares contra estas comunidades ha sido interpretada por algunos analistas como un mecanismo de presión para negociar una personería política ante el gobierno que se instalará el próximo 8 de agosto.
Informes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estiman que en los últimos cinco años se desplazaron más de un millón de campesinos en Colombia, lo cual representa uno de los problemas más graves del conflicto armado interno.
Los paramilitares se organizaron en los años 80 como grupos contrainsurgentes con el apoyo del ejército y terratenientes, pero en 1989 fueron declarados ilegales por sus vínculos con el narcotráfico y por los asesinatos a líderes sociales y activistas de izquierda.
Los asesores del presidente electo Andrés Pastrana evalúan una propuesta de los jefes de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), que pidieron retirar el ejército de un municipio del norte de Colombia para reunirse y dialogar sobre una posible negociación de paz.
Pero en opinión de Juan Tokatlián, del Instituto de Investigaciones y Relaciones Internacionales de la estatal Uniuversidad Nacional, el otorgamiento de personería política a estas organizaciones es complicado por las acusaciones de violaciones de derechos humanos de que son objetos. (FIN/IPS/yf/mj/hd pr/98