Los países en desarrollo, hasta ahora consumidores netos de servicios ambientales, pueden llegar a convertirse en proveedores internacionales en ese campo, estimaron expertos convocados por una agencia de las Naciones Unidas.
La fórmula de esa transformación consiste en el fortalecimiento de la capacidad del sector de los servicios ambientales en el mundo en desarrollo, explicó Ruben Ricupero, secretario general de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).
Con ese método se puede aumentar la capacidad de los países en desarrollo para satisfacer las necesidades de los mercados de importación en el sector ambiental, dijo Ricupero al inaugurar el lunes pasado una reunión internacional de expertos.
Los países desarrollados monopolizan prácticamente los ingresos de la industria mundial de medio ambiente. En 1996, obtuvieron 87 por ciento de los 452.000 millones de dólares generados tanto por las empresas privadas como por el sector público.
Sin embargo, la demanda parece estancarse en los países industrializados, con un crecimiento anual previsto, para el período 1998-2000, de apenas 1,8 por ciento en Estados Unidos, 2,8 en Europa occidental y 2,6 en Japón.
La industria ambiental del mundo industrializado afronta la desaceleración del crecimiento, una competencia intensa, el refinamiento en aumento de los consumidores, una menor rentabilidad e intensas fusiones y adquisiciones.
En cambio, las perspectivas se presentan prometedoras para Asia y América Latina, con un crecimiento previsto de 12 por ciento, para Africa con 10 por ciento, y para Medio Oriente y Europa oriental, con ocho por ciento.
El crecimiento más rápido puede producirse en los países en desarrollo debido a que el gran aumento de la población, la urbanización acelerada y la floreciente industrialización crean una enorme necesidad de bienes y servicios ambientales.
Pero a pesar del cuadro promisorio para la industria, el mundo en desarrollo se enfrenta con problemas ambientales enormes, que amenazan el equilibrio ecológico no solo de esa región sino de todo el ecosistema, recordó Ricupero.
Una persona de cada cinco carece de agua potable y la mitad de la población mundial no tiene acceso a saneamiento adecuado, en casos que se concentran en su mayoría en los países en desarrollo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) consignó que 1.600 millones de personas, casi todas del Sur, sufren de enfermedades diseminadas por aguas contaminadas.
Más de cinco millones, también en su mayoría del Sur, mueren por dolencias relacionadas con la ingestión de aguas malsanas, con la eliminación inadecuada de excrementos y con un ambiente doméstico sucio.
Un estudio del Banco Mundial dijo que la contaminación atmosférica causó en China 178.000 muertes prematuras y 1,7 millones de casos de bronquitis crónica en 1995, que ocasionaron pérdidas al país por 32.000 millones de dólares, equivalentes a cinco por ciento del producto interno bruto (PIB).
La nube de humo originada en incendios de bosques que el año pasado se extendió por el sudeste de Asia tuvo para algunos países de la región un costo económico superior a dos por ciento del PIB.
Ante esa realidad, los esfuerzos por fortalecer la capacidad de los países en desarrollo en el sector de los servicios ambientales se orientan fundamentalmente a abordar y, en última instancia, resolver los problemas ecológicos, reconoció Ricupero.
Pero al mismo tiempo, esas políticas pueden convertir a los países en desarrollo en destinos más ventajosos para las inversiones extranjeras directas, facilitar su acceso al capital y fortalecer otros sectores nacionales, como el turismo.
Algunos países en desarrollo han sido capaces ya de establecer un sólido sector de servicios ambientales y de exportarlos a sus vecinos, destacó el secretario de la UNCTAD.
Las perspectivas de los países en desarrollo se ven favorecidas porque el sector del comercio de servicios ambientales se encuentra relativamente exento de restricciones, en comparación con otros sectores de servicios.
Los exportadores del sector demandan mayor acceso a los mercados en términos de presencia comercial y libre circulación de personas físicas, dijo la UNCTAD.
El comisionado de Comercio de la Unión Europea, Leon Brittan, propuso a comienzos de este año que se incluya la liberalización de los servicios ambientales como una de las prioridades de las negociaciones comerciales multilaterales.
Los ministros del Foro de Cooperación Económica de Asia y el Pacífico (APEC) decidieron en noviembre procurar la liberalización voluntaria de varios sectores, incluidos los bienes y servicios ambientales.
Ricupero desechó la posibilidad de que la liberalización del comercio de bienes y servicios ambientales pueda acarrear riesgos para los países en desarrollo.
Con la apertura de esos mercados, los países en desarrollo tendrán acceso más fácil a mercancías y servicios ambientales tan necesarios, mientras el mundo industrializado encontrará nuevas oportunidades comerciales fuera de los mercados tradicionales, dijo.
Pero la liberalización de los servicios ambientales puede verse afectada por la falta de acceso a los mercados en otras actividades ligadas estrechamente, como los servicios de ingeniería, de consultoría y de análisis, previno la UNCTAD.
La industria de protección del ambiente abarca las actividades que producen bienes y servicios para medir, impedir o minimizar los daños al agua, la atmósfera y el suelo, así como los problemas relacionados con los desechos, el ruido y los ecosistemas.
En los países industrializados, el gasto se divide en partes iguales entre el sector público y el privado. En los países en desarrollo, el estado corre con 70 por ciento de los gastos generales en actividades ambientales.
Entre las 50 empresas principales del sector solo figuraba, en 1995, una originaria del mundo en desarrollo, la brasileña Compañia de Tecnología de Saneamiento Ambiental (CETESB), una empresa estatal que opera en el sector de abastecimiento de agua y el tratamiento de aguas residuales. (FIN/IPS/pc/mj/en dv/98
