/BOLETIN-AMBIENTE/ DESARME: Verificación de armas biológicas sufre atasco

Tres semanas de negociaciones de un protocolo de verificación del cumplimiento de la Convención sobre Armas Biológicas concluyeron sin progresos, y ese estancamiento amenaza la vigencia del tratado, que prohibe la propagación de enfermedades como instrumento de guerra.

El presidente del grupo especial negociador, el diplomático húngaro Tibor Toth, admitió que está en riesgo el cumplimiento de los plazos establecidos, que contemplan la conclusión del protocolo en 1999 para su discusión en el 2001 durante la Conferencia de Revisión.

Un analista independiente, el alemán Oliver Meier, del Centro de Información de Berlín para la Seguridad Trasatlántica, estimó que se requieren intervenciones políticas de alto nivel para destrabar la negociación.

"Si las delegaciones no reciben orientaciones políticas claras, los intereses nacionales seguirán impidiendo la conclusión de las negociaciones antes de la Conferencia de Revisión del 2001", advirtió Meier.

La Convención sobre Armas Biológicas data de 1972, pero conta apenas de cinco páginas y carece de medidas vinculantes y de verificación, lamentó Tony Lloyd, ministro de estado en el Ministerio de Relaciones Exteriores británico, quien representó a la Unión Europea.

El grupo especial, que sesionó en Ginebra del 22 de junio hasta el viernes, tiene la misión de preparar un régimen de cumplimiento de la Convención que ayude a disuadir y a detectar a los eventuales responsables de la proliferación de armas biológicas y tóxicas.

La preocupación de la comunidad internacional por el empleo masivo de las armas biológicas se remonta a la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Lloyd remarcó que esa inquietud recrudeció después de la Guerra del Golfo (1991), librada por una alianza encabezada por Estados Unidos contra Iraq.

El diplomático británico observó que la Comisión Especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) mantiene aún sus dudas sobre el programa de armas biológicas de Iraq, que estaría "disimulado tras instalaciones civiles".

Iraq no ha ratificado la Convención de 1972, "pero aunque lo hubiera hecho -dijo Lloyd- el tratado carece de medidas de cumplimiento y verificación", y ese hecho "impediría a la ONU detectar y disuadir de sus violaciones" al país árabe.

Toth reconoció que la negociación del protocolo es compleja en extremo y que avanza con suma lentitud.

En un texto de 250 páginas, las delegaciones han señalado 3.000 corchetes (reservas), que exigen una discusión minuciosa a un promedio de dos páginas por cada jornada de sesiones, dijo.

A ese ritmo, queda descartada la conclusión del protocolo para la próxima sesión del grupo especial, que se desarrollará del 14 de septiembre al 9 de octubre, indicó Toth.

El régimen de vigilancia previsto por el proyecto de protocolo se funda en cuatro elementos básicos: las declaraciones de los gobiernos sobre sus actividades con materiales biológicos, las investigaciones in situ en caso de serias sospechas, las visitas al país y la creación de una organización de verificación.

Meier lamentó que las discrepancias entre los 140 países miembros de la Convención se concentrasen en las disposiciones fundamentales del mecanismo de verificación.

Las diferencias -dijo- surgen en torno del tipo de investigaciones que se autorizarán, la clase de instalaciones que serán inspeccionadas y la manera en que se cumplirá esa verificación.

Los países industrializados temen que los equipos de investigación internacionales puedan ser empleados para tareas de espionaje industrial en sus centros de biotecnolgía, explicó el experto alemán.

Al término de las deliberaciones del grupo especial, seis gobiernos latinoamericanos distribuyeron una declaración de respaldo a la negociación del protocolo.

El documento de Argentina, Brasil, Colombia, Chile, México y Perú reclamó flexibilidad a todas las delegaciones para lograr progresos en las negociaciones.

Los seis países recordaron que en 1991 firmaron el "Acuerdo de Mendoza" de prohibición total de armas químicas y biológicas y la "declaración de Cartagena", por la cual renunciaron a las armas de destrucción masiva.

El grupo especial destacó que Estados Unidos y China declararon hace apenas dos semanas su voluntad de apoyar la eliminación de las armas biológicas en todo el mundo.

Los ministros de Relaciones Exteriores del Movimiento de No Alineados declaró en mayo, en la ciudad colombiana de Cartagena, su resaldo a la Convención sobre Armas Biológicas y su premura por la conclusión de las negociaciones del grupo especial. (FIN/IPS/pc/ff/ip/98

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