El gobierno de Bhután procura frenar la ola de robos que en los últimos dos años afectó a casi 400 monasterios y relicarios de este pequeño reino de la cordillera del Himalaya ubicado entre China e India.
El monasterio de Taksang, o de la "guarida del tigre", construido en el siglo VII en el noroeste del país, con hermosas pinturas que representaban un panteón del budismo tántrico, resultó en parte destruido por un incendio provocado por los asaltantes que lo despojaron de sus piezas de arte.
"Debemos impedir que estos enemigos de la nación destruyan nuestro tesoro invalorable, nuestro gran patrimonio", dijo este mes el ministro del Interior, Thinley Gyamtsho, al referirse a la alarmante serie de robos de antigüedades ocurridos en en los últimos dos años.
Entre junio de 1996 y el mes pasado fueron asaltados 393 monasterios y relicarios, según el gobierno. En algunos casos, los delincuentes asesinaron a los monjes a cargo de los lugares y huyeron con reliquias y piezas budistas centenarias.
El gobierno sostiene que los contrabandistas venden lo robado en Nepal, donde existe un próspero mercado negro de antigüedades.
Nepal "es el mayor mercado negro de antigüedades en la zona de Asia meridional en el Himalaya", aseguró Sonam Thondup, ex superintendente de la policía en la ciudad fronteriza de Phuntsholing, la principal vía de acceso y salida de Bhután.
Es en Nepal donde las antigüedades "robadas de los monasterios se ofrecen a los compradores de Occidente o Asia oriental", sostuvo.
Los contrabandistas tienen preferencia por las "tankhas", o exquisitas pinturas realizadas en seda, las estatuas de Buda y las esculturas en madera y en piedra de los monasterios, indicó el funcionario aduanero Karma Tenzin.
Tenzin precisó que entre las personas detenidas por este tipo de robos, la mayoría son jóvenes desempleados. Pero ellos solo son peones utilizados por personas más poderosas que organizan el contrabando.
"Los compradores no se encuentran en Bhután, donde uno no puede guardar las cosas robadas en la sala de estar de su casa. Cualquiera que lo haga será detenido. La nuestra es una sociedad pequeña", señaló Tenzin. La población del país asciende a menos de 700.000 habitantes.
Otros funcionarios policiales y aduaneros comparten la opinión de Tenzin. Los habitantes de Bhután que roban los monasterios reciben muy poco por ello, quizá unos 10 o 20 dólares por una tankha que se venderá a miles de dólares en Nepal.
"Tenemos que eliminar este tipo de delito. Debemos descubrir a los principales responsables y sus cómplices extranjeros", exhortó otro funcionario aduanero.
Bhután cuenta con 1.198 monasterios y más de 3.000 monumentos budistas, con frecuencia ubicados en remotas zonas montañosas y a cargo de unos pocos monjes.
En el Taksang, adherido a la ladera de una montaña, 800 metros por encima del pintoresco valle de Paro, sólo había un monje que hacía las veces de cuidador y sacerdote.
Según la leyenda, el monasterio fue construido por el gurú Rinpoche, venerado por los budistas mahaianas, y toma su nombre del tigre que habría conducido al religioso al lugar.
Muchos sospechan que el monje fue asesinado por los ladrones que incendiaron el monasterio después de apoderarse de sus antigüedades más valiosas, entre ellas pinturas del siglo XIX que representaban la historia de la familia real.
"Es imposible vigilar cada uno de los monasterios", aseguró un alto funcionario policial. Lo importante es atrapar a los "peces gordos" y no tanto detener a las personas que roban las piezas de arte, opinó.
Funcionarios de los servicios de inteligencia de India indicaron que tienen información sobre al menos tres bandas de contrabandistas de antigüedades que operan en la frontera con Bhután.
Las bandas son dirigidas por personas con comercios legítimos en ambos lados de la frontera, con muchos contactos y poder. Además, según los funcionarios, están conectadas con otros delincuentes en Nepal, que comparte la frontera con India.
"Su organización es tan buena que contratan a críticos y tasadores de arte para calcular el valor de las piezas", explicó un funcionario de Siliguri, ciudad septentrional de India.
El gobierno de Thimbu decidió crear una fuerza especial contra el contrabando para proteger el patrimonio nacional, entrenada en India y en países industrializados. (FIN/IPS/tra-en/sb/an/aq-mj/ip cr/98