El punto político más alto de la visita de cinco días a Gran Bretaña del presidente de Azerbaiján, Haidar Aliyev, fue la reunión que mantuvo hoy con el primer ministro de Gran Bretaña, Tony Blair.
Los líderes cubrieron varios temas diplomáticos, económicos y militares, incluyendo los esfuerzos de paz estancados de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) en el conflicto azerí-armenio por el enclave de Nagorno-Karabaj, que ya tiene una década.
Pero Aliyev no se limita a la diplomacia. Su misión comercial garantizó la firma de contratos por 5.000 millones de dólares con la British Petroleum, Ramco y Monument Oil & Gas para la explotación de yacimientos terrestres y submarinos en Azerbaiján.
Durante su reunión con el secretario de Defensa, George Robertson, el líder azerí exploró la cooperación militar con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) bajo el programa Asociación para la Paz.
A sólo 11 semanas de las elecciones presidenciales en Azerbaiján, Aliyev, que busca la reelección, intenta impresionar a los votantes azeríes con sus dotes diplomáticas y comerciales.
Entre su primer viaje a Londres en septiembre de 1994, para firmar contratos por 7.200 millones de dólares con el consorcio petrolero liderado por Gran Bretaña, y esta visita, Aliyev logró mucho.
El presidente azerí logró restaurar cierta estabilidad en Azerbaiján, sacudido por la guerra, el desplazamiento de un séptimo de la población nacional de siete millones, manifestaciones masivas, golpes e intentos de golpes de Estado.
Pero Aliyev ha fracasado en la cuestión de Karabaj. El enclave armenio, que cubre cinco por ciento de Azerbaiján, permanece bajo control del ejército de Armenio, junto a 15 por ciento de territorio azerí que cayó bajo los tanques armenios en 1994.
La posibilidad de un acuerdo pacífico del conflicto que data de 1988, sobre un plan propuesto por la OSCE, disminuyó en marzo con la elección en marzo como presidente de Armenia de Robert Kocharian, un político de línea dura.
Revirtiendo la posición de su antecesor moderado, Kocharian rechazó el plan de la OSCE, que involucraba un retiro en etapas de las fuerzas armenias de territorio azerí, incluyendo Nagorno- Karabaj, que contaba con la aprobación del acuerdo de Aliyev.
El atasco que se produjo continuó desde entonces. Pero, para no elevar la temperatura y alimentar los sentimientos nacionalistas azeríes, Aliyev dijo que el avance hacia una solución pacífica podría ser hecho con el auspicio de la OSCE.
La oposición azerí parece no estar impresionada. El principal rival de Aliyev, el ex presidente Abulfez Elchibey, también rechazó el plan de la OSCE, y propuso una solución militar si las negociaciones fracasan.
Sin embargo, los azeríes militarmente no son un rival importante para los armenios, quienes han tenido la ayuda encubierta de Rusia y tienen apoyo político en Estados Unidos.
El ultranacionalista Elchibey dañó seriamente los intereses azeríes retirando a Azerbaiján de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), quebrando la continuidad geográfica de la organización.
Al asumir como presidente a mediados de 1993, Aliyev se movió para retornar a Azerbaiján a la CEI y a su Tratado de Defensa Colectiva.
Pero esto no le ganó la neutralidad de Rusia en el conflicto en Karabaj. Cuando los armenios tomaron más territorio azerí en octubre de 1994, elevando el total a un quinto de Azerbaiján, Aliyev apeló a Moscú pidiendo ayuda, pero en vano.
A la vez, Aliyev rechazó la demanda de Moscú de emplazar sus soldados en Azerbaiján a lo largo de las líneas del cese del fuego como forma de mantener la paz.
"Armenia y Georgia tienen soldados rusos en sus territorios, pero ello sólo disminuye su independencia. Moscú también propuso enviar fuerzas a Azerbaiján, pero nosotros le dijimos que no. Por eso no están conformes conmigo en Rusia", dijo Aliyev el lunes en una conferencia de prensa, en Londres.
La postura de Aliyev fue bien recibida en su país y también en Estados Unidos.
El gobierno de Bill Clinton propagó la idea en Estados Unidos que la cuenca del mar Caspio, de la cual Azerbaiján es parte central, está repleta de hidrocarburos, y que firmas petroleras estadounidenses y de otros países industriales tendrán un papel destacado en la explotación de esta fuente de energía.
Desde que asumió la presidencia hace cinco años, Aliyev firmó una docena de contratos para compartir la explotación con firmas extranjeras, en su mayoría de los países industriales, en la plataforma del mar Caspio junto a la costa azerí.
Ello provocó las críticas en Azerbaiján de que su gobierno entregaba los recursos naturales de la nación a las empresas extranjeras, y que sería mejor esperar hasta que el país pudiera explotar sus propias reservas de hidrocarburos.
Pero Aliyev considera que Azerbaiján carece de dinero y de la tecnología y equipos necesarios para extraer los depósitos de petróleo y gas por su cuenta. Este argumento es música celestial para los representantes de las firmas petroleras extranjeras.
Aliyev es consciente de ello y utiliza su visita actual para fomentar la inversión de firmas británicas en el sector no petrolero de su país. A diferencia de sus pares de Asia Central, el líder, de 75 años, tomó en cuenta la opinión, principalmente de Estados Unidos, sobre la democracia y los derechos humanos.
Durante la época soviética, Aliyev subió a la cima del poder de la Unión Soviética y se mantuvo en ella durante 11 años. En 1976 se convirtió en miembro candidato del gobernante politburó del Partido Comunista, y luego en miembro pleno.
Debido al límite de edad impuesto por la constitución de Azerbaiján, Aliyev no pudo participar en la primera elección presidencial tras la independencia del país en 1993.
Pero cuando la presidencia en ejercicio le fue ofrecida por el parlamento azerí, tras la fuga de Elchibey de la capital, y fue sometida a elecciones en octubre de 1994, el resultado oficial concluyó que Aliyev recibió 99 por ciento de los votos.
El resultado demostró que Aliyev no había abandonado la forma de actuar a la que se acostumbró durante la época comunista. No obstante, el líder escuchó a Clinton cuando se reunieron en Washington, en agosto.
Entre otras cosas, Clinton le pidió que otorgara la libertad de expresión a los ciudadanos azeríes y que respetara a la oposición política.
En un plazo de tres meses, Aliyev permitió el retorno a Bakú de Elchibey, entonces exiliado en su aldea natal de Najichevan, quien pronto manifestó su oposición a las propuestas de la OSCE sobre Karabaj.
Mientras Azerbaiján se prepara para las próximas elecciones presidenciales, Elchibey exigió la recomposición de la Comisión Electoral Central, la liberación de los prisioneros políticos y el cese de la censura.
En respuesta, Aliyev modificó la integración de la Comisión Electoral de manera que conformó a la oposición. La medida indica que el líder se siente confiado, como la mayoría de los observadores y diplomáticos, sobre su reelección en octubre. (FIN/IPS/tra-en/dh/rj/lp-aq/ip if/98