La literatura se convirtió en una herramienta para que las mujeres expresaran su visión del exilio en un planeta donde la guerra, la represión y la pobreza fuerzan a muchas personas a alejarse de su hogar.
Más de 200 trabajos llegaron hasta la sureña ciudad española de Huelva para la conferencia sobre "El exilio de las mujeres", y en ellos se reveló una exploración profunda del problema de las mujeres que se ven obligadas a sobrevivir lejos de su país.
"Nos llegaron propuestas de pintoras que querían exhibir sus cuadros, de productoras que deseaban mostrar sus documentales", relató la organizadora del encuentro, Pilar Cuder Domínguez.
El resultado de esta recopilación organizada por el departamento de estudios de la mujer de la Universidad de Huelva fue colocado en un sitio de Internet, www.uhu.es/semujer.html.
En Huelva se compararon las miradas de escritoras como la sudafricana Besie Head o la puertorriqueña Esmeralda Santiago, autora de la novela "El Sueño Americano".
El libro narra la historia de una mujer que viaja a Estados Unidos para huir de un amante abusador, pero sólo encuentra discriminación social, racial y cultural que profundizan su sensación de expatriada.
"El exilio convierte en protagonista la interacción de género con otros ingredientes esenciales de nuestra identidad", comentó Esmeralda en su novela. La escritora vive en Estados Unidos y se suma a un buen número de autoras que habitan en países extranjeros y escriben sobre personajes definidos por el exilio.
"Es un tema muy importante para la literatura", dijo Cuder Domínguez. "Se presentan problemas de nacionalidad, de pertenencia, de ubicación", comentó.
La organizadora destacó que otro grupo de autoras de nacionalidad mixta, como holandesa-vietnamita o alemana-turca, desafían la noción de identidad. En este caso "ellas cuestionan el significado de tener una nacionalidad, borran los límites entre las categorías, están afuera y adentro al mismo tiempo".
Uno de los libros presentados fue "Una niña brillante", en el cual la autora Patricia Cumber cuenta la historia novelada de su madre, enviada desde Jamaica a Inglaterra cuando apenas tenía 13 años en 1938, para que recibiera la mejor educación disponible.
Gloria, la protagonista, va a la universidad y se casa con un blanco en medio de controversias. El libro sigue en detalle los dilemas de la protagonista y sus nostalgias de un Kingston cálido y soleado, en medio de una Inglaterra grisácea y austera en tiempos de posguerra.
Muchos de los libros presentados por caribeñas, africanas e incluso estadounidenses tratan el tema de la alienación, la adaptación y la nostalgia, la idealización del lugar que se ha dejado atrás.
Una de ellas es la novela "The Unbelonging" (La Expatriada) de la jamaiquina-británica Joan Riley, que según explicó la especialista Ana López Bringas "explora la migración caribeña hacia Inglaterra desde el punto de vista de las mujeres inmigrantes".
"La novela pone al descubierto estructuras de poder, represión y silencio que marcan las vidas de estas mujeres desde el momento que abandonan su país", comentó López Bringas.
Esa alienación "tiene un impacto negativo sobre las posibilidades de la mujer inmigrante de construir una personalidad válida e integrada, y termina por dejarla anclada en ese espacio donde quedan todos aquellos que no pertenecen a ninguna parte".
No pertenecer a ninguna parte es una de las sensaciones reflejadas con mucha frecuencia por las inmigrantes o exiliadas que reflejan su experiencia en la literatura.
Uno de los momentos más emocionantes de la reunión de Huelva, que se realizó en mayo pero continúa en la Internet, fue una lectura de poetisas latinoamericanas residentes en Estados Unidos.
Una Guatemalteca habló precisamente de eso, de no pertenecer a ninguna parte, de tener que esforzarse para definir la identidad de uno mismo, de jugar siempre "el juego de los dos pasaportes". (FIN/IPS/tra-en/am/rj/lc-ml/pr-cr/98