Unos 30.000 practicantes de distintas religiones de Angola se congregaron en el estadio nacional de esta capital para orar por la paz y la reconciliación mientras la nación africana parece dirigirse nuevamente hacia la guerra.
Líderes religiosos del Consejo de Iglesias Cristianas de Angola, la Asociación Evangelista de Angola y la Iglesia Católica exhortaron el domingo al gobierno y la insurgente Unión Nacional por la Independencia Total de Angola (UNITA) a salvar sus diferencias y reanudar el proceso de paz.
UNITA, que lucha por el poder desde 1975, había firmado la paz en 1991, pero reinició la guerra contra el gobierno tras su derrota en las elecciones generales de setiembre de 1992.
Augusto Chipesse, secretario general del Consejo de Iglesias Cristianas, solicitó "la reunión lo antes posible" del presidente José Eduardo Dos Santos y el líder de UNITA, Jonas Savimbi.
Ambas partes deben reincorporar la tolerancia en su disputa, "para que el país no se vea envuelto nunca más en la guerra", agregó.
A pesar de que la Comisión Conjunta, un organismo creado para supervisar el proceso de paz, logró ciertos avances, se retrasó demasiado la puesta en práctica del Protocolo de Lusaka de 1994, un plan de paz para Angola, sostuvo Chipesse.
Las conversaciones directas entre UNITA y el gobierno comenzaron en Lusaka el 16 de noviembre de 1993, pero no fue hasta el 9 de agosto de 1994 que se logró un acuerdo preliminar permitiendo la negociación de la reconciliación total.
En marzo de 1996, las discusiones entre dos Santos y Savimbi, celebradas en Libreville, Gabon, llegaron a un acuerdo sobre el establecimiento de un gobierno de unidad nacional, de conformidad con el acuerdo de Lusaka.
Representantes del gobierno de unidad nacional y varios diplomáticos de países industriales se encontraban entre los miles que llenaron el estadio para escuchar a los líderes religiosos.
Las iglesias y organizaciones religiosas se encuentran entre los grupos más importantes y activos de la sociedad civil que encabezan campañas por la paz y la reconciliación nacional.
Una delegación de obispos de Africa austral de distintas religiones se reunió con el gobierno y UNITA para exhortarles a reanudar las negociaciones. Durante los últimos meses, hubo varios estallidos de violencia entre los dos bandos.
La semana pasada, fuerzas del gobierno e insurgentes de UNITA se enfrentaron por el control del pequeño pueblo septentrional de Kikulungu, en la provincia de Kwanza Norte, en poder del gobierno.
Al menos 20.000 residentes huyeron de sus viviendas a raíz del conflicto, que ocurrió después de varios ataques de UNITA en otros distritos del norte y centro del país.
El proceso de paz sufrió un importante revés en junio debido a la muerte del enviado especial de la Organización de las Naciones Unidas, Alioune Blondin Beyes, en un accidente de aviación en Costa de Marfil.
El avión que transportaba a Beye, cuatro integrantes de la misión y dos pilotos se accidentó el 26 de junio durante una gira por el país para persuadir a UNITA de respaldar el acuerdo de Lusaka. (FIN/IPS/tra-en/mp/pm/aq-ml/ip/98