El endeudamiento social en América Latina está posibilitando que los bancos se tornen dueños de la economía, según un estudio realizado por el diputado argentino Raúl Druetta.
Druetta, quien participó de la reunión de la Comisión de Deuda Social del Parlamento Latinoamericano (Parlatino), en la sede permanente de la institución en Sao Paulo, precisó el alcance del término "endeudamiento social".
Abarca las deudas que "distintos sectores sociales de la población, vinculados a la pequeña y mediana empresa productiva o de servicios y al consumo, tienen con entidades financieras, sean éstas bancos, oficiales o privados, organizaciones financieras de otro tipo o prestamistas particulares", indicó.
Esa problemática del endeudamiento financiero social interno pesa hoy "sobre millones de familias en nuestros países, y ha devenido en una cuestión principal para el futuro de nuestras comunidades tanto como es la problemática de la deuda externa", añadió.
La situación especifica de Argentina, que no es distinta de la de muchos países latinoamericanos, muestra que el endeudamiento de los ciudadanos ocurre de forma paulatina y casi sin medios de revertir en el corto plazo.
Las deudas contraídas en los bancos al principio de la década, estaban en la paridad de un peso por dólar, pero la tasa de interés llega a 70 por ciento anual, en una economía con la inflación alredor de cero.
"Las deudas se potencializan, haciendo que los intereses superen los créditos iniciales en poco tiempo, lo que imposibilita su pago", dijo Druetta.
Ante un cuadro como ese, los bancos promueven un refinanciamiento total de la deuda. Para que eso ocurra, las instituciones financieras exigen mayores garantías patrimoniales del deudor, creándoles cada vez más compromisos, entrando en un callejón sin salida.
Tras varias renegociaciones, sólo queda al banco "ejecuciones judiciales o remates de campos, viviendas, comercio, fábricas, maquinarias con la consiguiente grave lesión a la familia, la comunidad y las pérdidas de fuente de trabajo tanto para el damnificado como para los que trabajan en su empresa", afirmó.
Para hablar en términos de cifras, el problema del endeudamiento social interno alcanza los 73.000 millones de dólares con el sistema financieros. En ese monto no están contemplados los deudores de las tarjetas de crédito o los créditos de vivienda.
Otra aberración apuntada por Druetta consiste en el hecho de que muchos de los intereses de las deudas contraídas por la utilización de los servicios de luz, agua y teléfonos son más altos que el propio valor de los servicios recibidos.
"Con eso está se creando un nuevo sistema de esclavitud, pues la vida misma del ciudadano queda vinculada a los bancos", constató el diputado argentino.
"Vemos que hasta muchos estados nacionales están siendo dirigidos por el Fondo Monetario Internacional, pues él dicta de qué manera hay que administrar sus presupuestos", añadió.
Druetta concluyó que se hace necesario "una revisión integral de los mecanismos de refinanciamento y reactivación del sector productivo, y constituir el financiamiento en una herramienta para el crecimiento, que traiga una verdadera solución tanto a deudores como a acreedores". (FIN/IPS/fv/ag/ip-if/98
