Técnicos de la empresa sanitaria estatal de Uruguay idearon un sistema para proveer de agua potable a los más de 1.200 millones de personas que carecen de agua potable en todo el mundo.
El invento ya ha sido comercializado en varios países latinoamericanos y la estatal Obras Sanitarias del Estado (OSE) de Uruguay pretende colocarlo en naciones de Medio Oriente y de Africa donde el acceso a fuentes de agua potable es un problema particularmente grave.
El sistema, que se basa en unas usinas potabilizadoras transportables (UPT) de reducidas dimensiones, se puede adaptar a localidades grandes, pequeñas o medianas.
"La inversión para montar 60.000 UPT en un año, que resuelve el suministro en las áreas del mundo que no tienen agua potable, sería de 18.000 millones de dólares, costos de instalación incluidos, menos de la milésima parte del producto interno bruto mundial", dijo a IPS el vicepresidente de OSE, Ariel Moller.
"Si fueran las propias personas carenciadas las que financiaran la iniciativa bastaría que aportaran unos cuatro centavos de dólar diarios", explicó.
Las UPT, que comenzaron a ser fabricadas en 1992 por ingenieros uruguayos, tiene bajo costo, son transportables en camiones, ofrecen facilidades de manejo, y son resistentes.
Entre las tres variedades de UPT, la de mayor potencia vale diez veces menos que una usina convencional de similar capacidad, y puede abastecer a hasta 20.000 personas, a razón de 2.400 metros cúbicos de agua por día, indicó Moller.
La empresa estatal ya instaló 70 unidades de ese tipo en diversas zonas de Uruguay, en particular rurales y alejadas de los centros urbanos más poblados.
De acuerdo con los directivos de OSE, la generalización del sistema, ya decidida por el gobierno, resolverá todas la necesidades en agua potable de Uruguay hacia el 2000, a un costo global de 25 millones de dólares.
"Uruguay está a la vanguardia en América Latina en el sector sanitario. Hay una escuela sanitaria difícil de igualar en el resto del continente y en general en el tercer mundo, y este sistema viene a corroborar la ubicación del país en el concierto internacional", afirmó el experto Francisco Gros.
En cobertura sanitaria, Uruguay se encuentra muy por delante de Brasil, que en los años 70 realizó fuertes inversiones en la materia, dijo Gros, ex funcionario de OSE y docente en la estatal Facultad de Ingeniería en Montevideo.
Las UPT toman agua bruta de ríos, arroyos, lagos, embalses o cualquier otra fuente superficial, sin afectar las aguas subterráneas, "reservorio indispensable para las generaciones futuras", dijo Moller.
Las usinas no podrían, sin embargo, ser utilizadas en aguas residuales sin que se les adicionen sistemas especiales de tratamiento biológico de los productos orgánicos, precisó el gerente general de OSE, Ariel Castagnino.
Hasta fines de junio pasado OSE ya había comercializado UPT por un total cercano a los ocho millones de dólares en diversos países de América Latina, sobre todo en Brasil, de acuerdo con fuentes de la compañía consultadas por IPS.
Una empresa española manifestó interés en colocar plantas de este tipo en Africa y Asia, agregaron.
Como su carta orgánica sólo le permite vender agua, OSE realiza la comercialización de las usinas a través de empresas privadas o por medio de convenios de cooperación internacional gestionados por otra dependencia estatal uruguaya.
La Organización Panamericana de la Salud ya está al tanto de la existencia de estas plantas en Uruguay, pero aún no ha emitido señales de interés, lamentaron técnicos de la firma estatal.
Castagnino identificó entre los obstáculos que debe enfrentar el ente para comercializar su sistema las presiones de los "lobbys de las ingenierías nacionales" y las políticas ambientales de los diversos gobiernos.
Un pequeño país como Uruguay, de apenas 3,3 millones de habitantes, no tiene capacidad de presión ni potencia comercial para "colocar" un sistema como éste, agregó.
"Claro que existen miles de sistemas de potabilización, de mayor o menor eficacia. Las UPT tienen la ventaja de haber sido probadas a escala de un país, además de ofrecer costos de inversión y de operación bajísimos, así como una instalación muy rápida, lo que las hace muy competitivas", precisó.
"Las UPT se aplican, como modelo de utilidad, a cualquier país, tanto en los programas de potabilización como en el reciclaje de usinas cuya capacidad está sobrepasada", destacó Castagnino. (FIN/IPS/dg/mj/he en dv/98