Agnes Siyiankoi lleva en el rostro las cicatrices de 13 años de abusos cometidos por su propio esposo, y ahora teme que la justicia no la proteja porque las tradiciones son fuertes "y entre los masai es normal golpear a la esposa".
"Si un marido no golpea a su esposa, es objeto de burla por parte de sus amigos", contó Siyiankoi, quien ya no se siente segura en su propia casa, un drama que comparten numerosas mujeres de Africa víctimas de la violencia doméstica.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Mujer (Unifem) anunció que el día 31 lanzará una nueva ofensiva contra este "delito invisible", que incluye una campaña africana en rechazo a la violencia contra las mujeres.
Justo en esa fecha se conmemora el Día de la Mujer Panafricana, y Unifem advirtió que en esta oportunidad la campaña formará parte de las actividades relacionadas con el 50 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que se cumple el 10 de diciembre.
La meta consiste en involucrar en este proyecto a comunidades, gobiernos, organizaciones no gubernamentales, grupos religiosos y medios de comunicación, explicó Laketch Dirasse, asesora del programa regional de Unifem para Africa oriental.
"La campaña busca concientizar a la opinión pública y los medios sobre este problema, pero también pretende alentar a las mujeres para que rompan el silencio y denuncien los abusos, y acelerar las reformas del sistema legal", informó Dirasse.
Situaciones como la de Siyiankoi en Kenia son comunes. La justicia suele considerar que las costumbres tradicionales, permisivas de la violencia doméstica, tienen prioridad sobre la ley.
Además, los abusos son culturalmente aceptados en muchos países, lo cual limita las posibilidades de desarrollo socioeconómico de las mujeres.
En muchos países africanos, la violencia doméstica está en aumento pero aún no se la reconoce como un delito grave. Por otra parte las denuncias son escasas, como sucede en Sudáfrica, donde se estima que cada año hay 32.000 violaciones y abusos físicos contra mujeres, aunque se denuncia sólo uno de cada 36 casos.
En Kenia, la policía informó que durante la primera mitad de 1998 se denunciaron 4.000 casos de agresiones a mujeres y niñas, pero la Coalición sobre la Violencia contra las Mujeres (COVAW) aseguró que el problema es mucho más grande y la mayoría de las veces nadie presenta denuncias.
"La mayoría de las mujeres víctimas de violencia evitan las denuncias y tienen la esperanza que su situación mejore con el tiempo", dijo Adelina Mwau, representante de la Coalición, y agregó que con frecuencia las comunidades lo consideran como algo normal, inherente a la vida doméstica.
Un informe elaborado por el Centro de Políticas de Reproducción de Nueva York y el capítulo keniano de la Federación Internacional de Abogadas (FIDA) destaca que, en países como Etiopía, las leyes relacionadas con agresiones no especifican el caso de violencia entre maridos y esposas.
El informe titulado "Mujeres del mundo: Leyes y estrategias que afectan su vida reproductiva" añade que en Nigeria se penalizan las agresiones, pero también se permite a los maridos "corregir" a sus esposas mediante castigo físico, si es que éstas infringen "los límites establecidos" por las tradiciones.
En 1996, COVAW publicó el informe "Romper el Silencio", en el que sostiene que las mujeres agredidas enfrentan una barrera de obstáculos sociales que le impiden acceder a la justicia.
"La policía no le da demasiada importancia a sus denuncias, su familia puede amenazarla con el repudio, y su pobreza suele impedirle costear un proceso", plantea el documento.
Irónicamente, quienes tratan de ayudar a estas mujeres son objeto de críticas. En Kenia, una abogada que administra un refugio para mujeres víctimas de agresiones es ahora blanco de condenas por parte de dirigentes comunitarios y religiosos que la acusan de promover la ruptura de matrimonios.
Unifem precisó que su nueva ofensiva pretende concientizar a la población sobre las dimensiones y los costos de la violencia contra las mujeres, con el fin de promover un cambio de actitudes.
"Estamos hablando de proyectos que deberían garantizarle a las mujeres la oportunidad de disfrutar una vida libre de violencia", precisó Dirasse. (FIN/IPS/tra-en/ja/pm/lc-ml/hd/98