Millones de personas en Africa austral libran una lucha diaria por el derecho a la tierra, y se prevé que el problema será mucho más grave en el próximo siglo.
Un ejemplo es el del grupo étnico svosve, de Zimbabwe oriental, que ocuparon un terreno privado y lo reclamaron como propio.
Otro es el de los makuleke, en el norte de Africa austral. La comunidad ganó una batalla judicial este año luego de 18 meses de negociaciones para controlar 25.000 hectáreas de tierra en el Parque Nacional Kruger, del que habían sido expulsados en 1968.
El problema de la tenencia de la tierra en Africa austral es cada vez más importante y será explosivo en el próximo siglo, pronosticó uno de los participantes de una conferencia sobre la cuestión que terminó el jueves en esta ciudad de Sudáfrica.
En Africa austral reinan la falta de sabiduría y visión política "con respecto a la administración de la agricultura y los recursos naturales", agregó Mandivamba Rukuni, profesor de la Universidad de Zimbabwe.
La conferencia, organizada por el Programa de Administración de Recursos Naturales de la Comunidad de Desarrollo de Africa Austral, indagó sobre la función que ejerce la tenencia de la tierra con respecto al uso sustentable de los recursos naturales.
Los delegados analizaron problemas como la inseguridad de los derechos de tenencia territorial, el abuso de la propiedad y los recursos colectivos, la falta de derechos de los residentes rurales, el desempleo, la pobreza y la falta de desarrollo económico en las zonas rurales.
En Zimbabwe, la incoherencia que caracteriza el programa de reforma agraria del presidente Robert Mugabe generó la creciente impaciencia de las personas sin tierra, como los svosve. Algunos observadores creen que la acción tomada por este grupo étnico fue una respuesta a la indecisión del gobierno.
Mientras, las autoridades de Sudáfrica, donde el problema de los sin tierra es similar al de Zimbabwe, se esfuerzan por reubicar a la mayoría negra. En el pasado, el régimen del apartheid reservó más de 80 por ciento de la tierra fértil a los blancos, que sólo representan 12 por ciento de la población.
Los negros fueron concentrados en zonas comunales ubicadas en lugares marginales, propensos a la sequía, y más de 3,5 millones de personas fueron expulsadas de sus tierras originales.
En la actualidad, uno de los problemas más graves es que la mayoría de los negros que viven en esas circunstancias no tienen derechos legales sobre la tierra en que residen.
La relación de la mayoría de los africanos con la tierra se rige por sistemas de tenencia tradicionales, que no son reconocidos jurídicamente, y los gobiernos, por lo general, consideran estatales esas tierras.
"Algunos no saben que, legalmente, sus tierras no les pertenecen. Lo comprueban cuando intentan venderlas y no lo pueden hacer", dijo Langford Chitsike, de la organización African Resources Trust.
La mayoría de las guerras de independencia de Africa austral se libraron por cuestiones de territorio. "Los gobiernos coloniales y africanos no respetaron los sistemas de tenencia practicados por la mayoría de los residentes rurales", explicó Rukuni.
La creencia es que los sistemas tradicionales de tenencia son incompatibles con los sistemas occidentales o "modernos" de gobierno, agregó.
Los expertos advierten que, sin el derecho a la tierra, seguirán fracasando los programas de desarrollo en las zonas rurales de la región, donde habita 75 por ciento de la población.
Además, 85 por ciento de los residentes rurales son mujeres. Se estima que en Africa austral sólo cinco por ciento de las mujeres tienen derechos legales sobre la tierra.
"La mayoría de las mujeres con derechos sobre la tierra son blancas. Aunque las organizaciones no gubernamentales hablan cada vez más sobre la necesidad de resolver el desequilibrio de género, los gobiernos siguen aplazando la cuestión", dijo Mavis Chidzonga, legisladora de Zimbabwe presente en la conferencia.
En la región existen planes de reforma agraria desde los años 50, pero ahora la reforma es más urgente debido a los ajustes estructurales y la liberalización de la economía.
Los programas de reforma tienen distintos nombres en Kenia, Zambia o Zimbabwe, pero todos limitaron los derechos de las mujeres a favor de los hombres, aseguró Robin Palmer, asesor de la organización humanitaria británica Oxfam.
La peor situación la sufren comunidades marginadas como los basarwa, indígenas de Botswana.
El gobierno nunca reconoció el derecho a la tierra de los basarwas, sostuvo Samora Gaborone, de la Universidad de Botswana. "Es otra forma de discriminación que se suma al racismo en la cuestión de la tierra", aseguró.
Hay 65.000 basarwas en Botswana y, según el gobierno, no tienen derecho a reclamar la tenencia de sus tierras tradicionales. Unos 1.500 integrantes de la comunidad planean demandar al Estado porque el gobierno pretende expulsarlos de su hogar en el coto de caza de Kalahari Central.
En Zimbabwe, la cuestión de la tierra enfrentó al gobierno, dirigido por negros, con 4.500 agricultores blancos. En el medio hay millones de negros sin tierra que esperan convertirse en propietarios, como se les prometió durante la campaña electoral de 1980. (FIN/IPS/tra-en/gm/pm/aq-ml/dv/98