El turismo, la industria de mayor crecimiento en los útimos 30 años, beneficia a los países en desarrollo y con sus formidables efectos multiplicadores promete contribuir al despegue de algunas de las regiones más postergadas del planeta.
Por lo pronto, constituye el único sector importante del comercio internacional de servicios que arroja un superávit en forma constante para el mundo en desarrollo.
El saldo positivo de la cuenta de viajes de los países en desarrollo aumenta constantemente y pasó de 6.000 millones de dólares en 1980 a 62.299 millones en 1996.
Pero todavía reciben una magra porción del pastel del turismo internacional, que en 1997 contenía 613 millones de llegadas e ingresos por 448.000 millones de dólares.
Las llegadas, un indicador para medir las corrientes de turismo, refieren el número de turistas internacionales que pasan por lo menos una noche en el país encuestado.
Un estudio del académico francés Francois Vellas, de la Universidad de Toulouse, consignó que los países en desarrollo reciben 30 por ciento de las llegadas, que en 1997 equivalieron a 183,9 millones de llegadas turísticas.
En ese grupo, los 48 países menos adelantados ocupan una posición marginal con apenas 0,7 por ciento de las llegadas y con 0,4 por ciento del total de ingresos del turismo internacional.
Tanzania, Maldivas, Camboya, Nepal y Uganda son los países menos adelantados que han obtenido mayores ingresos del turismo, dijo Vellas en el encuentro de expertos de turismo realizado esta semana por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).
Tanto para los países en desarrollo como para los desarrollados, los efectos económicos positivos del turismo se reflejan en los ingresos de divisas, la recaudación impositiva, las inversiones nacionales y extranjeras, y la creación de empleo.
El empresario Geoffrey Lipman, presidente del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC), con sede en Londres, pronosticó el aporte del sector a la creación de empleo en los países en desarrollo durante el próximo decenio.
En la región Asia-Pacífico surgirán 60 millones de nuevos puestos de trabajo relacionados con el turismo. En Europa central y oriental, los nuevos empleos sumarán ocho millones en el mismo período, mientras que en América Latina y el Caribe ascenderán a nueve millones.
Los países de Africa pueden esperar la creación de un millón y medio de nuevos puestos, de los cuales 500.000 corresponderán a la región subsahariana, dijo Lipman en la reunión convocada por la UNCTAD.
El dirigente del WTTC, que representa al sector privado y a 80 por ciento de las pequeñas y medianas empresas turísticas, resaltó la importancia de la liberalización del transporte aéreo para el desarrollo del turismo.
Lipman desaconsejó a los países en desarrollo la defensa de la propiedad de sus aerolíneas. Por cada empleo que se salva mediante la protección de las aerolíneas nacionales, dijo, se pierden otros cuatro por ingresos turísticos frustrados.
El secretario general de la UNCTAD, el brasileño Rubens Ricupero, destacó que el turismo otorgó una contribución sustancial al crecimiento de los países en desarrollo.
En algunos casos específicos de países isleños en desarrollo y de países menos adelantados, el turismo es a mediano plazo una de las pocas o inclusive la única alternativa de desarrollo orientada hacia las exportaciones.
Sin embargo, Ricupero previno que los efectos positivos del turismo sobre el desarrollo se pueden ver comprometidos por la fuga de las divisas obtenidas en esa actividad.
Otra amenaza proviene de la fragilidad de las instituciones de la mayoría de los países en desarrollo para hacer frente a los desatres naturales y a los ocasionados por la actividad humana.
La UNCTAD, anticipó Ricupero, analizará las políticas apropiadas para los países en desarrollo que deben encarar esos desastres y sus efectos en el flujo de turismo internacional.
En su informe a la reunión de expertos realizada en Ginebra, el gobierno de Indonesia reconoció que el crecimiento del turismo en el país se vio interrumpido por la publicidad adversa ocasionada por las nubes de humo de los incendios de bosques desatados el año pasado.
El documento citó también las consecuencias negativas sobre el turismo determinadas por la incertidumbre originada en la crisis económica que estalló en 1997 y por los cambios políticos derivados, que incluyeron el alejamiento del dictador Sukarno.
En contraposición, las autoridades indonesias lanzaron en abril pasado un Programa de Salvamento con la finalidad de contrarrestar las imágenes negativas del turismo en el país asiático.
En Egipto, el ataque armado de noviembre de 1997 contra un contingente de turistas europeos que recorría las ruinas de Luxor causó 58 muertes entre los visitantes, pero también una disminución sustancial en las llegadas posteriores de turistas.
Hani Sobhi Ibrahim, funcionario del Ministerio de Turismo de Egipto, dijo en la reunión de la UNCTAD que el atentado creó desconfianza entre los inversionistas extranjeros, provocó desempleo en el sector y afectó a otras 52 industrias relacionadas con el turismo.
En las conclusiones, los expertos convocados por la UNCTAD recomendaron a los gobiernos de los países en desarrollo la adopción de políticas que aseguren el mantenimiento de condiciones económicas y ambientales para atraer al turismo. (FIN/IPS/pc/ag/dv- if/98