El gobierno de Sri Lanka impuso la censura de prensa a todo informe procedente del frente de batalla, una medida a la cual la red mundial de computadoras Internet resta eficacia y que enrarece la guerra civil que comenzó hace 15 años.
La oposición anunció que se opone a la censura y se espera que abra un debate al respecto en la sesión del parlamento convocada para este miércoles con el fin de estudiar la prórroga del "estado de emergencia", un proceso que se repite cada mes.
La presidenta Chandrika Kumaratunga, que impuso la censura la semana pasada, obtuvo un abrumador triunfo en las elecciones de 1994 con su promesa de terminar la guerra, pero cuatro años después aún no hay indicios de paz.
El gobierno ha fracasado en sus intentos por obligar a las guerrillas separatistas de los Tigres para la Liberación del Tamil Eelam (LTTE) a sentarse a la mesa de negociaciones.
Las medidas de censura implican la revisión de todos los despachos de guerra producidos por periodistas nacionales y extranjeros. Pero la eficacia de la medida fue puesta en duda por expertos.
"¿Para qué imponer restricciones si toda esa información puede ser obtenida en Internet?", se preguntó un especialista srilankés en comunicaciones que pidió mantener su identidad en reserva.
Sin embargo, el proceso ya comenzó. Desde el 5 de junio los censores han cortado todas las informaciones procedentes del frente de batalla y referidas a la guerra, operaciones militares y despliegue de tropas.
Por primera vez, esta tarea fue encomendada a un militar, el general Jaliya Nammuni, y no al Departamento de Información del gobierno. Al final, las notas terminan con una extensión de unos pocos párrafos y el sello "original aprobado por el censor".
Los infractores serán castigados, aunque aún no se anunciaron las penas.
La censura se había aplicado por última vez en 1996, durante una operación militar dirigida a la recuperación de la localidad de Jaffna, en el norte del país.
Pocos días después, la prensa extranjera fue eximida de las revisiones, pues la medida fue considerada ineficiente. La prensa local estuvo sometida seis meses a la censura.
Analistas de prensa de Sri Lanka advierten que la censura no logra sus objetivos y tiene, por el contrario, impacto negativo.
"Si el gobierno pretende ocultar información no lo logrará jamás, porque las noticias del frente viajan a toda velocidad, de boca en boca. La censura puede ser contraproducente cuando los rumores se esparcen", comentó un experto.
El diario The Sunday Times alertó del peligro de que se difundan "rumores peligrosos" a causa de la censura militar. Además, se le daría al LTTE la posibilidad de desorientar a los medios internacionales, que no tendrán ningún mecanismo disponible para verificar sus declaraciones.
Al gobierno "no le preocupa su imagen internacional, mientras se evite que las personas comunes de este país se enteren de las malas noticias cuando se aproximan las elecciones provinciales", según el diario.
Los comicios son en agosto y el gobierno se prepara para una difícil batalla contra el Partido Nacional Unido (UNP), que basa su campaña en críticas al mal manejo de la economía y a denuncias de casos de corrupción.
El encargado de prensa del UNP, Karunasena Kodituwakku, advirtió que la censura es inaceptable. El propio UNP la practicó hace años, cuando estaba en el poder, y afirma ahora en base a esa experiencia que se trata de una práctica inútil.
"La diferencia es que en esos días la guerra era un fenómeno nuevo para nosotros", añadió Kodituwakku.
La medida también fue criticada por un aliado del gobierno, el Congreso Musulmán de Sri Lanka (SLMC), cuyo secretario general, Rauf Hakeem, la consideró un ejercicio poco saludable para una democracia.
"¿Cuál es el propósito de cegar a la opinión pública, obligándolos a adivinar lo que sucede en el frente? La medida será interpretada por las fuerzas de oposición como una imposición por motivos políticos, en especial ante la cercanía de las elecciones", comentó.
"Con seguridad vamos a vivir con la censura, al menos mientras no haya buenas noticias en el frente", sostuvo Harry Gunatillake, ex comandante de la fuerza aérea y comentarista de asuntos de defensa en los medios.
The Sunday Times manifestó su esperanza de que la censura no sea el primer paso hacia la ley marcial, "aunque la tendencia es muy similar a situaciones de este tipo experimentadas por otros países". (FIN/IPS/tra-en/fs/an/lc-mj/ip hd cr/98