La Organización de las Naciones Unidas (ONU) contribuyó a levantar el espíritu de los casi 13.000 participantes de la conferencia mundial sobre el sida al anunciar en la primera jornada de sesiones un plan para reducir la transmisión del mal de madres a hijos.
El tratamiento contemplado incluye el suministro de las costosas medicinas antirretrovíricas que hasta ahora sólo habían sido de empleo casi exclusivo de los enfermos del Norte industrial.
El proyecto piloto, destinado a países de bajos ingresos de Africa, Asia y América Latina, comenzará a ejecutarse en Botswana, Burkina Faso, Camboya, Honduras, Ruanda, Zambia y Zimbabwe.
El plan se extenderá también a cuatro países -Costa de Marfil, Tailandia, Tanzania y Uganda- donde ya se efectuaron pruebas con fármacos antirretrovíricos para reducir la transmisión de madre a hijo del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), cauante del sida.
Peter Piot, director del Programa Conjunto de la ONU sobre VIH/SIDA (ONUSIDA), aclaró en la conferencia de Ginebra que el proyecto se encuentra abierto a la adhesión de otros países y que se mantienen negociaciones con varios gobiernos.
Antes del anuncio de la ONU, la conferencia de científicos y representantes de la comunidad del sida había recibido informes desalentadores sobre la expansión sin freno de la enfermedad en los países en desarrollo.
El número de personas infectadas por el VIH supera los 30 millones, y cerca de 21 millones de los casos corresponden a Africa subsahariana.
Las nuevas terapias presentadas hace dos años con optimismo en la reunión de Vancouver, Canadá, "son aún muy caras y difíciles de administrar, y en el estado actual no parecen constituir una cura", advirtió la australiana Robin Gorna, presidenta del Comité de Planificación Comunitaria de la conferencia.
La lucha contra el sida ha demostrado ser una de las intervenciones sanitarias más costosas en la actualidad.
La terapia de combinación con antirretrovíricos, medicamentos que combaten el VIH y previenen el desarrollo de infecciones y cánceres relacionados con el sida, tiene un costo anual de unos 13.000 dólares por paciente.
El especialista suizo Bernard Hirschel, responsable de la organización de la conferencia, estimó que la administración de esos nuevos fármacos a los enfermos en alguno de los países subsaharianos de alta incidencia del sida obligaría a invertir recursos 100 veces superiores al presupuesto de salud de esa nación.
En una región como Africa subsahariana, donde el aumento del VIH desplomó la esperanza de vida y catapultó la mortalidad infantil, la aplicación del tratamiento madre-hijo tendrá costos considerables, pero "la inacción puede ser aún más onerosa", previno Piot.
La iniciativa lanzada por ONUSIDA se ejecutará durante los próximos 12 a 18 meses en una población de unas 30.000 mujeres contagiadas de VIH, residentes en 30 localidades distintas de 11 países piloto.
El programa, auspiciado por otras agencias especializadas de la ONU, se pondrá también en práctica en países de América Latina que disponen de infraestructura y voluntad política de extender a todo el territorio el paquete madre-hijo.
El ONUSIDA aseguró que la transnacional farmacéutica Glaxo Wellcome reducirá en formas substancial el precio de su fármaco antirretrovírico zidovudine (AZT) para la prevención del contagio madre-hijo en los países en desarrollo.
Un estudio realizado en Tailandia demostró que el suministro durante un mes del AZT redujo a la mitad el riesgo de contagio en los hijos de madres VIH positivas que no habían sido amamantados.
Pero el tratamiento que emplearán ONUSIDA y los gobiernos no se limita al suministro de antirretrovíricos. Incluye en conjunto el acceso a cuidados prenatales adecuados, consejos y pruebas de VIH a las mujeres y a sus parejas y la aplicación de AZT a las mujeres seropositivas durante el embarazo y el alumbramiento.
Otras dos fases del tratamiento comprenden un servicio de consejos a las mujeres seropositivas sobre las distintas formas para reemplazar la lactancia materna y la prestación de apoyo a esas mismas mujeres que deciden no amamantar a sus hijos.
El tipo de tratamiento propuesto para los países en desarrollo excluye la variante de las intervenciones obstétricas.
Lynne Mofenson, especialista de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, dijo este lunes en la conferencia que el recurso al parto con cesárea "puede equilibrar el beneficio para el niño, pero tener potenciales consecuencias adversas para la madre".
Algunos estudios, agregó, sugieren qye las complicaciones posoperatorias aumentan en las mujeres que dan a luz con cesárea.
En los países desarrollados se lograron avances espectaculares en los últimos cuatro años con la aplicación de esas terapias. "Confío que en los próximos cuatro podamos asistir a un efecto similar en la prevención del contagio perinatal en los países en desarrollo", declaró Mofenson.
Pero Piot redimensionó las posibilidades de los antirretrovíricos en los países en desarrollo. "No hay armas mágicas para prevenir el contagio madre-hijo", advirtió.
"No basta con llegar a un país llevando un frasquito de píldoras. Se necesitan sólidas estructuras sanitarias estatales y de la comunidad para aplicar una prevención combinada", recomendó. (FIN/IPS/pc/ff/he/98