SALUD: No Alineados defienden papel del Estado

La necesidad de que el Estado asuma el papel rector en cualquier reforma de los sistemas de salud en el próximo siglo centró la primera sesión de la 23 reunión de ministros de salud del Movimiento de los No Alineados (NOAL).

Asegurar la sustentabilidad económica, garantizar la cobertura total de la población y convertir la prevención en la espina dorsal del sistema fueron los retos lanzados por el director general de la Organización Mundial de la Salud, Hiroshi Nakajima.

Como en los momentos de su surgimiento, el papel de los NOAL está en "potenciar las posibilidades" de los países miembros y concertar políticas que permitan un mejor uso de los recursos, dijo Nakajima este jueves.

El director general de la OMS habló en la inauguración de la reunión convocada por el presidente de Colombia, Ernesto Samper, en su calidad de presidente del NOAL con el fin de conciliar políticas en materia de salud para el tercer milenio.

Los representantes de más de 60 países de los 113 que integran los NOAL, entre ellos unos 30 ministros de salud, se reúnen en La Habana este jueves y viernes, en el primer encuentro de ese tipo fuera del ámbito de la asamblea anual de la OMS.

"Aunque el sector privado es muy importante, la responsabilidad fundamental y prioritaria de la salud tiene que estar radicada en el sector público", dijo Samper, quien comenzó el miércoles una visita oficial a Cuba que se extenderá hasta el sábado.

El compromiso de los NOAL "debe asegurar el tránsito de nuestros viejos, asistencialistas y endogámicos modelos de salud pública hacia unos más modernos, eficientes y transparentes de seguridad social", sostuvo Samper.

El presidente de los NOAL se sintió complacido de que la reunión se realice en Cuba, país que con su sistema de salud pública "ha logrado una esperanza de vida igual a la de los países desarrollados".

"Cuando termine esta intervención y se complete una hora, habrán muerto en el mundo 625 niños por infecciones respiratorias, 353 por diarrea y 114 por sarampión", dijo Samper, parado junto al presidente cubano Fidel Castro.

"Todos los niños que nazcan sanos al lado de estos niños enfermos tendrán, al nacer, 13 años menos de expectativas de vida que los nacidos en los países" industrializados, agregó.

Eso se debe "precisamente a que esos mismos países gastan 89 por ciento de lo que invierte el mundo en salud en atender 19 por ciento de la población viva", agregó.

Sobre las causas de estas disparidades, Samper recordó que "mucho antes de producirse la globalización económica, los países en desarrollo ya estábamos globalizados en nuestra problemática social".

"El final de la guerra fría acabó, es cierto, con nuestras diferencias ideológicas, con aquellas que fueron nuestra razón de ser de nuestra lucha como no alineados, pero no acabó con las realidades que nos separaban y todavía nos separan de los países industrializados", subrayó.

La división Norte-Sur en materia sanitaria se hizo patente el 16 de mayo con una resolución presentada por NOAL ante la Asamblea Mundial de la Salud, que acumuló 51 votos a favor, 36 en contra y cuatro abstenciones.

El documento asegura que la globalización de la economía conduce a la adopción de medidas de mercado en los sistemas de salud que, en determinadas circunstancias, afectan el servicio e interfieren en la capacidad de los países en desarrollo para adoptar acciones apropiadas.

Samper fue más allá este jueves al afirmar que el compromiso que asuman los NOAL tras la reunión de La Habana se traducirá en una acción conjunta para convencer al mundo de los peligros de la globalización descontrolada.

"Un proceso de globalización que no tenga en cuenta los costos sociales que genera la lógica salvaje del mercado puede convertirse en una seria amenaza para la convivencia planetaria misma", afirmó.

Además, defendió como "una legítima aspiración" que debe contar con el apoyo de todos países en desarrollo la solicitud de los africanos de incluir en la agenda de salud del movimiento normas y principios para regular la compra y venta de medicamentos y de servicios.

Sin desconocer los derechos de las grandes empresas transnacionales de vender tecnología a través de medicamentos, habría que "exigir el derecho de los países en desarrollo para acceder a esas posibilidades tecnológicas" que se pagan "con elevados costos para la salud de nuestros hijos", dijo Samper.

El presidente colombiano advirtió que en un mundo que se divide cada vez más entre "los que saben y los que no saben", los países en desarrollo no pueden quedar "reducidos a una especie de apartheid tecnológico, segregados del conocimiento que genera desarrollo." (FIN/IPS/da/mj/he/98

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