Si el propósito del presidente de Perú, Alberto Fujimori, fue confundir a la oposición al nombrar como primer ministro a Javier Valle Riestra, uno de los mayores críticos de su estilo autoritario de gobierno y tenaz adversario de sus intenciones reeleccionistas, lo ha logrado plenamente.
El inesperado nombramiento se produce cuando los partidos opositores se aprestan a concluir un pacto de concertación preelectoral contra Fujimori y han logrado reunir más de 1,5 millones de firmas para que se convoque a un referendo sobre la reelección presidencial.
Según las encuestas, Fujimori podría derrotar a sus adversarios el año 2000, porque tendría tiempo de recuperar respaldo, que actualmente ha caído a 36 por ciento. Pero no podrá vencer en un referendo, en el que todos sus adversarios se unirían contra la reelección.
Valle Riestra, un abogado de 66 años que fue militante del guerrillero Movimiento de Izquierda Revolucionaria, estuvo exilado siete años en España y fue dos veces senador por el socialdemócrata partido Aprista, defendió en 1993 al general Juan Salinas, quien intentó dar un golpe de Estado contra Fujimori.
En una actitud que confundió aún más a los líderes políticos, Valle Riestra reafirmó su convicción socialdemócrata y dijo que representará en el gabinete ministerial "una tendencia opositora al autoritarismo y al reelecionismo".
En cuanto al referendo que promueve la oposición para impedir que Fujimori se postule en los comicios del 2000 a una segunda reelección consecutiva, Valle Riestra, quién firmó la planilla pidiendo la convocatoria, se manifestó más radical: anunció que propondrá "que se prohiba totalmente la reelección".
"Como en México, nadie que haya ejercido la Presidencia debe postularse nuevamente, porque la reelección, aunque no sea consecutiva, engendra el autoritarismo", afirmó.
"Entiendo que los 'fujimoristas' en el parlamento y en el Consejo de Ministros defiendan la reelección, porque ellos sin Fujimori no son nada políticamente, desaparecen… Pero yo no tengo intenciones de hacer carrera política", señaló.
Aseguró que inicialmente rechazó el nombramiento y aceptó sólo con la condición de mantener su posición contra la reelección y el autoritarismo, ante lo que Fujimori le replicó que el tema de la reelección fue aplazado, "porque hay que reconstruir el país devastado por El Niño y resolver el problema con Ecuador".
"De modo que no cambiaré ni de convicciones ni de hábitos, seguiré practicando ciclismo todas las madrugadas por las calles de mi barrio y después de las nueve de la noche no contestaré el teléfono, aunque sea Fujimori quien me llame, ni asistiré a ceremonia oficial alguna".
Desde que juró el cargo, no ha desperdiciado ninguna oportunidad para explicar a la prensa sus propósitos y razones,
En filas de la desconcertada oposición, algunos lo consideran oportunista y otros simplemente ingenuo, pero todos coinciden con él en suponer que será rápidamente descartado.
"No creo que estaré más de seis meses en el gabinete. Probablemente, tan importante como lo que me propongo hacer, será la forma como salga de este cargo que no he buscado, pero que acepté para contribuir a recuperar la institucionalización de la democracia en este crítico momento", expresó.
Los parlamentarios oficialistas parecen tan desconcertados como sus adversarios con el nombramiento del primer ministro opositor, quien emite señales políticas discrepantes con ellos, y sólo han formulado comentarios evasivos y ambiguos de respaldo.
Entre tanto, los analistas políticos discrepan sobre los objetivos de Fujimori para hacer el insólito nombramiento de un jefe de gabinete ministerial que promete seguir siendo opositor.
Fernando Rospigliosi, columnista del diario opositor La República, manifestó que Valle Riestra es la "envoltura barroca de un régimen en apuros", cuyo propósito es desactivar la naciente concertación opositora, y estimó que será "un ministro de verborrea sin trascendencia".
"Si bien es un orador rápido y agudo, es totalmente inepto como organizador o jefe de algo", afirmó Rospigliossi. "No tendrá el más mínimo manejo efectivo sobre ninguna institución del Estado, ni nada de lo que diga el locuaz primer ministro tendrá trascendencia en el manejo real del gobierno".
Jaime de Altahus, editor del diario Expreso, cercano al gobierno, sostuvo: "sólo caben dos explicaciones sobre el nombramiento de Valle Riestra, es una farsa temporal que sólo durará mientras se sostenga, o entraña un sincero deseo de apertura democrática y rectificación de algunas medidas".
Valle Riestra se comprometió a impulsar rectificaciones concretas, como la revisión de los juicios de acusados de terrorismo con pruebas insuficientes, y sugirió que llamará al gabinete a otras personalidades democráticas reconocidas.
"No he aceptado para ser un primer ministro 'Si señor', si represento una tendencia de institucionalización democrática debo reforzarla todo lo que pueda", aseguró.
Tras haber descalificado sus primeras declaraciones diciendo que "a Valle Riestra lo adornan todos los talentos menos el del sentido común" y que "en otros tiempos, sólo los bufones se podían dar el lujo de tanta irreverencia en la corte", el dirigente izquierdista Mirko Lauer parece matizar su opinión.
"A estas alturas es evidente que Valle Riestra está desmontando algunas normas no escritas consustanciales al 'fujimorismo'. Presenta su 'premierato' como un buen deseo de contrapesar el tradicional presidemcialismo del sistema político peruano", afirmó.
"Hay optimistas para quienes, si valle Riestra dura y prospera políticamente, podríamos estar ante una reingeniería política del 'fujimorismo', que incluye el retiro de Fujimori en el 2000 y la construcción de un partido de derecha capaz de ganar elecciones en un esquema democrático normalizado", comentó. (FIN/IPS/al/ag/ip/98