Los legisladores que no responden al presidente electo de Paraguay, Raúl Cubas, amenazaron con hacerle juicio político si insiste con indultar a su líder, el ex general Lino Oviedo.
El Congreso recortó el jueves sus facultades para cumplir con su promesa de indultar a Oviedo, quien fue elegido candidato a la presidencia por los afiliados del gobernante Partido Colorado pero no pudo presentarse a las elecciones del 10 de mayo al ser condenado por rebelión e inhabilitado.
El gobierno promulgará la semana próxima una ley a la que se ha denominado "de cerrojo al indulto" que le obligará a cumplir al menos cinco de los diez años a que fue sentenciado el ex comandante del Ejército por el intento de rebelión de abril de 1996.
El Senado aprobó, por 24 votos contra 15 y una abstención, la pendiente reglamentación por ley de la potestad del indulto que la Constitución atribuye al Poder Ejecutivo.
En adelante, los presidentes sólo podrán ejercerla si el acusado cumple 50 por ciento de la pena, sin que esta decisión levante las inhibiciones.
Este será el instrumento legal con el que el presidente saliente, Juan Carlos Wasmosy, y el vicepresidente electo, Luis María Argaña (quien, a su vez, preside el Partido Colorado), se aseguran de que no haya intentos de golpe militar.
Los comandantes de las fuerzas armadas fueron los primeros en oponerse a la candidatura de Oviedo, ganador de las elecciones internas coloradas en septiembre.
Tras detenerlo en diciembre y condenarlo en marzo a prisión militar, los jefes militares lograron que la Corte Suprema dejara firme la sentencia antes de las elecciones generales.
El triunfador, a la postre, fue el compañero de fórmula de Oviedo, Raúl Cubas, acompañado por su archirival Argaña como candidato a la vicepresidencia, pues las normas electorales determinan como suplente al primer candidato de la segunda lista más votada en las elecciones internas.
La consigna de la campaña electoral colorada, que duró apenas dos semanas, fue "su voto vale doble: Cubas presidente y Oviedo al Poder". La fórmula triunfante concitó 53 por ciento de los votos.
Pero los comandantes del ejército y la fuerza aérea revelaron a Wasmosy que no admitirían la asunción de Cubas el 15 de agosto si el presidente electo insistía en liberar a Oviedo y darle poder sobre las fuerzas armadas y el gobierno.
El proyecto de reglamentación de la potestad del indulto presentado por el diputado liberal Francisco José de Vargas fue elegido entonces como salida, luego de que Cubas confirmó que cambiaría a los actuales comandantes por generales fieles a Oviedo.
Con el recorte del indulto, Oviedo no podrá presentarse en noviembre como candidato a presidente del Partido Colorado, ni ser liberado antes del 2003, cuando llegue a la mitad de la pena, ni participar en actividades partidarias antes del 2008, cuando se cumpla el fin de la sentencia.
El contralor General de la República, Daniel Fretes Ventre, aseguró a IPS que la reglamentación "fue votada con saña y es injusta" porque "un Congreso no puede votar una ley para una persona".
Su opinión coincidió con la de un ex canciller y ministro del Interior de Wasmosy y hoy senador electo del oviedismo, Diógenes Martínez, para quien la norma tiene "nombre y apellido".
De Vargas, redactor de la ley, asegura que la elaboró "solitariamente", y negó que se tratara de una "vendetta", intención que se le atribuyó en filas oviedistas.
Martínez anunció que recurrirán la norma por considerarla inconstitucional, y consideró que Cubas podrá liberar a Oviedo pues las leyes penales no puede ser retroactiva para agravar la sanción contra una persona pero sí cuando resulta más benigna.
De Vargas argumentó que no se está agravando la pena para un crimen cometido antes, sino que se está recortando una potestad antes que sea ejercida, por lo que puede aplicarse no sólo al caso Oviedo.
"Nosotros hacemos la ley y podemos recortar las facultades del presidente" y éste "no puede hacer lo que quiere" si no "desea ser enjuiciado políticamente", alertó.
La advertencia coincidió con la del senador liberal Gonzalo Quintana, quien afirmó que Cubas podría "ser destituido si quiere indultar" a Oviedo "por ejercer una facultad fuera del marco" legal.
Aunque no le guste, es "una causal de juicio político", lo que provoca "un riesgo muy grande que este país no puede correr", agregó.
La "ley cerrojo" provocó reacciones airadas de los oviedistas, que arrojaron huevos a los legisladores luego de la votación. Durante la discusión, debió evacuarse el parlamento por una amenaza anónima de bomba.
La poderosa dirigente colorada María del Rosario Riveros, famosa por disparar seis veces contra el techo durante una reunión con Argaña y conocida como Ña Deló, exigió a Cubas olvidar su promesa de liberar a Oviedo antes de fin de año.
Si ostenta el poder de "su lapicera" para firmar, podría "quedarse sin lapicera el 14 de agosto a la tarde", amenazó Riveros.
El golpe de Estado que implícitamente blandió ahora pierde consistencia, pues si el presidente electo cumple el compromiso con su amigo y sus votantes se arriesgaría a sufrir el juicio político y la destitución.
Mientras tanto, oviedismo y argañismo han roto sus relaciones en el Partido Colorado, lo que dejará al futuro presidente sin votos en el Congreso que asumirá el 1 de julio, pero podrá acordar con la oposición para alcanzar la mayoría.
Wasmosy dijo el jueves que su mayor logro, durante el quinquenio 1993-1998 fue "haber arrancado del pueblo paraguayo las costumbres de la dictadura y haber consolidado un nuevo orden democrático". (FIN/IPS/cm/mj/ip/98