El presidente palestino Yasser Arafat observa con cautela desde hace dos meses cómo su rival político Ahmed Yassin, líder espiritual del movimiento radical Hamas, es recibido casi como un jefe de Estado en numerosos países musulmanes.
El líder de 69 años se reunió con reyes y presidentes y se encargó de destacar, con amplia cobertura de la prensa árabe, que los acuerdos preliminares de paz entre palestinos e israelíes están acabados.
El mensaje no es nuevo para Hamas (Movimiento de Resistencia Islámica), que siempre se opuso a las negociaciones con Israel y cuyo brazo armado perpetró varios atentados en territorio israelí.
Sin embargo, la cálida recepción a Yassin representa un nuevo desafío para el régimen de Arafat.
Cansados del estancamiento en las negociaciones con Israel, los países musulmanes manifiestan su insatisfacción con la política de línea dura del primer ministro israelí Binyamin Netanyahu realizando concesiones a su propia oposición.
Mientras, Estados Unidos, Israel y los propios palestinos no pierden de vista el peligro que corre el gobierno de Arafat.
Washington solicitó el martes a los países árabes que le dieran una semana para ver qué respuestas obtenía a sus últimas propuestas de paz antes de que aquéllos se reúnan para una cumbre – la primera desde junio de 1996- destinada a coordinar una nueva política contra Netanyahu.
La secretaria de Estado Madeleine Albright realizó un nuevo intento de presionar a Netanyahu para que repliegue sus soldados de territorio cisjordano, mientras funcionarios israelíes discuten sobre si permitir el retorno a Gaza de Yassin, quien estaría recolectando millones de dólares en contribuciones.
Yassin dijo a la prensa en Sudán que Hamas estaría dispuesto a considerar negociaciones con Estados Unidos.
"No cerramos la puerta al diálogo con Estados Unidos, si lo desea", declaró al diario árabe con sede en Londres Al-Hayat, pero sólo si el propósito consiste en "clarificar los hechos, no en dictar órdenes".
Mientras, funcionarios de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) restan importancia a la amenaza que representaría la gira de Yassin.
"No estoy preocupado en absoluto", manifestó Ahmed Abdel Rahman, secretario general de la ANP.
"Los estados árabes le están diciendo a Netanyahu: 'Si usted destruye la ANP y los acuerdos de paz, apoyaremos a Hamas'. Creo que es una buena respuesta para Netanyahu. Si es inteligente, escuchará", dijo.
Sin embargo, el gobierno palestino solicitó a Jordania, donde residen unos tres millones de palestinos, que no permitiera la entrada a Yassin. Hasta ahora, sólo Jordania y Líbano le negaron la entrada.
La gira de Yassin tuvo origen en una petición del líder de Hamas, quien es cuadraplégico, ciego y padece otros problemas de salud, de visitar Egipto para recibir tratamiento médico.
Desde allí, Yassin se dirigió a Arabia Saudita, donde fue recibido por el rey Fahd y el príncipe Abdallah.
En pocos días, Qatar, Emiratos Arabes Unidos, Irán, Yemen, Kuwait, Siria y Sudán habían formulado invitaciones a Yassin, quien este viernes se encontraba en Sudán con planes de continuar por Iraq, Pakistán y Malasia.
La mayoría de estos regímenes consideran el tipo de fundamentalismo de Hamas como una amenaza para su propia estabilidad política.
Sin embargo, también lo ven como una oportunidad de sacar provecho de la creciente insatisfacción popular de sus propios pueblos con la incapacidad de Arafat para alcanzar resultados tangibles en las negociaciones de paz, según analistas.
"El hecho de que los líderes reciban a Yassin revela un incremento en la frustación y el enojo con respecto al proceso de paz", opinó Ghassan Khatib, un analista político palestino que dirige el Centro de Comunicación y Medios de Jerusalén.
"También significa un alto nivel de apoyo hacia la oposición palestina en los países que Yassin visita", añadió.
Tal oposición es evidente en Gaza y Cisjordania, donde el apoyo a Hamas aumentó cerca de 10 por ciento. Actualmente, casi uno de cada cuatro palestinos simpatiza con el movimiento.
Y aunque Hamas no posee el poder suficiente para derrocar a Arafat, quien cuenta con el respaldo del ejército y la comunidad internacional, el grupo puede causarle graves dificultades.
Por ahora, sin embargo, Yassin se ha cuidado de evitar un enfrentamiento abierto con Arafat hablando de la necesidad de la "unidad nacional" palestina. (FIN/IPS/tra-en/dho/rj/ml/ip/98