El gobierno de Pakistán, acosado por sanciones económicas externas, pedirá el martes a la población un nuevo ajuste de cinturón, apenas 20 días después de que este país se convirtiera en el séptimo que ha detonado bombas nucleares.
Poco después de probadas las nuevas armas el 28 de mayo y el 1, el primer ministro Nawaz Sharif dijo a los paquistaníes que debían prepararse para un "paquete de austeridad" a causa de las sanciones económicas que dispondría la comunidad internacional.
El ministro de Finanzas, Sartaj Aziz, revelará el próximo martes ante la Asamblea Nacional (congreso) un presupuesto anual que tendrá la intención de salvar a este país dependiente de la asistencia extranjera, acosado por la deuda externa y, ahora, también por sanciones.
Estados Unidos y Japón resolvieron castigar a Pakistán con cortes de asistencia y créditos que implican 1.500 millones de dólares menos para el próximo año fiscal, que comienza el 1 de julio.
Antes de las pruebas, el Ministerio de Finanzas había establecido la necesidad presupuestal de ayuda externa en unos 5.000 millones de dólares, yv a pesar de la buena cosecha de trigo, había estimado que se requeriría importar dos millones de toneladas para alimentar a los 140 millones de habitantes.
A eso se suma que a fines de año Pakistán necesitará 3.000 millones de dólares para cubrir préstamos externos, pues de lo contrario no habrá crédito para importaciones y la rupia estará en caída libre.
Para equilibrar el presupuesto, el gobierno anunció el establecimiento de un fondo especial para que los paquistaníes en el exterior puedan contribuir, mientras se prevé que el ministro Aziz anuncie aumento de impuestos para bienes de primera necesidad, ya caros, y el combustible.
Pero nada indica que el gobierno vaya a aprovechar la aprobación de la ciudadanía a las seis pruebas nucleares para aplicar impopulares aunque necesarias reformas económicas.
Economistas independientes exhortan al gobierno hace varios años a ampliar la red impositiva, que solo incluye a 800.000 paquistaníes mientras la economía paralela se considera equivalente a los 65.000 millones de dólares de producto interno bruto (PIB).
Los gobiernos previos intentaron imponer impuestos a los grandes terratenientes, muchos de los cuales son ellos mismos políticos, pero retrocedieron por temor a poner en peligro los votos de áreas rurales, controlados por jefes feudales.
La falta de señales de voluntad política detuvo la actividad empresarial en las últimas semanas, pues la mayoría de los operadores e inversores externos están en una actitud de espera.
Buena parte del presupuesto se dirige a gastos de defensa y servicios de deuda, mientras los economistas independientes se preguntan si habrá suficiente dinero para pagar los salarios de los funcionarios públicos a finales de año.
El gasto militar de India aumentó 14 por ciento después de las pruebas nucleares, por lo que el gobierno de Sharif está bajo presión para incrementarlo 22 por ciento, si bien el Ministerio de Finanzas no permitirá, al parecer, un aumento de más de ocho por ciento.
Mientras tanto, el gobierno creó dos fondos especiales para los cuales reclamó respaldo popular y con los que pretende recaudar unos 200 millones de dólares destinados a gastos militares.
De cualquier manera, el ex ministro de Finanzas Mubashar Hassan, un crítico de las pruebas nucleares, cree poco probable que el gobierno sea capaz de recaudar los recursos adicionales que pide a la buena voluntad del pueblo paquistaní.
Pakistán e India gastan más en defensa que en desarrollo humano. Pero el peso de los gastos militares es mayor en Pakistán, cuya población es siete veces menor y su PIB cinco veces menor que los de India.
India gasta 3,5 por ciento de sus ingresos nacionales en defensa y Pakistán, 7,5 por ciento.
La rivalidad entre ambos países convirtió a Asia meridional en la región más militarizada del mundo, con 14.000 millones de dólares de gastos militares anuales, en tiempos en que los militares mundiales cayeron 35 por ciento entre 1987 y 1997, de 1,2 trillones de dólares a 850.000 millones.
El ex comandante de la fuerza aérea paquistaní, Nur Khan, sugirió un corte de entre 20 y 25 por ciento en los gastos militares del país. "No parece haber necesidad de más aumentos del presupuesto porque Pakistán ya está protegido por el paraguas nuclear", explicó. (FIN/IPS/tra-en/am/an/mj/ip/98