Las pruebas atómicas realizadas en mayo por Pakistán provocaron enfrentamientos entre la gran mayoría de partidarios de las armas nucleares y la minoría pacifista del país de Asia meridional.
"No se puede ignorar la existencia de una opinión distinta a la que está en boca de todos los sobreexcitados partidarios de la bomba atómica", dijo la abogada de derechos humanos Asma Jahangir, opuesta a las armas nucleares.
"Se debe respetar el derecho de todos a participar en el debate nacional (sobre la carrera nuclear), sin importar su número", sostuvo.
La semana pasada, partidarios de las armas nucleares procedentes del partido religioso de derecha Shahab-e-Milli "arrojaron sillas y propinaron golpes" para frustrar una conferencia de prensa del Foro Popular India-Pakistán por la Paz y la Democracia, en Islamabad, según un testigo ocular.
"Es una vergüenza que ocurra este tipo de vandalismo, más aún en la capital del país", dijo la presidenta de la no gubernamental Comisión de Derechos Humanos de Pakistán, Jahangir. "El gobierno tiene la responsabilidad de controlar e impedir los exabruptos de los elementos fascistas de la sociedad".
Declaraciones sin ambages contra el gobierno, como la de Jahangir, revelan que los activistas por la paz no se intimidan frente al estado de emergencia actual, impuesto horas después de las cinco pruebas nucleares realizadas por el gobierno el 28 de mayo.
El ataque de Shahab-e-Milli refleja la "creciente actitud de intolerancia y violencia en nuestra sociedad", declaró en nombre de varias organizaciones no gubernamentales Tanveer Ahmed Meer, de la Sociedad por un Desarrollo Sustentable.
Ninguno de los panelistas y periodistas que fueron atacados durante la conferencia de prensa del Foro "merecían que su patriotismo fuera puesto en duda por censores autodesignados", escribió.
Los opositores a las armas nucleares, entre ellos el Foro, tienen dificultades para ser tomados en cuenta por encima de la ola de solidaridad nacional que generaron las pruebas nucleares paquistaníes.
El Foro se encuentra en la vanguardia de las iniciativas de paz entre India y Pakistán y fue fundado en 1994 por indios y paquistaníes de tendencia liberal que decidieron no dejar sólo en manos de sus gobiernos la tarea de hallar la paz entre ambos países.
Entre febrero de 1995 y diciembre de 1996, aunque sus primeros ministros no se comunicaban entre sí, activistas e intelectuales de ambos países se reunieron en tres ocasiones en Nueva Delhi, Lahore y Calcuta.
El ambiente creado por estas y otras iniciativas extraoficiales habrían contribuido a que el jefe de gobierno paquistaní Nawaz Sharif propusiera la celebración de negociaciones, poco después de prestar juramento como primer ministro por segunda vez, en febrero de 1997.
Como empresario, Sharif conocía las ventajas de mantener buenas relaciones comerciales con los países vecinos, sobre todo con India, que tiene mucho en común con Pakistán en la esfera cultural y económica.
Pero muchos paquistaníes vieron con consternación la llegada al poder en India del derechista Partido Bharatiya Janata (BJP), que prometía continuar el programa nuclear indio y construir un polémico templo hindú en lugar de una mezquita existente en la localidad de Ayodhya.
El BJP es considerado como la contraparte india del paquistaní Jamat-i-Islami, pero la derecha religiosa de Pakistán nunca obtuvo un número importante de bancas en el parlamento.
La desconfianza entre ambos países se elevó a niveles alarmantes tras la decisión del primer ministro de India, Atal Behari Vajpayee, de realizar cinco ensayos nucleares subterráneos el 11 y 13 de mayo, seguidos dos semanas después por las pruebas de Pakistán.
Los ensayos de India y Pakistán fueron una "traición a la sagrada confianza que nuestros pueblos otorgaron a nuestros respectivos gobiernos y una traición a la causa de la paz mundial y el futuro de la humanidad", declaró el Foro.
"Los millones de personas hambrientas, sin vivienda, analfabetas, enfermas, desempleadas, pobres y sin poder político, que conforman la mayoría silenciosa de Asia meridional, no perciben la adquisición del poder nuclear como el medio hacia la seguridad, el respeto, la estima y el poder", añadió.
El Foro de Acción de las Mujeres emitió un comunicado de prensa el día 3 condenando los "bárbaros intentos por silenciar las voces de la razón y la cordura que surgen a ambos lados de la frontera".
"En una región donde 40 por ciento de la población vive por debajo de la línea de pobreza, resulta trágico que se gaste tanta cantidad en los programas de armas nucleares", dijo Khawar Mumtaz, de la organización femenina. (FIN/IPS/tra-en/bs/an/aq-ml/ip/98