Todos los grupos políticos de Nigeria se oponen a la continuación del régimen militar, pero discrepan entre sí sobre la forma en que el país africano debe retornar a la democracia.
El nuevo presidente y jefe del ejército, general Abdulsalam Abubakar, consultó con todas las partes desde la muerte en mayo del presidente Sani Abacha, cuyo programa de transición de tres años fue considerado por políticos civiles como una estrategia para mantener en el poder a la junta militar.
Abubakar envió a altos oficiales militares y funcionarios de gobierno a las seis regiones geopolíticas de Nigeria para que conversaran con todo el espectro de grupos por la democracia.
Trascendió que los funcionarios también se reunieron con el ganador de las anuladas elecciones presidenciales de 1993, Moshood Abiola, que está en prisión. Abiola habría declarado que no renunciará al mandato que le otorgaron más de 14 millones de nigerianos.
Los políticos difieren sobre la forma de resolver el problema y algunos, que se beneficiarían de la continuación del programa de transición comenzado por Abacha, están inquietos por el resultado de las consultas con el nuevo régimen.
Ciertos grupos exigen la cancelación total del programa y la extensión del plazo para la entrega del poder a un gobierno civil hasta octubre de 1999, mientras otros pretenden que se mantenga la fecha original de octubre de este año, con algunas modificaciones.
Un tercer grupo desea postergar la fecha límite hasta el 1 de enero de 1999 con el fin de dar al gobierno militar más tiempo para que realice los cambios necesarios al programa de transición.
Cuatro partidos políticos que atrajeron escasos votos en los comicios legislativos realizados hasta ahora reclamaron la anulación de éstos y la extensión del programa por un año para permitir nuevas elecciones legislativas.
Pero el Partido Nigeriano Unido del Congreso, que obtuvo victorias abrumadoras en los comicios, desea que se mantengan los resultados y que los militares entreguen el poder a un gobierno civil el 1 de octubre de 1998, como lo preveía el programa original de Abacha.
Se trata de una propuesta "factible y realizable", según el presidente del partido, Isa Mohammed, quien describió la iniciativa de cancelar las elecciones legislativas como "el síndrome del mal perdedor"
Mohammed está de acuerdo con una reforma del cronograma que postergaría las elecciones para presidente y gobernadores del 1 al 29 de agosto. Abacha iba a ser el único candidato a la presidencia en los comicios previstos para el 1 de agosto.
Por otra parte, los activistas por la democracia desean la anulación del programa de transición y la instauración de un gobierno de unidad nacional encabezado por Abiola.
Los activistas arguyen que el programa de Abacha perdió toda credibilidad cuando los cinco partidos políticos registrados por el gobierno adoptaron al difunto jefe de Estado como el único candidato a la presidencia.
"El ejército debe irse ahora. Alguien ha ganado una elección y Abubakar debe entregarle el poder", urgió Beko Ransome-Kuti, presidente de Campaña por la Democracia, quien fue liberado la semana de prisión donde debía cumplir una condena de 15 años.
La posición de Campaña es respaldada por G-34, un grupo integrado por destacadas figuras del norte y el sur del país. G-34 sostiene que la fecha límite del 1 de octubre de 1998 para que los militares entreguen el poder a un gobierno civil no es negociable.
"El general Abubakar anunció que continuará el programa de transición como estaba planeado, y no aceptaremos ningún cambio en el plazo", declaró un miembro del grupo que pidió no ser identificado.
El G-34 resolvió en una asamblea realizada en Lagos que el gobierno federal debe instaurar un gobierno de unidad nacional encabezado por Abiola para el 1 de octubre.
Un gobierno de unidad nacional implicaría la disolución de todos los partidos y la asunción de Abiola, quien luego designaría a destacados ciudadanos como jefes de los concejos locales, gobernadores estaduales y miembros del gabinete. (FIN/IPS/tra- en/to/mk/ml/ip-hd/98