Abdusalam Abubakar, comandante en jefe de las fuerzas armadas de Nigeria, prestó hoy juramento como nuevo jefe de Estado del país más poblado de Africa, tras la repentina muerte del dictador Sani Abacha.
Abubakar, de 55 años, es el octavo gobernante militar y el primer jefe del estado mayor que asume la presidencia de Nigeria, con 109 millones de habitantes.
Abubakar, militar de carrera, fue nombrado nuevo presidente a primeras horas de la mañana de este martes por el Consejo Gobernante Provisional, el principal órgano ejecutivo de Nigeria.
El Consejo, en sesión de emergencia tras la muerte el lunes de Abacha a causa de un ataque cardíaco, reanudó la reunión en Aso Rock, la sede del gobierno en Abuja, poco después del funeral del dictador.
Abacha fue sepultado en Kano, su ciudad natal al norte de Nigeria, antes de la puesta de sol, de acuerdo con la tradición islámica.
En una breve declaración durante la ceremonia de juramento, Abubakar dijo que consideraba su designación como un "reto personal" y pidió "a todas las manos a bordo que hagan avanzar al país".
Abubakar, íntimo amigo del ex jefe de Estado Ibrahim Babangida, en el poder entre 1985-1993, fue ascendiendo en las fuerzas armadas y es considerado un hombre de infantería.
El nuevo presidente fue oficial de inteligencia durante el gobierno de Babangida y está casado con una jueza de la Corte Suprema. Los dos hombres nacieron en Minna, al norte del país.
Abubakar ocupó varios cargos militares, entre ellos el de Oficial General al Mando de la División A y Comandante del Colegio Nacional de Guerra en Abuja, puesto que heredó de Oladipo Diya, número dos en el gobierno de Abacha y en prisión tras haber sido condenado a muerte por traición.
Diya y 11 militares más fueron detenidos en diciembre por conspirar para derrocar al gobierno.
Aunque Abubakar se mantuvo alejado de la política, fue el primero el lunes en informar oficialmente de la muerte de Abacha. También fue quien anunció el supuesto intento de golpe de Estado que condujo a la detención de Diya.
"Es un soldado de línea dura y militar muy respetado que tiene la capacidad para unificar a las distintas facciones del ejército", opinó un analista. "Su mensaje a la nación (previsto para este martes) indicará la manera en que desea hacer avanzar al país".
La designación de Abubakar a la presidencia también es considerada como un paso para traer la estabilidad a una situación política fluctuante en Nigeria.
Algunos recibieron la muerte de Abacha como "la respuesta de Dios a las oraciones de los nigerianos", y otros especulan que los activistas prodemocráticos aprovecharán la situación inestable o que oficiales militares de menor rango podrían tomar el poder.
Las universidades fueron clausuradas y este martes los estudiantes se preparaban para abandonar los campus antes de que se cumpla este viernes el quinto aniversario de las elecciones presidenciales del 12 de junio de 1993, cuyos resultados fueron anulados por Babangida.
Se estima que el ganador de los comicios fue Moshood Abiola, encarcelado luego de autoproclamarse presidente en la ocasión del primer aniversario de las elecciones en 1994 y luego acusado de traición. El líder seguía en prisión a la hora de la muerte de Abacha.
Abubakar tiene varias opciones para restaurar el orden en el país, dijo el analista político a IPS, en Abuja. "Primero tiene que controlar las facciones del ejército, luego disolver los partidos políticos y llamar a un diálogo con la clase política de Nigeria".
"Nada impide que el gobierno entable el diálogo con la clase política. Es la clave para liberar la tensión entre nosotros", dijo, al apelar al nuevo líder militar para que establezca una transición al poder civil.
Ese proceso de transición tendría que haber culminado con el juramento de un presidente civil electo en octubre.
Pero, este año, Abacha recibió el respaldo de los cinco partidos políticos reconocidos, convirtiéndolo en el único candidato a la presidencia en el proceso de transición a pesar de la mala imagen internacional de Nigeria debido a la violación de derechos humanos y políticos del régimen.
El régimen de Abacha reprimió severamente todo intento por volver a la democracia y encarceló a decenas de sindicalistas, periodistas, activistas políticos y de derechos humanos.
Aunque Abubakar es "un militar respetado sin un pasado político, si se rodea con personajes poderosos del gobierno de Abacha", esto enviará la señal de que piensa continuar en el camino del ex dictador, señaló este martes un entrevistado en Abuja.
Por ejemplo, el comandante El Mustapha, de gran poder en el gobierno, y el canciller Tom Ikimi, son considerados obstáculos para el cambio político en Nigeria.
Un profesor universitario dijo a IPS este martes que es "demasiado pronto para hacer comentarios" sobre la designación de Abubakar. "Cualquier cosa puede ocurrir", sostuvo. (FIN/IPS/tra-en/ro/pm/kb/aq lp/ip hd/98