El brillo del premio nacional al periodismo, que adjudica el gobierno de México desde hace más de 20 años. se disipó hoy por la negativa de algunos galardonados a aceptar la distinción.
Práctica nacida en los años 70, cuando los medios críticos eran censurados y perseguidos, la entrega del premio, que consiste en un diploma y alrededor de 17.000 dólares, recibe cada año mayores objeciones por considerar que interfiere con la independencia de los comunicadores frente al Estado.
México es uno de los países latinoamericanos donde mueren violentamente más periodistas al año, la distribución de diarios está monopolizada por un sindicato cercano al gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) y los comunicadores suelen ser requeridos por autoridades para revelar sus fuentes.
Siguiendo la tradición, el presidente Ernesto Zedillo entregó este viernes el Premio de Periodismo e Información 97-98 en medio de discursos que destacaron las mejorías en materia de libertad de prensa y democracia.
"México es un país donde la libre expresión de las ideas ni se restringe ni mucho menos se persigue", expresó Zedillo.
El diario Reforma, uno de cuyos colaboradores fue ganador en la categoría "artículo de fondo", señaló que no acepta premios de concursos convocados por el gobierno "en aras de fortalecer su independencia editorial".
En similar posición, el prestigiado comunicador Julio Scherer, considerado uno de los padres del periodismo de investigación en México, rechazó el reconocimiento que hizo el jurado a su trayectoria.
Scherer fue durante más de 20 años directivo de la revista opositora Proceso, medio que recibió presiones, críticas y amenzas constantes de los últimos gobiernos.
No es la primera vez que los galardonados rechazan el premio. Años atrás otros comunicadores críticos del gobierno también lo hicieron.
El jurado de este año, presidido por Jacobo Zabludovsky, ex conductor de noticieros del consorcio Televisa y uno de los símbolos de la estrecha relación que hubo en el pasado entre los medios y el gobierno, otorgó un reconocimiento póstumo al Premio Nobel de Literatura, Octavio Paz.
De los 10 miembros que integraron el jurado, escogido por el gobierno, cuatro son o fueron parte de Televisa, tres se formaron en esa empresa y uno es miembro de la revista cultural Nexos.
En una actitud criticada por analistas, el jurado del premio decidió galardonar en la categoría de noticiero al sistema internacional ECO, propiedad de Televisa, y en el de caricatura a un colaborador del diario Novedades, también de Televisa.
La revista Nexos fue premiada como mejor publicación cultural.
Periodistas del diario La Jornada, El Economista y la revista Siempre fueron ganadores en las categorías de reportaje, crónica y entrevista y recibieron el distinción sin problemas.
"Lo valioso del Premio Nacional de Periodismo e Información es su aportación económica y no el significado", pues está "totalmente desprestigiado", opinó Víctor Roura, columnista del diario El Financiero.
La asociación internacional Reporteros sin Fronteras sostiene que en México hay ahora mayor apertura en los medios de comunicación, pero afirma que aún persisten condiciones que impiden ejercer el periodismo con libertad.
El grupo, que reune más de 1.200 periodistas de todos los continentes, ubica a este país en una lista de 14 en los que "las condiciones para el ejercicio de la libertad de prensa son particularmente malas".
Todas las organizaciones que aglutinan a los periodistas en México reconocen que existen avances en materia de libertad de expresión, a diferencia de hace 30 o 40 años, cuando criticar al gobierno estaba vetado.
La relación de los medios con el gobierno llegó a tal punto que en 1963 los propietarios y concesionarios de 455 estaciones de radio y televisión se afiliaron en masa al PRI.
Datos de la Federación Latinoamericana de Prensa indican que en los últimos 27 años alrededor de 90 comunicadores fueron asesinados en México, el mayor número entre los países de América Latina. (FIN/IPS/dc/mj/ip cr hd/98