Un grupo de parlamentarios de México viajó hoy al estado de Chiapas con el fin de convencer a la guerrilla zapatista de que reanude el diálogo directo con el gobierno para alcanzar la paz, en medio de una fuerte tensión en esa zona.
El gobierno anunció a la parlamentaria Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa) que suspenderá los operativos militares para desmantelar los municipios "autónomos" controlados por el rebelde Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
"El gobierno se comprometió a aceptar un proceso de distensión, y el EZLN debe aceptar los contactos", dijo el diputado del conservador Partido de Acción Nacional, Germán Martínez, presidente de la Cocopa, órgano que integran 18 legisladores de diversas tendencias.
Gilberto López y Rivas, del centroizquierdista Partido de la Revolución Democrática, dijo que el oferta del gobierno implica condiciones de seguridad para que los miembros de la Cocopa entrevisten sin contratiempos con la dirigencia zapatista para impulsar la renudación del diálogo de paz.
La ofensiva legislativa para conseguir la paz definitiva en Chiapas, en el sur del país, se da en el marco de la violencia generada por el enfrentamiento del 10 de junio cuando fuerzas del gobierno desmantelaron uno de los 32 municipios "autónomos" que mantiene la guerrilla zapatista en la región.
En esa ocasión, como consecuencia de un fuerte combate murieron un policía y ocho civiles. Además, fueron detenidas 58 personas acusadas de atacar a los más de 1.000 soldados que participabaron en el operativo del municipio de El Bosque.
Desde el comienzo de la revuelta zapatista, el 1 de enero de 1994, en Chiapas, estado fronterizo con Guatemala, más de 300 personas han muerto a causa del conflicto bélico, según fuentes extraoficiales.
Sin embargo, a pesar del supuesto objetivo de la guerrilla zapatista de extender el conflicto a otras regiones del país, la "guerra" se ha concentrado en Chiapas, aunque el gobierno y analistas políticos coinciden en que los rebeldes mantienen la iniciativa en materia de difusión e información internacional.
El gobierno, por su parte, ha sido incapaz de imponer la ley en la región y permitió veladamente el surgimiento de los municipios "autónomos", lo que le ha ocasionado un costo político en los momentos en que decide desmantelarlos.
"El hecho es que, dada la ilegalidad acumulada en Chiapas, y la persistencia de una organización armada con dominio territorial efectivo en la zona, parece imposible hacer cumplir la ley sin usar la fuerza", escribió este lunes en el diario La Jornada el analista Héctor Aguilar Camín.
"Aplicar la ley sin cortapisas en el conflicto chiapaneco hubiera llevado simplemente a reprimir la rebelión. Durante cuatro años, la negociación en Chiapas ha sido un forma de tolerancia a la ilegalidad", agregó.
"Si lleva la ley hasta sus últimas consecuencias en Chiapas, el gobierno tendrá que pagar completo el precio que está pagando ya, el precio de aparecer como un represor sangriento", concluyó.
Sin embargo, ante la decisión del gobierno de impulsar por ahora el diálogo directo con los zapatistas y el silencio del subcomandante Marcos, máximo dirigente visible del EZLN, los diputados de la Cocopa se dirigen este lunes a Chiapas en procura de romper el bloqueo de la negociación.
La misión de la Cocopa reclamará a los rebeldes que rompan el silencio y se reincorpore a la negociación directamente con el secretario (ministro) de Gobernación (interior), Francisco Labastida Ochoa.
"Un acto de violencia encabezado por algunas de las partes, tanto del gobierno como del EZLN, echaría a perder el trabajo", aseguró el diputado Germán Martínez.
López y Rivas destacó que la misión de la Cocopa estará en la región "a disposición de los zapatistas en lugares conducentes, donde se pueda dar el encuentro". "No hay seguridad de nada, es sencillamente hacer el esfuerzo", agregó.
El diputado del PRD destacó que en caso de que el gobierno impulsara un operativo militar contra alguno de los municipios autónomos zapatistas equivaldría a dar por terminadas las gestiones de la Cocopa.
Los observadores consideran que el camino para la paz en Chiapas aún es largo.
"El presidente Ernesto Zedillo ha mantenido en este conflicto una estrategia de exasperantes cambios. Ha mantenido públicamente la posición de que no usará la fuerza para dominar a los zapatistas, pero recurre a la fuerza de manera esporádica", afirmó Sergio Sarmiento, columnista del diario Reforma.
Los analistas coinciden que para lograr un resultado positivo en el diálogo para la paz en Chiapas es necesario dejar a un lado las posiciones de fuerza y llegar a un consenso para impulsar y lograr la democracia política, social y económica en la empobrecida región del sur del país. (FIN/IPS/fv/mj/ip/98