Trabajadores en huelga en la fábrica de camiones Han Young en esta ciudad de México protestaron hoy contra la medida del gobierno que una semana atrás reabrió la planta a operarios no sindicalizados con apoyo de la policía.
Enrique Hernández, dirigente del sindicato independiente de operarios de Han Young, declaró que "la protección del gobierno a los inversores extranjeros en la maquila es muy obvia, al permitirles pisotear la Ley Laboral Federal y la Constitución que defienden el derecho de huelga".
La maquila es una forma de subcontratación internacional en que un país aporta capital y tecnología, y el otro mano de obra, materias primas y parte del capital.
En la planta de Han Young se montan chasis de camiones bajo contrato de la gigantesca Hyundai Corporation de Corea del Sur, uno de los mayores inversores en Tijuana.
La semana pasada, autoridades municipales, la asociación de maquila de la ciudad, los sindicatos afiliados al gobierno y las autoridades del estado de Baja California se unieron para ahogar una huelga sin precedentes, la primera de un sindicato independiente de trabajadores de la maquila.
El 3 de junio, más de 100 miembros de la unidad especial de la policía ingresaron a la fábrica y retiraron las pancartas rojas y negras que tradicionalmente indican una huelga en México, para luego quemarlas en la calle. La policía después abrió las puertas de la planta, y dejó entrar un contingente de rompehuelgas.
La reapertura de la planta puso fin a esfuerzos de la municipalidad y la compañía para que los trabajadores volvieran a sus empleos, que incluyeron dos elecciones organizadas por el gobierno y caracterizadas por votantes "fantasmas" e irregularidades.
El 29 de mayo, la municipalidad de Tijuana publicó anuncios de página entera en casi todos los periódicos de la ciudad, declarando a la huelga "inexistente".
Graves irregularidades en los procedimientos municipales finalmente provocaron que la jueza federal mexicana María Lourdes Villagómez Guillón emitiera una orden suspendiendo las acciones de las autoridades municipales.
En directa violación de la decisión de la jueza, sin embargo, el gobierno siguió adelante para reabrir la planta.
Han Young y las autoridades de Tijuana alegaron que la huelga fue provocada por sindicatos estadounidenses, en un intento por alejar la inversión extranjera en la región.
Los trabajadores dijeron ser víctimas de una conspiración de las autoridades municipales, los propietarios de la maquila y los sindicatos aliados del gobierno.
"Estamos desafiando el sistema utilizado por el gobierno para atraer la inversión extranjera", dijo Hernández.
"Mantienen los salarios bajos estimulando a sindicatos corruptos a que firmen contratos de protección con los propietarios de la maquila, garantizando la paz laboral. Si nuestra huelga tiene éxito, miles de otros trabajadores intentarán desarticular el sistema", explicó.
Los huelguistas demandaron el reconocimiento de su sindicato independiente, un aumento salarial de 35 por ciento, escalas salariales basadas en antigüedad y experiencia, y un plan de participación en las ganancias siguiendo la ley mexicana. Los salarios de Han Young promedian unos ocho dólares diarios.
En respuesta a la crisis, más de 500 líderes sindicales y de los derechos humanos en Estados Unidos y México firmaron una carta al presidente mexicano Ernesto Zedillo, solicitándole que anule las acciones de las autoridades de Tijuana contra la huelga y sus líderes.
La reapertura de la planta tras la acción de la policía y las autoridades municipales sólo tuvo como resultado la producción de cinco chasis en cuatro días. La fuerza de trabajo regular de la planta monta entre 18 y 20 chasis al día.
Mientras, los huelguistas prometieron seguir adelante para organizar demostraciones diarias y marchas en toda la ciudad. (FIN/IPS/tra-en/db/mk/lp/ip/lb if/98