La clasificación de la selección de fútbol de México a la segunda ronda de la Copa del Mundo en Francia desató hoy una ola de euforia entre millones de aficionados, que se lanzaron a festejar en plazas y avenidas.
Bajo férreos controles policiales, miles de personas bailaron en las calles y caminaron hacia monumentos públicos luego de que la selección empató, este jueves, a dos goles ante el equipo de Holanda en el estadio francés Geoffroy Guichard.
Una encuesta previa al partido realizada por el diario Reforma indicó que 85 por ciento de los aficionados preveían un empate o un triunfo sobre Holanda y que 71 por ciento estaban seguros de que la selección nacional llegaría hasta la siguiente ronda del mundial.
Este empate, precedido de un triunfo por tres goles a uno sobre Corea y un empate a dos goles con Bélgica, puso al equipo mexicano en los octavos de final de la contienda. Nunca en su historia la selección había logrado pasar a la segunda ronda de un mundial de fútbol jugado fuera de América.
En restaurantes, bares, oficinas, escuelas y plazas públicas, donde se instalaron pantallas de televisión para observar el partido, los aficionados festejaron durante horas.
Muchos portaban banderas, otros llevaban sus rostros pintados con los colores patrios (verde, blanco y rojo), sombreros tradicionales de ala ancha, matracas y cornetas.
Las calles de la capital quedaron semidesiertas desde temprano, pues la mayoría de los mexicanos estaban pendientes de la transmisión del partido. En oficinas públicas y escuelas se paralizaron las actividades.
Hasta ahora, las únicas tres ocasiones en que la selección mexicana había logrado avanzar más allá de la primera fase fue en los mundiales de 1970 y 1986, en ambas ocasiones como local, y 1994, en Estados Unidos.
La policía informó que antes del mediodía de este jueves se produjo la detención por vandalismo de cinco personas y el ingreso de otras tres a centros médicos por golpes. Además, se registró el robo de un banco justo cuando se desarrollaba el partido.
La oficina de Comunicación Social de la Presidencia informó que el presidente Ernesto Zedillo se comunicó por telefóno con el entrenador de la selección de fútbol y con algunos de sus jugadores para felicitarlos por el pasaje a la siguiente ronda del campeonato mundial.
Las esperanzas de una clasificación a la segunda ronda en la Copa del Mundo de Francia se vio alentada por la intensa cobertura que los últimos meses dieron al trabajo de la selección los medios de comunicación nacionales, en especial las emisoras de televisión.
Los medios recibieron un nuevo aliento con la histórica clasificación, que por momentos durante el partido pareció imposible porque el equipo de México perdía al finalizar el primer tiempo del partido con Holanda dos goles a cero.
El consorcio Televisa, uno de los más poderosos de América Latina, es uno de los patrocinadores principales de la selección, junto con bancos y otras firmas.
La mayoría de jugadores que integran la selección, así como su director técnico, Manuel Lapuente, proceden de equipos cuyo dueño es Televisa.
Los 18 equipos mexicanos que disputan cada año el campeonato local, considerado uno de los cuatro más caros del mundo por la alta cotización de jugadores y entrenadores, son parte de un complicado tejido de negocios que mueve alrededor de 100 millones de dólares por temporada.
Televisa, dueña en México de varios escenarios deportivos, entre ellos un estadio con capacidad para 100.000 personas, es la que saca la mayor tajada del negocio.
En los días que lleva la concentración de los futbolistas mexicanos en Francia, la mayoría de los periodistas nacionales sufrieron restricciones para cubrir las actividades del equipo, con excepción de los de Televisa. Incluso algunos llegaron ser golpeados por personal de seguridad.
Directivos de diversos equipos mexicanos observan que el fútbol de este país es el mejor pagado de América Latina, y uno de los cuatro primeros del mundo en ese rubro, luego de Italia, España y Japón.
En este país un jugador de fútbol profesional gana un promedio superior a los 4.000 dólares mensuales, mientras que un entrenador recibe más de 20.000 dólares. (FIN/IPS/dc/mj/cr/98
