La caída del valor de la rupia en India, tras el retroceso del yen japonés, alimenta temores de que la moneda india se disponga a seguir el camino de las del sudeste de Asia.
Las duras medidas del Banco de la Reserva de India (RBI) la semana pasada confirmaron la inquietud de que este país de Asia meridional ya no está aislado de la enfermedad económica que aflije al sudeste asiático.
Sin embargo, expertos y autoridades niegan que la regresión de la rupia se deba únicamente a la caída del yen frente al dólar de Estados Unidos.
El escenario asiático podría cambiar por completo si el yuan es devaluado para retener la competitividad de las exportaciones de China ante la baja del yen. La rupia también se depreciaría ya que el crecimiento de las exportaciones este año es menor de dos por ciento.
El descenso de la rupia, alegan, tuvo que ver con un sentimiento negativo, sobre todo entre los inversores, tras las pruebas nucleares de India en mayo y el presupuesto presentado el 1 de este mes.
Las pruebas nucleares suspendieron el flujo de ayuda a India, entre 2.000 y 3.000 millones de dólares, proveniente de agencias multilaterales como el Banco Mundial y el Banco Asiático de Desarrollo.
Según autoridades del Ministerio de Finanzas, el recorte no tendrá impacto este año, ya que las nuevas aprobaciones comenzarían a fluir a partir del próximo año fiscal.
Varios inversores extranjeros se retiraron de India, llevándose entre 700 y 800 milones de dólares de este país del sur de Asia.
Los incentivos para la inversión son pocos en India. Las ganancias no crecen y el riesgo político aumentó con el nuevo gobierno del Partido Nacionalista Hindú (Bharatiya Janata).
El presupuesto del actual gobierno, según los inversores, no alivió sus temores, y "las reformas, si lograron algo, fue un retroceso", dijo el gerente de una corporación extranjera.
Con una situación adversa, la rupia quedó bajo presión. El RBI prefirió no intervenir en el mercado ampliando la disponibilidad de dólares, ya que no quiso recurrir a las reservas de divisas.
Después que el primer ministro, Atal Bihari Vajpayee, revelara la estrategia del banco central en una reunión con líderes de la oposición, la rupia comenzó a caer y la semana pasada alcanzó un nivel bajo sin precedentes de 42,31 rupias por dólar.
Esto motivó al RBI a anunciar una serie de medidas que permitieron una apreciación de la moneda. Sin embargo, en la mañana del lunes la incertidumbre volvió a estar en los mercados, y la rupia volvió a bajar.
"Los temores de una devaluación del yuan son ahora reales. La moneda japonesa cayó más aún a 145 yenes por dólar, y desató rumores entre los agentes de divisas", dijo Shyam Poddar, de Forex Capital Services.
A diferencia de las economías del sudeste asiático, las fortunas económicas de India no están fuertemente vinculadas con Japón.
Las relaciones comerciales entre Japón y estos países aseguran que cualquier efecto sobre el yen necesita una acción similar entre otros países. Un yen depreciado implicaría exportaciones más baratas desde Japón e importaciones más caras hacia Tokio.
El impacto en India sería más bien indiercto, pero si el yuan se devalúa para proteger exportaciones selectas como textiles, con los que India compite directamente, la rupia se abarataría frente al dólar.
Esta es la razón por la cual hasta ahora India ha estado relativamente aislada de cualquier contagio en la crisis financiera que desarticuló las economías del sudeste asiático.
Incluso la pérdida de competitividad en las exportaciones no tuvo un gran impacto, ya que estos países, dada la ruina financiera, no pudieron explotar las perspectivas de exportación brindadas por monedas muy depreciadas.
Autoridades del Ministerio de Finanzas afirman que estas economías podrían recuperarse a fines de año. La erosión de la competitivdad exportadora junto a una reducción de los flujos de capital extranjero implican que la rupia estará bajo mayor presión. (FIN/IPS/tra-en/pn/an/lp/if/98